Jarvis y un Christian coqueto.

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Había estado esperando durante dos malditas horas en una fila que parecía no tener fin. Durante toda la noche del viernes no había podido pegar el ojo. Y es que hoy era el día del examen de admisión. Desde entonces no había tenido ningún tipo de contacto con las nuevas amistades de la fiesta, ¿es que tan antisocial soy que no tuve el valor de pedirle su número? La respuesta era más que obvia. Sí, sí, sí.
Y ahora me encontraba formada en una pequeña taquilla esperando mi turno para pasar a un salón donde me aplicarían mi prueba. La de Cam había sido un poco más temprano, me había dejado aquí unos cuantos minutos antes que la de él.
-Bayley Jessamine Lee.- una suave voz me sacó de mi aturdimiento.
-Aquí.
-Salón B-602, por favor linda.- me acerqué a la señorita y ésta me entregó un folio con la información necesaria.
Caminé hacia el salón indicado. Dios qué nervios.
Justo cuando encontré el dichoso salón un hombre con una panza enorme me esperaba dentro del aula, tomó mis papeles y me indicó un lugar. Es ahora o nunca Bay. Tomé mi examen y me dispuse a contestarlo atentamente.

Libre. Al fin soy libre.
Una vez acabado mi tortura, salí del aula y le mandé un mensaje a Cam.

Para: Futuro sexy médico Sloan.
Cam, he terminado mi examen. Pasa por mi. ¡Estoy tan nerviosa!

