Capítulo 33.

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Narra Paul.

Señora: Mi niña el miedo es para el invierno, para cuando la nieve alcanza metros y metros de altura, el miedo es para la larga noche, cuándo el sol se oculta... Mi niña no fuiste la primera en este mundo, tal y como tu ancestro, te han encontrado... Pronto vendrán y si te cogen, la luz del sol no volverá a alumbrar nuestros árboles o no veremos crecer nuestras flores, todo será oscuridad... Llegará la noche y desearás que no haya llegado el invierno, desearás no haber venido a este mundo, a este mundo al que nosotros llamamos Tierra.

Yo: ¿Que demonios está diciendo?

Señora: Así que tu eres el estúpido chucho que se a imprimado de mi hija? -dijo viendome con asco- Ojalá ella no te hubiera conocido nunca.

Yo: Ni se le ocurra volver a decir eso... No tiene ni idea de nada... Así que le pido que dejé de blasfemar.

Señora: ¿Porque debería callarme? ¡Le has desgraciado la vida a mi hija!

Amber: Mamá basta, no sabes nada... Yo le quiero, y él a mi...

Señora: Amber, nadie puede enamorarse de ti porque tu no eres humana al igual que tú no te puedes enamorar de eso...

Yo: Una palabra más y me dará igual que sea su madre -dije lleno de ira.

Señora: Muy bien -dijo sonriendo- No quieres que hable más, pero me llevo a mi hija.

Sam: Eso si que no señora...

Señora: ¡Es mi hija!

Mathew: No es por nada, pero hace unos minutos a dicho que ella no es de la Tierra, entonces usted no es su legítima madre...

Señora: Niñato insolente -gritó abofeteándole la cara- No se hable más, tu te vienes conmigo.

Con una fuerza descomunal, arrancó a Amber de los brazos de Jacob. Esta empezó a sollozar y a gemir de dolor, hasta que se cayó al suelo. Me agaché a su lado y le acaricié la mejilla tratando de limpiar todo rastro de sus lágrimas. Miré a la señora, algo en ella no me gustaba. Su olor era diferente a hace unos minutos, e incluso me pareció ver que sus ojos se habían vuelto negros como la noche en vez de verdes como eran antes, su gesto se endureció y su mano se levantó al aire. Todo a mi alrededor se tornó oscuro y frío. Abrí los ojos enormemente al sentir su mano fría en mi mejilla, su palma al contactar con mi mejilla, me pareció sentir algo extraño, una descarga de electricidad, algo difícil de explicar, pero que me hizo regresar del extraño sitio en el que me encontraba. La mejilla empezó a arder pero al ver como agarraba a Amber de los brazos y la levantaba con rudeza del suelo, no dudé ni un segundo en acercarme a esa mujer y arrebatarle lo que es mío. Entonces Amber se desmayó y cayó hacia atrás, me quedé confundido al verla desvanecerse repentinamente, pero corrí para sujetarla antes de que se golpeara con el suelo.

Sam: Le doy diez segundos para desaparecer de mi casa -dijo cubriéndonos al igual que los demás- Si no desaparece, le juro que no será nada bueno lo que le espera.

Paul: Su cabeza ya estaría en mis fauces si no fuera porque es la madre adoptiva de Amber, no la mato porque Amber la quiere... No quiero ser yo quién le rompa el corazón.

Señora: ¡Es mi hija!

Jared: ¡Es su hija adoptiva! -exclamó, este cuando estaba enfadado era como yo, no tan violento pero casi- ¡Uno! -gritó.

Embry: ¡Dos!

Señora: No podéis hacer esto, tiene que venir conmigo...

Love at first sight #Book1Where stories live. Discover now