Camila había cambiado la tradicional fiesta de quinceaños latina por ir a la audición y era algo de lo que no se arrepentía, pero tampoco le hacía feliz la angustiante espera. El reloj avanzaba y se acercaba cada vez más a la hora de que todo acabara. Había muchas cosas que Camila no se hubiera atrevido a hacer y ésta era una de esas cosas, lo que le traía una fuerte sensación de decepción, estaba intentando algo nuevo y probablemente la vida le estaba diciendo que no era posible, que se rindiera y regresara a su habitación a cantar para sí misma canciones de One direction y seguir su plan de ser una futura dentista. Que no persiguiera sus sueños.

- Camila. – el hombre que había hablado con ella antes le llamaba por su nombre con más familiaridad.

- ¿Mande? – la chica se paró de su lugar y sintió a sus padres detrás de ella.

- Siento darte malas noticias, - y no necesitó más, eso lo decía todo. Camila bajó la mirada un momento. – pero el tiempo no será suficiente para que audiciones en ésta ocasión, el siguiente participante es el último y el tiempo ha quedado justo para que él acabe y sea todo.

Y se quedó ahí, un minuto, dos, tres... y el hombre que le había dado la noticia volvió a apretar su hombro antes de irse como lo había hecho antes, pero ya no era como una señal alentadora, era más bien una disculpa y, una vez se fue, Camila comenzó a llorar, primero pequeños sollozos al par que se sentaba, luego un llanto más abierto sobre sus manos, apoyada en sus rodillas, dejando caer sus hombros en cada ocasión que su pecho no podía contener más el nudo en la garganta.

Había viajado hasta ahí, había esperado todo un día entero, estaba ansiosa por intentar hacer algo diferente, pero sentía como si la vida le hubiese puesto un alto y quisiera regresarla a su lugar, como si no tuviese el derecho de a último minuto dejarla hacer su audición. Porque su vida ahora había sido definida por un minuto que no le habían otorgado de más para intentarlo. Pudo haber suplicado, pudo haber intentado persuadir al hombre que le dio la noticia, pero no lo hizo, sólo lo tomó como una mera señal.

Fue entonces cuando levantó su cara sin más deseos de llorar y se encontró con los ojos de Sofi mirándola expectante, Camila le sonrió y en seguida se giró a ver a sus padres que estaban a sus lados, había estado inconsciente de que se encontraban abrazándola hasta ese momento. Ella alzó sus manos hasta sus hombros, sobre las de Sinu y Alejandro, cruzando sus brazos, abrazándose a sí misma mientras apretaba su agarre a sus padres y, después de un audible suspiro, se levantó.

- ¿Nos vamos? – dijo con su voz un poco ronca y luego aclaró su garganta. – Si lo hacemos ahora podremos llegar a tiempo para cenar, muero de hambre y tengo muchas ganas de un gran bote de helado. – Camila comía helado para acompañar su tristeza y sus padres lo sabían.

- Vaya. – se animó a hablar Alejandro, Sinu sin saber qué decir aún. – Creo que alguien se aprovechará un poco la situación para obtener algo de helado.

- Oh, vamos papá, ¿crees que no es perfecta excusa? – Camila bromeó para quitar tensión a la situación. – Lo quiero de chocolate, por favor, ¡ah! Y no olvides comprar un poco de chispas de más chocolate, plátanos, muchos plátanos y si es posible un bote de Nutella. De esa manera te amaría como no tienes una idea.

- ¿Y algunos pantalones 2 tallas más grandes? Pareciera que quieres tomar un poco más de peso. – Sinu se acercó a su hija y le abrazó de lado, envolviendo sus hombros con su brazo.

- ¿Y me darás un poco? – Sofi preguntaba al par que daba tirones a la blusa de Camila para llamar su atención.

- ¡Por supuesto! – Camila dijo animada. – Apunta eso papá, el helado de Sofi lo patrocina mi depresión, así que dale todo el que necesite.

