Diario de Paul XXXVII: De cena Romántica

3.4K 155 17
                                    


Londres. Jueves, 27 de Noviembre

Dean está en mi casa. Está jugando con David a la consola mientras yo estoy aquí apoyado en la pared escribiendo esto. Lo último que conté fue cuando se liaron Em y él. ¿Por dónde empiezo?

El Lunes

Me pasé las dos primeras horas de dibujo mandándome notitas con Emily. Sus amigas ya sabían que había desparecido con Dean y no hicieron reproches al respecto. Y así esperaba yo que fuera.

¡¡¡PeLIRROJA!!! ¡Cuéntamelo TODO!

Vaya letruja tienes, ¡qué fea! ¡Me cuesta mucho descifrarte!

Y Tú QUé BONITA. Y Dime , ¿CóMO SE PORtó EL eNANO?

Pues bien, tu amigo Dean es demasiado bueno. No como tú. Nos divertimos mucho. ¿Cómo va con Miller?

¿DeMASIaDo BUeNO? ¿Cómo TieNE quE SER UN HOMBRE para GUSTARTE, ASTHON? ¿Váis A VOLVEr A QUEDAR? Yo FUI A Casa DE Miller A Pedirle MatriMOnio, Pero No estaba.

Para gustarme un hombre tiene que ser hombre. No sé si volveremos a quedar, espero que él quiera. ¡No fastidies que no estaba! Pues ya lo siento, me habría comprado un vestido ideal para la boda. ¿Hay alguna razón psicológica detrás de que alternes las mayúsculas y las minúsculas de manera tan aleatoria?

Queda con él. Es Lo que Tú, Dean y yO QueReMos. No, En ReAlIDaD MaTrimOniO nO le Iba a Pedir. SóLO una Cita, pero No estaba, tíA, ¡Qué PaLO ME llevé! Es posible que tenga Un desaJuste Neuronal, sí, poR eso Escribo Sin orden ni Concierto.

¿Vas A Dar UN BESITo A Dean a LA sAlida dEl COLE?

Sí, uno a Dean y otro a tu desorden neuronal.

PERO A DEAN EN LA BOCA!!!!!!!!

¡Qué sí, Stonem! Se acaba la hoja, déjame ya en paz.

VALE, TE LA REGALO Con Un autógrafo:

ParA lA peliRROja + BordE DE TODA INGLATERRA, del Guapo:  Paul Stonem 9

En el recreo, Delia me dio las gracias por el peluche, así como de sopetón. Casi ni me di cuenta, así que por lo menos no me dio un paro cardiaco. Me reí al recordarle lo de la invitación a cenar. Sonrió y asintió. No sabía a dónde podríamos ir, aunque coincidimos en que era mejor no esperar. Ella propuso que esa misma tarde. Bueno, no estaba mal. A mí se me empezaban a ocurrir un par de ideas. Me preguntó dónde estaba pensando ir al ver mi cara divertida y arqueé las cejas. A Pekin, le contesté. Ella frunció el ceño confundida y yo seguí riéndome.

Por la tarde en casa, cuando ya había hecho todo lo que tenía que hacer, me pegué una ducha y me puse guapete. Más de lo que suelo ser. Bueno no, me puse como siempre. Se me había ocurrido lo de ir a Soho, al barrio chino de Londres, y quizá comer algún bicho pinchado en un palo... o algo peor. Sería divertido.

*

Aparecimos, después de andar un poco, en esas calles llenas de dragones y farolillos encendidos. Es curioso, la verdad. La miré entre esas luces tenues y nos quedamos mirándonos a los ojos. Se había puesto muy guapa y creo que llevaba gloss en los labios. Yo sonreí, sin saber qué decir. El ruido de una música oriental nos hizo a los dos despertar para fijarnos en un pequeño local del que salía la melodía.

—¿Vamos ahí?—pregunté. No tenía ni idea de qué tipo de comida podrían darnos.

Un chico asiático, tras un atril de madera, nos sonreía de forma cómica y exagerada a la vez que hacía reverencias. Le pregunté si había mesa para dos y con un gesto afirmativo nos acompañó a una mesa bastante mona colocada cerca de la ventana que daba a la calle. Tenía una vela en el medio. ¡Qué romántico! Bueno, en realidad no lo soy, pero el ambiente claramente lo era. Y la música sonaba flojita en el interior del local. Nos dio una carta a cada uno y nos dejó sobre la mesa una especie de cortezas blancas. Decía que eran pan de gamba. Al abrir la carta me llevé una grata sorpresa, había cosas normales. Menos mal, ya pensaba que nos darían a elegir entre saltamontes fritos o pincho moruno de escarabajos. Elegimos cada uno lo que pudimos descartar.

Parecemos Tontos...Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt