-¡Oh! -soltó un grito a mi lado Megan- ¡Tú primo está aquí!

Sonrío con los dientes y podía notar una peculiar felicidad en ella, sus ojos solo observaban a Manu, sostenía la bolsa con fuerza y la sonrisa en sus labios no podía ser más grande.

-Hola chicas. -llego sonriendo despreocupado y beso mi mejilla.

Al llegar a Megan pude notar cómo estaba a punto de caer al suelo o comenzar a sacar corazones por los ojos, cómo en las caricaturas.

-¿Qué hacen aquí? -preguntó con una sonrisa.

-Comprando. -levante la bolsa y asintió- ¿Y tú?

-Igual, solo que ya termine, ¿Las llevo a casa?

Megan asintió feliz y Manu le ofreció su mano, ella la acepto gustosa y él le quitó la bolsa que colgaba de su mano derecha, sentí un fuerte gruñido en mi estomago y un sabor amargo en mi garganta.

Él siempre había sido caballeroso, no lo podía negar, mis tíos lo habían educado así, al igual que mi madre a mi, seguí contemplado la escena y se veían con una sonrisa grande en sus labios cada uno.

-Andando Anita. -dijo riendo y me quedé callada.

-No, yo tengo cosas que hacer. -conteste luego de unos segundos.

Di media vuelta y camine hacia la entrada principal, porque estábamos en él estacionamiento, al caminar solo sentía algo pero no sabía que, no me agrado que ellos se vieran así, no me gusto, para nada. Que Megan haya sonreído así al verlo, que los dos les gusten las mismas cosas, no me gusta.

Al ir caminando sentía mis ojos comenzar a arder, pero no sabía cuál era la razón, solo querían salir las lágrimas, que yo no permitiría escaparse. Caí frente a una banca, ya sentada recargue mi cabeza sobre mis rodillas, había subido antes mis piernas a la banca.

Comencé a respirar más lento, soltaba uno que otro suspiro, sorbía mi nariz en algunos momentos y retenía las lágrimas en mis ojos, sentí a alguien a mi lado que hizo levantar mi mirada.

-¿Estás bien? -voltee asustada y vi a Josemy.

Asentí algo falso, intente sonreír pero salió más cómo una mueca de disgusto, sentí unos brazos sobre mi espalda abrazarme, me acerqué rápido y le correspondí, ahí fue donde la primera y única lagrima salió. La cual limpie rápido con mi mano.

-Vamos a casa. -asentí y me separe de el.

Me veía con tristeza y sostenía mi bolsa en su mano, comenzamos a caminar y me abrace de el, ¿Qué me está pasando? Yo no lloro por nada, no siento un nudo en mi garganta, así no soy yo, ¿Qué hago? ¿Cómo detengo esto que estoy sintiendo? ¿Por qué lo estoy sintiendo?

4 horas después.

Enrede la toalla en mi cuerpo, ya estaba con ropa interior y había terminado de usar el baño, salí con pasos cuidadosos de no resbalarme y caer por la humedad en mis pies, al llegar a la cama me senté y levante la mirada, del espejo de cuerpo completo colgaba el vestido color agua.

Algo triste, me acerqué y antes de tomarlo aprecie mi reflejo, era un asco sinceramente, tenía los ojos rojos, unas ojeras algo moradas y mi piel estaba más pálida de lo normal, al verme lágrimas querían volver a salir, pero no.

Ya había llorado mucho mientras me duchaba, respire lentamente y levante la cabeza, hice algo de aire en mis ojos para que se secarán, intente sonreír pero cuando lo hacía quería volver a llorar.

Quite el vestido de ahí, lo puse en la cama y quite la toalla de mi cuerpo, voltee una vez más al espejo y mis ojos volvían a desprender lágrimas, toque mis mejillas, estaban mojadas.

¿Primos? (Manu Ríos)Where stories live. Discover now