Sulay: Hold on (1/1)

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La cita -si es que era debido llamarlo así- no fue perfecta, por lo menos no como Junmyeon lo hubiera deseado.

Todo era demasiado... descontrolado. Nada estaba en su lugar, las cosas que hicieron fueron demasiado rápidas que el mánager no fue capaz de saber qué estaba pasando en el momento que sucedía. No era nada sexual, sin embargo. Aprendió muy bien que Yixing es una persona un tanto más calmada en ese asunto -a comparación de todos allí- por lo que, aunque él sabía que no iba permitir que llegaran a nada, le sorprendió un poco que el otro tuviera acercamientos un tanto extraños.

Aunque la verdad Junmyeon sabe que no son extraños, son el tipo de acercamiento que debería ser incómodo cuando ni siquiera se conocen del todo, pero Yixing fue diferente, se sentía cálido ante el toque y los abrazos que le daba por la espalda solían hacerle sentir escalofríos por toda la columna vertebral. Descubrió que al chino le gustaba dar besos en la mejilla y agarrarse de las manos para juguetear con ellas. Y Junmyeon se sentía a gusto, probablemente más de lo que quisiera, porque de algún modo ese sentimiento le hacía estar frustrado y desorganizado.

Porque a él aún le gusta Jongdae.

O eso se hace creer, porque es el tipo de persona quien jura que el amor a primera -en este caso- cita no es real. Que es simplemente una atracción condicionada y a corto plazo. Jura que él no puede enamorarse así como así, tan rápido, de noche en la mañana y de una persona tan distinta a su tipo. Y le dolió la cabeza, empezó a llegar tarde a clases e incluso olvidó hacer algunos mandados a dirección sólo por estar pensando en ese chico. Y la verdad es que está enojado porque no le agrada la idea de que pueda ser tan fácil remplazar su amor por Jongdae.

-Entra -gruñó en el momento que es disco se deslizó fuertemente por el suelo, sin embargo, pasó de largo nada cerca de la portería.

Llevaba puesto solamente los zapatos para patinar sobre el hielo, el palo correspondiente y una cara de no haber dormido en un par de días. Las obligaciones se hacían cada vez peores y, con los finales empezando mañana, su agenda estaba apretadísima. Eran aproximadamente las doce, todo el mundo estaba en su habitación mientras que el sacaba sus frustraciones en el hockey.

Aunque no fuera un jugador, le gustaba la sensación de estar sobre el hielo. Sus pies deslizándose mientras intenta -malamente- hacer que el disco anotara. Era torpe en esos movimientos, por eso mismo nunca se metió como posible jugador y prefirió ser el mánager, encargarse de las cosas, hacer cuentas y todo eso que al final le ayudarían para tener referencias.

Suspiró, mirando cómo era que de nuevo su objetivo no era exitoso. Se recordaba a sí mismo como ese disco, alborotado y terco en 'anotar' su logro. Actualmente Junmyeon se sentía como una víctima del amor y no importaba qué tan estúpido sonara, era una realidad. Repentinamente recordó la leve conversación que tuvo con Yixing, muy amena en general, pero en el momento que pasaron a pasearse por el parque que estaba cerca, las acaricias habían comenzado y temió por un momento que Yixing lo tomara como alguien para pasar el rato, aunque bueno, como se ha dicho antes, no.

Se deslizó por el hielo, dirigiéndose a la pequeña puerta que separa el frío suelo del de cemento. Tomó su botella con agua y dejó que el líquido recorriera su garganta. No puede estar distraído, eso se lo ha recriminado estos días, por lo que tiene que hacer que su cerebro comprenda que hay cosas más importantes que un estúpido sentimiento. Exhaló suavemente, dejando que el agua en su boca se haga caliente, moviendo su mandíbula de un lado a otro mientras cierra la botella. Tiene gotas de sudor en su frente y sabe que debe darse una ducha antes de volver a su habitación.

Sin embargo, quería intentarlo por una última vez. Volvió a la pista, decidido en realmente querer meter el disco en la red para, por lo menos, sentirse beneficioso en eso. Se posicionó como él intuye que se debe hacer, mandó una seria mirada a su objetivo y lanzó el proyectil con todas sus fuerzas. Lastimosamente, el disco volvió a pasar por un lado, chocando con el poste y yéndose en la dirección contraria. Junmyeon maldijo por quinta vez, a la mierda.

Yes or NoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora