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—Vamos Justin, no puedes simplemente quedarte ahí sin hacer nada ya han pasado mas de seis meses desde que esa pequeña mierda te abandonó.—Hailey era dura con sus palabras y siempre me hacía enojar.

—Cierra la boca.—escupo.—Ya deja de insultarla, tu no sabes nada.

—Lo sabría si me contaras que mierda es lo que pasó entre ustedes.—su voz se suaviza así que me volteo de lado.—Sabes que estoy aquí para apoyarte ¿no?.

—Se supone que sí, eso hacen las mejores amigas.—le digo y sonrío ligeramente.—Pero no puedo, no puedo hablar de eso con nadie... A ella no le gustaría.

Hailey resopla y me muestra su dedo medio.

—No puedes seguir así.—insiste.—No te hace bien y que lo finjas tampoco te hace mejor.

—¿Puedes solo callarte?.—replico.—He pasado por esto antes y me tomó mucho tiempo curarme, así que sé como funciono.

—Lo siento por preocuparme.—espeta.—Yo solo deseo que estés bien.

Suspiro pesadamente y hundo mi rostro en la almohada. Siento a Hailey salir de mi habitación y suspiro de nuevo, esta vez sintiéndome aliviado y relajado con la compañía de la silenciosa soledad.

Me siento y me estiro sobre la cama alcanzando mi libreta café, mi diario.

Todavía lo conservo, creo que es mi mayor confidente porque no he parado de escribir en el, mis amigos han tratado de curiosear en el pero lo protejo con mi vida. Mataría a alguien si abriera este cuaderno, es mio y solo mio.

Tiene un pequeño apartado para guardar notas y jamás lo había usado antes. Hasta que recibí una carta de Jordyn, irónico porque ella odiaba escribir cosas cursis, ni siquiera le gustaban los detalles que le hacía. O sí, ella amaba mi lado romántico sólo que ella no era romántica de vuelta.

La herida sigue abierta y hasta ahora no he juntado las piezas necesarias para saber que demonios nos ocurrió. Estábamos bien, juro que estábamos bien y teníamos tantos planes juntos, dejé de fumar y de salir a clubes y si asistía a alguno ella me acompañaba.

Ninguna mujer volvió a escribirme de forma sugerente y todos en el mundo sabían que tan enamorado estaba de ella. Todavía lo estoy, todavía la amo.

Busco entre el apartado y desboblo la hoja con cuidado, su caligrafía es pulcra todas las letras tienen el mismo tamaño y son separadas. Me duele el pecho al pasar los ojos por los renglones.

Si bien hacían ya seis meses desde que ella desapareció de la faz de la tierra, esta carta había llegado un poco antes. Justo después de nuestro encuentro para romper y yo desperté en el cuarto de hotel siendo asistido por médicos.

Fue Alfredo quien me entregó el sobre y sus ojos estaban tristes.

«Porque soy una cobarde, los fantasmas del pasado me asfixian. Porque te amo lo suficiente como para alejarte de mi, no quiero que cargues con esto, no quiero que sufras.

He oído lo que tus amigos decían Justin, tengo problemas, estoy volviéndome de la fea manera y también estuve arrastrándote conmigo al infierno. Eso no es lo que quiero para ti.

Deseo con el corazón que puedas perdonarme. Lo siento, lo siento.

Se feliz, olvidame porque no valgo la pena y con esto te estarás dando cuenta. Ni siquiera te advertí que te dejaría en algún momento Justin, soy una completa mierda.

Aparecerá alguien mejor en tu vida, alguien estable y decidida. No te apresures a nada y no dejes que nadie te diga lo que debes hacer. Se fuerte, se fuerte bebé porque yo no lo fui y no creo serlo jamás.

No Sense →jb Pov← MMW Book #2 terminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora