Louis había tratado un sinfín de cosas, pero nunca conseguía terminar nada.

¿Violín, piano, instrumentos en general? No, olvidaba las partituras en casa y se olvidaba de como leerlas.

¿Escultura? Tenía el pulso de un maraquero.

¿Pintura, fotografía? Su imaginación era basura.

¿Oratoria, canto, declamación? Ew.

¿Danza? Doble ew. Era flojo y con una tolerancia al dolor muy muy baja.

Al menos tenía el consuelo de ser un excelente estudiante y saber muchos datos útiles (e inútiles) sobre el mundo. Pero fuera de eso, no era nada más que un chico de dieciséis años que odiaba a muerte las habilidades extraescolares.

Ahora mismo, la inmensa mansión hacía eco a la densa confrontación que ocurría en el salón. Nada demasiado serio, pero la conversación se tornaba cada vez más reñida al pasar de los minutos.

Louis se encontraba en la biblioteca un piso más arriba de allí y aun cuando tenía ambos auriculares en los oídos, con la música casi a tope, podía escuchar casi con claridad cada palabra siendo cruzada por sus padres. El joven rodó los ojos mientras continuaba la lectura: no era la primera vez que sus padres discutían así. Y casi siempre (por no decir siempre), las peleas ocurrían por el mismo tema de interés: él.

Verán, como dije, Louis tiene dieciséis años. La entrada a la universidad está (casi) a la vuelta de la esquina, y él, no se ha decidido por una carrera. ¿Por qué? Dos simples razones:

-La primera, es que no le da la gana.

-La segunda, cualquier elección que no esté involucrada en la escultura o cualquier muestra de arte, disgustará profundamente a sus padres.

Aunque su padre fuese uno de los escultores post-modernos más aclamados por el público vanguardista de Londres y su madre fuese la promotora de arte más cotizada en el negocio, a Louis....el arte no le parecía interesante, y ni de lejos imaginaba su vida construida a base de él.

Y ahora, era víctima de las constantes peleas que, como ambos padres decían, eran culpa suya. ¿Por qué? Porque cada uno trataba de convencer (y en veces obligar) a Louis a tomar una decisión. Pero la verdad era, que a Louis le importaba pero si bien poco. Y no era porque no le importara su futuro o porque pensara vivir a base del dinero de la familia. Para nada.

Pero sus padres creían que a Louis simplemente le parecía sencillo ser un bueno para nada que pensaba nadar en el dinero familiar toda su vida, sin jamás detenerse a pensar en lo que Louis realmente planeaba. Y el muchacho, se limitaba a ignorarles y esquivar tantos regaños como pudiese, antes de por fin poder aplicar secretamente para la universidad y desaparecer de allí.

Así que, cuando Leonelo y Martina, el mayordomo y el ama de llaves de la familia, entraron a la quieta biblioteca, Louis no estuvo sorprendido.

''Niño Louis'' habló Martina, entrando con cadencia a la estancia. Louis removió la vista flojamente del libro que se encontraba leyendo. ''Sus padres quieren verlo. Están en el salón.''

Louis parpadeó, retomando la lectura. ''Si vamos a discutir lo de la universidad, no pienso bajar.''

Leonelo intervino. ''Lo hacen por su bien. No quieren que termine en la calle.''

Louis cerró el libro de golpe, suspirando con molestia. ''Lo que quieren es que estudie algo que a ellos les parezca bien. Cualquier carrera que no involucre su profesión, les molesta, y bien lo sabes, Leonelo.''

El hombre mayor guardó silencio, manteniendo una expresión de acuerdo con las palabras del chico. Louis negó, dejando el libro en la repisa donde pertenecía y caminando hacia el par de adultos.

𝙿𝚘𝚒𝚗𝚝𝚕𝚎𝚜𝚜 | Libro #1| Larry StylinsonWhere stories live. Discover now