➤Capítulo 20.

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Liam suspira cuando su madre le repite a Zayn que se cuide, sus ojos clavados en él mientras sostiene la chaqueta del chico entre sus dedos, ceño fruncido y ojos llorosos, mientras que Zayn mantiene una expresión seria, es cuando el moreno traga que Liam puede llegar a percibir el nerviosismo que recorre sus venas, y no puede negarlo, todo su sistema también está picando de ansiedad.

Son las diez en punto de la noche cuando los Payne lo están despidiendo de él, incluso Geoff abraza al alto chico antes de que este se marche, Liam quiere sostenerlo entre sus brazos un día más, pero cuando Zayn menciono que no podía solo evadir el problema todos estuvieran de acuerdo en que era lo correcto, Liam pensó que Zayn también era valentía.

Cuando toca el turno de Liam para que ambos se despidan, quiere gritarle y luego susurrarle al oído cuanto lo quiere, quiere entrelazar sus dedos y quiere besarlo hasta que sus labios de hinchen y su respiración se termine, pero Liam debe abstenerse porque sus padres están detrás, aun cuando siente la preocupación carcomiéndole el pecho, él se detiene cuando su corazón late con fuerza y sus entrañas se retuercen una vez está demasiado cerca de él, sin embargo, cuando ellos se abrazan unos minutos y Liam cree que no puede recibir ni pedir nada más a cambio, es Zayn quien entrelaza los dedos de sus manos antes de presionar sus labios juntos, es tan lento como quiere pero tan fuerte como desea, una combinación perfecta que le pone los vellos de la nuca de punta, que estremece su cuerpo entero y que su mente esté pidiendo por más cuando ellos finalmente se separan.

Zayn no se detiene, porque pega sus frentes juntas y sus ojos se llenan de poca agua que hace que Liam suelte un pequeño gemido y comience a llorar en silencio, apretando sus manos juntas, sus frentes, tratando de que sus latidos se escuchen lo suficientemente fuertes para que Zayn pueda escucharlos, porque ellos no se dicen palabras, no las necesitan.

Las miradas dicen más que las palabras, las miradas enamoran, las miradas te emocionan, y la mirada de Liam le está gritando.

Cuando ellos se separan, con mejillas sonrojadas y respiraciones agitadas, Zayn toma su chaqueta que Karen le está tendiendo antes de irse, le da una mirada a todos, pero la última le pertenece a Liam, y girándose sobre sus pies, Zayn se va.

***

Son las dos de la mañana con cuarenta minutos y Liam sigue sin poder dormir, sus parpados sintiéndose pesados, pero él no puede solo cerrarlos y pretender que su estómago no está revuelto y que sus dedos no están picando de ansiedad porque todo él lo está haciendo, todo él se siente mal, no puede simplemente negarlo.

Quiere llamar a Zayn, quiere escuchar su voz diciéndole que está bien, diciéndole que su padre no lo ha golpeado, no otra vez, y cuando Liam toma su celular y está apunto de llamarlo, el aparato comienza a vibrar y parpadear en sus manos, la imagen que sale de fondo son él y Zayn abrazados, la cabeza del chico descanso en su cuello mientras ambos sonríen, Liam recuerda cuando fue esa tonta foto, recuerda el día y el lugar exactos, recuerda vagamente como Zayn lo abrazaba y repartía pequeños besos en su nuca cuando de la nada pidió una foto, Liam aprieta fuertes sus puños, cuando su mano comienza a temblar una vez coloca el celular en su oreja.

"¿Zayn?" Su voz apenas sale, un deje de preocupación, y nerviosismo, los dedos de sus pies doblándose.

"Liam" Zayn no suena de ningún modo, no hay nada en su voz que Liam pueda identificar.

"¿Za-Zayn est-estás bien?" Va a comenzar a llorar cuando escucha como Zayn suspira.

"Él no me ha golpeado, ni gritado, Li" El chico frunce su ceño.

"¿Qué?"

"Él ha hablado seriamente conmigo, yo... hablamos y él... joder, Liam... me ha pedido disculpas por todos estos años" El castaño no puede tomarlo para bien y responder, su mente revuelta, tratando de analizar las palabras.

Habit | ZiamWhere stories live. Discover now