"Nada en Común 2"

1+1 siempre es igual a 2

No recuerdo qué edad tenía. Claro, era un niño muy pequeño. Pero ese momento quedó grabado en mi mente de tal forma que fue la ley de mi vida hasta el día de hoy. Estaba sentado en la mesa de comedor con mi padre y frente a nosotros había un plato de galletas recién horneadas. En eso, él colocó una galleta en mi plato y me dijo:

—¿Sabes cuántas galletas tienes en el plato?

—Una.

—¿Y si coloco está? —Mi padre colocó otra galleta en mi plato.

No respondí inmediatamente, me tomé el tiempo de contar en mi mente: "Una, dos..." ¡Dos!

—Dos.

Mi padre sonrió y me enseñó mi primer problema matemático con todo y respuesta:

—Uno más uno es igual a dos. ¿Comprendes esto, Oliver?

—Sí, papá —respondí muy emocionado.

1+1=2 ヾ(｡^ω^｡)ノ

Hoy en día soy un destacado "Asesor financiero". Mi trabajo consiste en orientar a las personas para que tomen las decisiones correctas con su dinero. Evalúo una serie de factores de riesgo y probabilidades de éxito o fracaso . Recopilo una cantidad de información vital sobre sus gestiones anteriores, busco potenciales oportunidades de inversión y elaboro un plan para que mi cliente pueda alcanzar las metas financieras que desea a corto, mediano o largo plazo. Pero, el principio de todo siempre es el mismo:

1+1=2 ('・ω・)っ "Aumentar - Crecer - Evolucionar"

Esa es la regla que aprendí desde muy chico y en este momento de mi vida comprendí que iba mucho más allá de las finanzas y las matemáticas mismas, era un principio que rige nuestra existencia: "EL AMOR"

Dejamos de ser "Uno" -Porque cuando dos personas se aman forman una entidad completamente distinta a lo que antes eran por sí mismos- ahora somos "Dos".

Pensaba en todo esto mientras sonreía y le contemplaba dormido a mi lado. ¡Era sencillamente adorable! (•‾⌣‾•)و ̑̑♡ Claro...yo sé que Emi me odiaba y no sería sencillo que me perdonara, pero eso no me hacía amarlo menos. Al menos este momento tenía la oportunidad de estar junto a él, besarlo, abrazarlo y despertar la mañana de Navidad con la persona que amo.

Hasta que empezó a moverse...y abrió los ojos...

—¡Qué mier...da! ¡Mierda! ¡Mierda!...Mi...ca...be...za...

—¡Buenos días, Emi! ¡Feliz Navidad!

—¿PERO QUÉ...?

—¡Emi!

¡El pobrecito se cayó de la cama al verme! Bueno, no era mi intención asustarlo en realidad, supongo que ni recordaba que lo encontré y lo traje a casa. Me levanté  para ayudarlo a incorporarse.

—¿Estás bien? ¿No recuerdas que te encontré en el bar y te traje a casa anoche?

—¡TÚ! ¡MAL NACIDO! ¡HIJO DE...! ...mi ca...be...za...me siento...mal...

—¡Ven! ¡Te ayudaré a levantarte quieras o no!

Si, el pobre tenía la resaca del año. Lo ayudé a levantarse. Apenas y podía mantenerse sentado en la cama.