-¿Qué tenemos por aquí?-unos tenis sucios con las agujetas de diferentes colores, aparecieron en mi campo de vista después de guardar mi móvil. Alcé la mirada y me encontré con un chico de unos veinte años pasado justo en frente de mi. Tenía frenillos y una nariz muy linda, me estaba dedicando una perturbante sonrisa acosadora.- Carne fresca.
-¿Qué demonios?- susurré bastante confundida.- ¿Quién eres tú?
-Me llamo Jarvis.- me sonrió y casi suelto una carcajada. No podía creer que el sujeto se llamara como el servidor de Iron Man, es increíble. Cada día amaba más este lugar.
-Okay.- volteé incómoda hacia el estacionamiento de la universidad. Tan solo esperando que mi mejor amigo se diera prisa.
-¿Cuál es tu nombre?- agaché la mirada, el chico no parecía ser mala persona, y probablamente yo estaba siendo una paranoica, pero me estaba empezando a molestar su presencia.
-Bayley- le contesté cortante.
-Bayley- lo dijo lento, como si estuviera probando de su helado favorito o algo así. El simple acto me provocó unas arcadas mentales.- Bien, me preguntaba si tú...
-Bay, cariño ¿Dónde habías estado?- una voz jocosa y conocida hizo que mi cabeza se levantara rápidamente, encontrándome con unos hermosos ojos verdes.
Dios mío santo, Christian.
-Chris...-le sonreí y me acerqué a él para darle un abrazo y un efusivo beso en la mejilla. Aproveché para susurrarle al oído.- muchísimas gracias.
-De nada, hermosa.- de devolvió el susurro haciendo que una corriente eléctrica me traspasará por toda la columna.
-Christian.- dijo Jarvis con recelo ¿Ellos dos se conocían?
-Hola, Jar.- le devolvió su saludo un poco más animado.-Bien cielo, debemos irnos.
-Claro.- le contesté maravillada por la forma en la que su tono meloso se había dirigido hacia mi.
Me despedí con indiferencia del tipo y nos dirigimos hacia el estacionamiento. Durante el trayecto Christian había entrelazado mis dedos con los de él y me dirigía miradas divertidas haciendo que por dentro me derritiera.
-Vaya, Bay.- nos detuvimos en un auto negro bastante bonito.- Así que no solo eres la chica más hermosa que he visto en toda mi vida, si no que en parte eres la bióloga novata más hermosa que asistirá a mi universidad.
-Sí...-dije total mente en un trance.- Quiero decir... La parte de novata, es cierto.
-Bayley.-tomó mi rostro entre una de sus manos y me acercó a él.- debes aprender que yo nunca miento. Si digo que eres hermosa, es porque es verdad.
-Christian...
-Bien.- alejó su rostro, el cuál se había acercado suficiente al mío como para sentir su aliento mentolado.- Te estarás preguntando en qué demonios estoy metido yo, ¿no es así?
-No, la verdad es que no.- conteste divertida y tratando de controlar mi pulso de nuevo.
-Me ofendes, linda Bay.- cruzó sus brazos en su pecho y se recargó en la preciosidad de automóvil.- Veterinario.
-Interesante.-mencioné con cierto interés.
-Tercer año, no está mal para un treintón como yo ¿no es así?
-¡Qué!- traté de ahogar un grito, pero no resultó del todo bien.
-Es broma.- soltó una pequeña carcajada ronca.- tan solo tengo veintidós.
-Dios, creí que me había convertido en una gerontófila.
-Así que...- tomó mis caderas y las acercó a su cuerpo.- ¿te gusto?
-Yo no diría eso.
-¿A no?- su cara se fue acercando a la mía, y yo sólo me preguntaba el dónde demonios se había ido mi sentido común. Tal vez salió huyendo junto con la Bayley tímida cuando entró este chico a mi vida.
-No, creo que me gusta más tu coche.
-Tu querer hacia mi, es material.- su rostro ya se encontraba a escasos centímetros- está de poca madre.
-Eres un tonto.
Sus labios rozaron los míos, sintiendo un impuso de querer inclinar mi cabeza y darle un beso. No fue necesario puesto que él hizo todo lo posible por juntar sus hermosos labios con los míos. En mi corta vida había besado muy pocas veces, y sin duda este encabezaba la lista.
Su boca iba en un vaivén perfecto, lento y pulcro que hizo un torbellino dentro de mi. Tomó con más fuerza mi cuello tratando de profundizar el hermoso y ahora húmedo beso.
Fueron solo unos segundos después, antes de que nos separáramos y que mi celular comenzará a soñar. Tomé el aparato y la foto de un chico con preciosos ojos azules se hizo presencia.
-Mierda.- susurré para luego alejarme de Chris y contestarle a mi mejor amigo.- Hola, Cam.
-Bay.-me recibió con un tono de felicidad, una parte de mí se sentía culpable por lo recién ocurrido, mientras que otra quería repetir una y otra vez aquel beso.- ¿Dónde demonios estás? Debo darte una muy buena noticia.
-Oh, yo...-Dios, Bayley calma.- estoy en donde los coches, el estacionamiento.
-Okay, voy para allá.-me colgó sin dejarme contestar.
Giré para poder despedirme de Chris, él se encontraba mirándome divertido y con una estúpida mirada un tanto arrogante.
-Así que Cameron...-se separó del coche y caminó hacia dónde estaba plantada.- Dime, Bay...¿A qué exactamente se refiera tu amigo sobre el que no podía tener algo contigo?
-Yo...-una vez más sentía cómo mis manos me sudaban, mis latidos iban rápido y un nudo se formaba en mi garganta.-No lo sé.
-Mientes, sé que lo haces.
Tuve que hacerlo, le conté todo. Desde que conocí a Cam, las cosas que habíamos hecho desde que nos conocimos (a excepción del beso), la vez que se dio la idea que yo era gay hasta el día en que nos mudamos aquí. Christian me miraba atento mientras yo lo hacía, una vez que había terminado él se tomó el cabello entre los dedos y suspiró sonoramente.
-Ahora lo entiendo.-sentía cómo sus ojos me traspasaban.- Bayley, él es un idiota.
-¿No estás enfadado?
-No, no lo estoy.-me tomó por los hombros y me dio un abrazo.- Solo un poco conmocionado.
-¿Por qué?.- levanté mi mirada encontrándome la de él.
-Porque aún no puedo entender el hecho de que aún no se lo comentas.
-Es mi mejor amigo- afirmo- sería difícil que él volviera a confiar en mí.
-Lo entiendo.- se quedó pensativo por unos instantes.- Bay, ¿puedo hacerte una pregunta?
-Sí.
-¿Tengo alguna oportunidad?- notó mi rostro de confusión, aclaró su garganta y volvió a preguntar con un poco más de precisión.- Sólo dime si tengo una maldita oportunidad de que tú seas algo más para mí. Necesito saberlo para seguir intentándolo.
-Christian, yo...
-Mira, no sé muy bien qué es lo que en verdad siento. Pero de lo que sí estoy seguro es que creo que eres una mujer magnífica y única...
-Sí.-me acerqué a él y tapé su boca con una de mis manos.-Supongo que tienes alguna oportunidad.
-Magnífico.-tomó por sorpresa mi celular y tecleo un par de veces para luego devolverlo.- Ahora tengo que irme, pero tú y yo tenemos una cita.
-Adiós Christian.- dejó un corto y casto beso en mis labios, alejándose de mí en dirección a su auto.
-Adiós Bay.- me guiñó un ojo, arrancó el vehículo saliendo del estacionamiento y de mi vista.
Duré unos cuantos minutos antes de que unas manos taparan mis ojos.
-Adivina.-era casi tan obvio que no evité soltar una risa.
-No sé, sólo ruego que seas Jared Leto.
-Tonta.-destapó mi ojos y apareció enfrente de mi.-Vamos, el coche está a unas cuantas cuadras de aquí.
-Tienes un enorme estacionamiento en tus narices y tú, Cameron idiota Sloan, ¿prefieres estacionarlo a "unas cuantas cuadras" de aquí?
-Sí, te tengo que contar una larga, larga historia.
-Perfecto.-me quejé ganándome un codazo por parte de Cam.- Y bien ¿qué es lo que me tienes que contar?

HOLA! ¿Ya vieron cuanto los amo? He estado súper ocupada con la escuela y un poco castigada. Escribí el capítulo en mi cel, así que si encuentran alguna falta o cosas del diablo como esas, tengan paciencia que en cuanto vuelva a tener mi preciosa lap las voy a arreglar.
Gracias a todos lo que están votando, leyendo y comentando. Me hacen feliz :) los quiero y deséenme suerte en mi examen de etimología (mi profesor huele raro, iug!)
Hagan la tarea y nos leeremos en un próximo capítulo.
Babai! Besos en sus chimichangas ❤️❤️❤️

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