Capitulo cuarenta y tres:

Start from the beginning
                                    

Que no me volviera a dejar.

—Deberías haberte preocupado ayer cuando parecía que el llanto ni siquiera la dejaba respirar. —El sabía que cosas decir, me estaba muriendo por echarle porras en ese mismo momento—. Nunca me preocupe por nadie y lo sabes pero por primera vez me preocupe porque ella se muriera de tristeza. Pensé que nada la calmaría.

¿Siquiera era posible morir de tristeza?

—Nadie muere de tristeza.

—Si se puede, bajo mucha tristeza los tendones del corazón se rompen y si no me crees te recomiendo que lo googles.

Tal vez el no lo hiciera pero sin duda yo lo haría, porque jamás hubiera imaginado algo así en toda mi vida.

Ese chico me estaba enseñando más de lo que creía posible.

—¿Como lograste calmarla? —preguntó intentando ignorar que lo habían dejado sin escapatoria, que le habían ganado en algo.

—Le traje una botella de Vodka.

Lo decía de una manera tan sencilla pero a la vez tan cargada de orgullo que me contenía para no reír en aquel momento.

—¿Tu emborrachaste a mi novia? Eres un idiota de mierda, cada día lo confirmo aún más.

¿Siquiera continuaba teniendo ese titulo?

—Ex novia, para aclarar. —Comenzaba a desarrollar un gran cariño hacía ese hombre—. Y no tienes derecho a llamarme idiota cuando has roto con la única chica que esta dispuesta a soportar lo mierda que eres.

Nunca me habían dicho aquello pero no por eso dudaba que aquel comentario le doliera, a cualquiera le dolería que le dijeran algo de ese estilo.

—Sabes muy bien porque lo he hecho.

Tal vez el lo sabía pero yo no tenía ni la mínima idea de que era aquello que le provocaba tanto miedo y quería saberlo. Quería decirle que no iba a dejarlo bajo ninguna circunstancia pero el parecía reacio a entender aquello.

Era un hombre determinado, no abandonaría su idea ni en un millón de años, no hasta que se lo demostrara.

Y no sabía como hacerlo.

—Lo sé pero así como yo lo sé tu sabes que ella lo aceptaría, jamás sería capaz de juzgarte si le explicas las razones. —Escuche un suspiro pero no supe identificar quien lo había soltado—. Estas perdiendo mucho más de lo que perderías al contarle.

—Sé que lo entendería, pero iría contra quien es —respondió, un dolor palpable dominando su tono de voz—. No podría dejarme ir cada noche sin tener un remordimiento en su consciencia y no le haré eso, no a ella.

Podía soportar cualquier cosa si el se mantenía a mi lado, tan solo quería que regresara. Que regresara de una condenada vez y se mantuviera allí, venciendo su miedo de correr cada vez que cree que voy a juzgarle.

—También iba contra quien eres el salir con una Dreamer, imagina entonces con una elegida.

Iba contra cualquiera naturaleza que dos personas como nosotros estuvieramos juntos pero por algo lo estabamos, o lo habíamos estado. Nuestros destinos no se habían juntado por casualidad, las casualidades no existieron, no existen y jamás existierán.

Debíamos conocernos, debíamos tener una relación con esa intensidad y recordarla como lo mejor que habíamos tenido, el mismo destino que nos junto se encargaría de ver que haría con nosotros e hiciera lo que hiciera lo aceptaría.

Lucharía por el cuando debiera hacerlo, cuando me sintiera lista para sentir que volvería a herirme con sus palabras pero que aún así lo soportaría. Eso también iría dentro de nuestro destino, me encargía de que así fuera.

—¿Por qué crees que terminamos?

Aquello pareció golpearme otra vez porque así eran sus palabras, un golpe en el centro de mi pecho, de mi corazón. Sentía que mi garganta dolía, rogaba que un gemido saliera para liberar aquella angustia que parecía consumirme al escucharlo hablar de una manera tan plana, sin ningúna emoción. El no podía decir aquello con tanta frialdad, como si no doliera en lo más mínimo romper mi corazón en el proceso.

Pero lo hacía, lo hacía y estaba dispuesto a hacerlo mil veces.

—Vete antes que las ganas de matarte sean más fuertes que mi autocontrol.

Escuche unos pasos antes de que la puerta se cerrara de manera brusca y aquella fue mi oportunidad para abrir los ojos rápidamente, como si el ruido que había hecho me hubiera sobresaltado de tal manera que había interrumpido mi sueño.

—No debes fingir conmigo, solo agradece que el no lo noto. —Me senté en la cama y miré a Agramon el cual se apoyaba en una columna rodeada por enredaderas que tenía la habitación, muy propia de la decoración de la fortaleza—. Realmente considero que tu lo comprenderías pero el sentimiento de protección que tiene contigo es más fuerte que cualquier cosa, se que también tu lo sabes.

—Lo sé pero no quiero que me proteja —respondí para después aclarar mi garganta, no quería llorar más, no quería demostrar cuanto aquello me estaba afectando porque no tenía tiempo. Mi corazón podía esperar, mis obligaciones no—. Tan solo quiero que confíe en mi, que crea en lo que le digo.

—El no conoce lo que es la confianza, comenzó a aprenderlo cuando te conoció. —Aquello era duro, pero sabía que había mucha verdad allí—. Tan solo esta atravesando un proceso justo ahora.

—¿A que hora entrenamos mañana? —No sabía si el brusco cambio de tema lo había tomado por sorpresa pero si lo había hecho no lo había reflejado en lo absoluto.

—No entrenaremos, iremos a hablar con Alexander para saber que hacer contigo —respondió y no me dio tiempo a preguntar cuando continuó hablando—. Los Mortiferis lograron salir del perimetro y seguramente esten notificando pronto tu ubicación, no podemos arriesgarnos.

—Así que vendrán por mi pronto.

—Demasiado pronto —dijo, caminando hacía la puerta—. Descansa, mañana a primera hora debes estar en pie y por cierto, mejoraste mucho. Se noto con los guardias, también ahora.

No me dio tiempo a responder cuando salió de la habitación y quede sola allí, en cuatro paredes que encerraban demasiados recuerdos.

No podría dormir, quería hacerlo pero sabía que no lo lograría así que me coloque de pie cuando vi que, al lado de la silla que estaba frente al tocador, había una hoja arrugada.

Me apresure hasta allí y me arrodille mientras tomaba el papel entre mis manos.

El papel se encontraba demasiado arrugado y la tinta que habían utilizado estaba aún fresca, había manchado gran parte de la hoja pero no por eso las palabras habían perdido su claridad.

Todo estaba claro, menos el idioma.

No comprendía nada de lo que decía, únicamente el comienzo, la dedicación.

Una letra cursiva y muy delicada dedicaba aquella nota a la "somniatore".

Alguien me había dejado una nota y por lo que había escuchado, no decía nada bueno.

***********

Warrior's! Les dejo el capitulo sin corregir porque estoy realmente cansada, cualquier error me dicen <3 los amo!


OcultoWhere stories live. Discover now