Alejandro sólo movió su cabeza de un lado a otro y sonrió levantando a Sofía, cargándola y sentándola en su costado, las piernas de la niña envolviendo a su padre. Luego comenzaron a hablar animadamente del sabor de helado que la menor quería, así hasta llegar al estacionamiento.

Camila se sentó en su acostumbrado asiento, abrochando el cinturón de seguridad de Sofi, seguido de abrochar el propio. Mientras su padre arrancaba, las instalaciones donde se encontraban haciendo las audiciones se alejaban cada vez más con la posibilidad de cambiar su vida más y más lejos también. No pudo evitar sentir unas profundas ganas de llorar, pero lo soportó, se colocó sus audífonos y se perdió en la música que llenaba su cabeza, quedándose dormida 10 minutos después ante el cansancio que había conllevado todo ese día.

**

Camila se encontraba entre el público.

- ¿Lauren? – escuchaba a Simon Cowell.

- Jau... - imposible recordar ese apellido.

Se comenzó a mover entre la gente, gente que caminaba y obstruían su paso. Ella sólo quería obtener una mejor vista, pero no lograba que sus ojos alcanzaran mirar hasta su destino deseado, Lauren habiendo comenzado a cantar.

"Some people want it all but I don't want nothing at all If it ain't you baby, If I ain't got you baby. Some people want diamond rings, some just want everything but everything means nothing If I ain't got you."

Escuchaba el canto, lo escuchaba siendo perfectamente ejecutado, la sola voz con un eco profundo, encajándose en lo más hondo. Haciendo que el corazón de Camila volviera a acelerarse, desesperada por lograr verla.

**

El auto se detuvo y Camila se despertó de golpe, sin saber si fue por el freno o por la voz hipnotizante de Lauren invadiendo sus sueños. Echó un vistazo alrededor y vio su casa, sus padres bajándose del auto, Sinu fue directo a abrir la puerta principal y Alejandro abrió la puerta del auto donde Sofi se encontraba recargada, desabrochándola y luego llevándola dormida en sus brazos. Camila bajó después de que su padre azotara la puerta habiendo bajado a su hermana y caminó adormilada hasta su casa, la noche habiendo caído.

No dijo nada más, subió hasta su habitación y se desvistió para ponerse el pijama, lavó sus dientes y se metió debajo de las sábanas, decidiendo olvidar todo ese día y comenzar de nuevo cuando el sol saliera. Su vida no era tan mala después de todo, tenía unos padres amorosos, una hermana maravillosa, su música, la escuela. Pero de algo estaba segura y era que después de ese día, ya no quería volver a utilizar su voz para soñar con ser algo diferente de lo que estaba destinada.

Esa noche difícilmente durmió, entre los pensamientos del mal día que tuvo, las ganas de llorar, el calor que hacía en Miami y la inquietante voz de Lauren...

Camila se incorporó de repente y sacó un bloc de notas que estaba en la cajonera a lado de su cama y en él escribió:

"Lauren Jergi, 16 años, Miami, Alicia Keys"

Si de algo estaba segura Camila era que habiendo recibido los votos positivos, Lauren comenzaría a rodar por youtube cuanto mínimo y así al menos podría darle imagen a la voz de esa misteriosa chica. Aparte de que podría verla en el show cuando comenzaran los "boot camp".

Si había algo que ahora le interesaba a la castaña era conocer a Lauren, cruzándosele la idea a la cabeza de que incluso podría llegar a ser hasta vecina suya. Entonces un chispazo le encendió de nuevo el corazón. Camila sabía que no era normal que una chica que no tenía imagen para ella le diera esas sensaciones, pero estaba sucediendo y sabía que debía mantenerlo oculto. Pensó que no era para tanto, pensó que era sólo lo agitado de su día, que era simple admiración y que esa sensación cedería.

Pensó mal.

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¡Buen día gente!
Espero que éste fic les guste. No tengo pretenciones de algo grande con él, sólo compartirlo y darles entretenimiento.
Subiré un cap semanal. Cada viernes pueden esperar uno nuevo hasta que sea el fin de ésta novela.
Si les gusta agradecería que lo compartan y den voto.
Les mando un saludo y espero que estén ¡muy bien!

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