Capitulo diecisiete:

Start from the beginning
                                    

—Vamos, pequeña celosa. —Las puertas del coche se abrieron de un momento a otro—. Tenemos una tienda que visitar.

(...)

—¿Se supone que es aquí?—pregunté al ver la tienda que parecía haber sido atacada en un apocalipsis Zombie.

Las ventanas estaban destruidas, la puerta estaba doblada por la mitad hacía dentro, como si la hubieran forzado en un intento de robar pero apostaba mi vida a que la puerta estaba sin llave, como si esperaran que alguien fuera. El pasto de afuera estaba muy crecido y no era necesario ser un experto para ver que no había sido cuidado en mucho tiempo.

Algo estaba mal, esto no era normal.

—Hay una mujer dentro. —Avise a Bastian—. Aunque no se si tu sientes a las personas.

—Leo los pensamientos así que si los siento pero no soy como tú, yo no puedo ver futuro o pasado.

Sonreí.

—Se siente genial ser superior a ti en algo. —Lo escuche reír mientras caminaba en dirección a lo que, aparentemente, era la única entrada.

—Eres superior en mi en todo solo que aún no lo sabes.

Y me moría por saberlo y patearle ese lindo trasero.

Bastian se había detenido y había comenzado a reír cuando escuchamos que, de la acera del frente, alguien nos estaba silbando.

Al voltear vi que era un chico de aproximadamente quince años que se acercaba corriendo a nosotros como si estuviera en aprietos pero cuando hablo deje de pensar eso.

—No les recomiendo entrar a la tienda de la loca. —Soltó mientras apoyaba sus manos en las rodillas y tomaba grandes bocanadas de aire—. Les lanzará algo por la cabeza, eso hace con todos.

—¿La conoces? —preguntó Bastian pero yo ya había visto toda su vida.

 La mujer que habitaba allí dentro estaba demente ante los ojos de los habitantes del pueblo. Hace 19 años había destrozado su tienda, el trabajo de todas sus generaciones anteriores había quedado reducido a la nada misma cuando ella había tirado combustible allí y había dejado que todo desapareciera frente a sus ojos menos esa tienda en la cual se había quedado a esperarme durante los 19 años en los cuales fue el hazmerreír de todo un pueblo que no entendía su mundo.

—¿Como no conocerla? Me tiro una lata de verduras cuando tenía 9 años.

Contuve una sonrisa mientras miraba a Bastian y como espere asintió en mi dirección, indicando que había visto todo aquello que yo había averiguado.

Sin duda hacíamos un buen equipo.

—Si no te vas ahora mismo yo te lanzaré otra cosa y dolerá más que una lata así que largo de aquí. —El chico miró a Bastian sin entender mientras las facciones de el se endurecían y se volvían más desafiantes—. Te dije que te fueras.

—Ella los...

—Vete. —Solté con brusquedad—. Nosotros veremos que hacer pero lárgate.

—Están tan locos como esa condenada vieja.

El chico volteo y se fue algo que nos dejo el camino tan libre como lo necesitábamos. 

—Es una Dreamer —Comencé a contar mientras me apresuraba hacía la puerta—. Vamos, corre esta cosa doblada por mi o no entraremos jamás.

Miro sobre su hombro asegurándose de que no había nadie mirando en nuestra dirección y la puerta doblada termino doblándose tanto que podíamos entrar sin siquiera tener que moverla un centímetro.

OcultoWhere stories live. Discover now