"Nada en Común 2"

El Sensual y Misterioso Oliver Moore - 1° Parte -

Después de esa alocada fiesta, de la que pensé no sobreviviría, surgió algo que jamás hubiera esperado: Empezar una relación con el  hombre más sexi y hermoso de la compañía...algo que creí posible sólo en mis fantasías sexuales. Oliver era el hombre más divino que había visto en mi puta vida, asi que como comprenderán aun no podía creer lo que estaba pasado y menos saber que yo le gustaba a alguien como él.  Es que...y no es que tenga baja autoestima, pero ¡Hay que ser realistas! Yo sólo soy un tipo corriente sin absolutamente nada de "Especial" ...De hecho tenía un tiempo bien largo sin sentir que le gustara realmente a alguien.

Lo cierto es que estaba súper emocionado porque sabía lo que Oliver sentía por mí, y aunque no estaba muy convencido con eso de que "Me amaba" por lo menos era bueno saber que le gustaba...el problema es que no...habíamos...tenido sexo ¡Nada! Y eso era algo perturbador. Sí, yo sé que estarán pensando que soy un ansioso-pervertido-calentón...o algo peor...Pero entiéndanme: Tengo treinta años y soy gay, a mi edad ya no se cree en tontas historias de amor. Cuando mucho y conoces alguien que te atrae –o que es "Violable"- sales con esta persona te tomas unos tragos con él, luego follan...luego lo vuelves a ver otro día y vuelves a follar...y si tienes mucha suerte follan dos veces más antes de que alguno de los dos se aburra del otro y te diga "En realidad soy un tipo hetero, casado y con hijos y quería probar algo nuevo" o "Lo que pasa es que...no eres tú, soy yo..." o la más típica: "Oye, sabes que había bebido mucho y uno se confunde"...luego con el famoso "Estoy de paso por acá y mañana regreso a mi ciudad" No le vuelves a ver la cara ni por Facebook. ¡Excusas y excusas! A veces ni siquiera te dicen nada, sólo...tuviste sexo un día con él y ya, "Si te he visto, no me acuerdo". Sé que suena poco romántico pero es así.

Con Oliver todo parecía ser "extraño" o muy confuso. Claro todo el rollo de la fiesta y los problemas que se presentaron apenas y nos dio un respiro para un beso...que no puedo negar que estuvo muy genial, pero con todo y su prematura y loca declaración de amor NO HABÍAMOS FOLLADO y yo ya me sentía como  Willy el Coyote, hambriento y babeando detrás de Oliver, digo del Correcaminos...

Retomando la puta historia, allí estaba yo, en la oficina número 8 y delante de mi dios griego que me había mandado a llamar. Cerré la puerta tras mí y me aproximé a él con cierta seriedad.

—Me dijeron que había un problema por acá ¿Sucede algo con el ordenador? —En serio que me aguantaba las ganas de reírme.

—No sé mucho de estas cosas, sólo sé que mi pc hoy no quiere trabajar, está en verdad muy lenta y...no está haciendo lo que debería hacer.

Se levantó de su silla y sonreía, en serio que el corazón se me detenía al verle. Y no podía evitar sentirme muy, muy estúpido, pero es que el "Efecto Oli" era muy fuerte.

—Bueno...eso suele pasar, sobre todo si hay muchos...virus...si...descargaste cosas...y...

No me dejó continuar, y era lo más inteligente que pudo haber hecho. Se vino sobre mí y me beso...bueno y nos besamos, porque yo no me quedé quieto allí como un idiota, cuando sentí sus labios sobre los míos mi corazón que se había detenido se aceleró, eché mis manos sobre él, le agarré de las solapas del saco y lo atraje hacía mí. Metí mi lengua dentro de su boca y realmente el chico sabía como dar un beso francés, iba al compás de mi lengua acariciándola dentro de todo ese calor y la humedad de ese largo beso. Aunque lo que más me excitó fue sentir como sus manos acariciaban mi cabello y mi espalda. Me separé por un momento de su boca para tomar aliento aunque estaba reacio en hacerlo...

—¡Necesito respirar!

Aunque soltar sus labios fue un error porque Oli se fue directo a mi cuello...y... esa era mi debilidad, comenzó a darme pequeños mordiscos entre besos allí y eso me enloquecía. Comencé inquietarme mucho y él se dio cuenta de que lo que hacía me excitaba...y por supuesto ¡Siguió haciéndolo! Y lo peor era que me gustaba tanto que se me escapó un gemido muy, muy involuntario...