Drabble; Especial Sulay: Under the rain.

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Fue formalmente rechazado por Jongdae tres días después de su encuentro.

Realmente no se lo esperaba del todo, en algún momento pensó que tenía la oportunidad de oro entre sus dedos, pero todo se derrumbó.

Estaba silenciosamente aún en ese café donde su menor lo había citado para romper todas esas expectativas o anhelaciones, llevaba más de tres horas ahí desde que Jongdae lo había dejado. Su café ya estaba frío y la señorita que atendía le daba una que otra mirada de comprensión o tristeza de vez en cuando.

Vaya, había intentado tanto tomarse el café para no desperdiciarlo, pero éste ni siquiera pasaba correctamente por su garganta. El nudo en él era la cosa más dura que había sentido en mucho tiempo, sus ojos picaban pero realmente no quería permitirse el llorar en ese pequeño local.

Sabía que el ser rechazado era la opción de mayor porcentaje de probabilidad, no obstante, eso no quita la sensación de amargura que quedó en su cuerpo. Está lloviendo afuera, el clima realmente no le favorece en lo absoluto porque pareciera que se estuviera burlando de él de alguna forma.

-A la mierda -susurró suavemente, poniéndose de pie y dejando un billete de dos dólares de propina.

Se encaminó hacia la puerta, vacilando sobre si correr por la lluvia para desahogar su pecho o simplemente ser el Junmyeon de siempre y afrontar la situación que, sabe muy bien, tarde o temprano tendría que hacerlo. Se decidió por ser una persona decente, comportarse como un adulto de casi veintitrés años y tomó el paraguas que había traído consigo por la precaución.

El tintineo del restaurante informó de su salida, las calles no estaban tan desiertas, pero el camino hacia la universidad sí lo era. Tenía el permiso -ilegal- de salir cuando quisiera, pero realmente no lo disfrutaba como debería. Eran eso de las siete de la tarde, no había ni mucha luz ni tan poca, pero era la suficiente como para que no se prendieran las luces de las calles.

Era un bonito día, el invierno en su apogeo y la nieve siendo lentamente más humedecida por el agua-nieve que caía.

-Creo que le daría un efecto más dramático si dejaras caer el paraguas al suelo y caminaras sin rumbo alguno. -El mánager se detuvo en sus pasos, no dándose cuenta del momento en que alguien se hallaba caminando a su lado, sosteniendo su propio paraguas y una suave sonrisa en el rostro-. O, por lo menos, eso funciona en la películas.

No se había dado cuenta de que estaba llorando. Su rostro estaba empapado, y obviamente no era por la húmeda brisa de la lluvia.

-Normalmente los chicos rudos como tú preferirían mojarse todos y hacer que sus lágrimas se revolvieran con la lluvia para que la gente no se dé cuenta -prosiguió el chico, a quien conocía no tan bien, solo lo suficiente para saber que era uno de los jugadores de hockey-, pero, mánager, eres en realidad una persona muy transparente, ¿verdad?

Junmyeon se quedó en silencio, seguía dejando escapar una que otra lágrima, pero esa dulce sonrisa que le brindaba el otro le hizo calmarse un poco.

-Puedo hacer otra escena si es posible -propuso Yixing. Sin más, tiró a un lado su paraguas, el viento se lo llevó rápidamente y las gotas cayeron en él tan fuerte que el golpeteo podría hacer eco.

Como si fuera instinto, Junmyeon movió su paraguas olvidándose de él mismo y protegiendo al otro de la lluvia. Casi ni sintió las gotas mojar su cabello, ya no supo identificar cuáles eran saladas o cuáles eran simples gotas de lluvia. El otro ensanchó su sonrisa sin dejar de mirar al mánager.

-Que caballeroso -murmuró con un aire exagerado-. Para agradecerte este gesto, ¿me dejarías invitarte a cenar alguno de estos días?

Junmyeon se quedó pasmado por unos segundos, pero una corta carcajada salió de sus labios.

¿Y por qué no?

Yes or NoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora