Capítulo 13.

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Mi corazón latía con tanta fuerza que pensé que toda persona en aquél gran salón podría escucharme, su mano en mi cintura era un recordatorio magnifico de que él había decidido estar conmigo.

– ¿Cómo hiciste para poder venir?

Su mirada se posa en mi rostro, acompañado de una tierna sonrisa, besó mi muñeca antes de responderme.

–No podía perderme de escucharte tocar, mucho menos usando este vestido. ¿Tienes una idea de lo hermosa que luces?

Agache la mirada sin saber que decir, me comenzaban a gustar cada vez más todos aquellos halagos que su boca parecía no parar de decir.

– ¡Soph!

James grita mi nombre y hace que tome la mano de Tom con más fuerza, llevándolo conmigo para poder presentarlo con el que se había convertido en mi mejor amigo.

–Pero ¿qué tenemos aquí?

Pregunta James mirando a Tom con los ojos bien abiertos, sus cejas pelirrojas casi pegan con la línea de su cabello del mismo color.

– ¡Hola, soy Tom! El novio de Sophie.

Estira la mano para que James tome la suya.

–Así que tú eres el famoso Tom, el doctor.

James regresó a verme con una sonrisa burlona, el muy maldito acababa de hacer lo que yo le había hecho hacía un rato.

–Así que famoso ¿eh?

Me sonrojo con violencia mirándolo con una sonrisa de disculpa, pero él simplemente me da un beso en la frente sin dejar de sonreír, podría estar mintiendo pero para mí parecía ser que estaba orgulloso.

Nos sentamos en nuestra mesa sin soltarnos ni un momento de las manos.

– ¿No tendrás problemas por haber venido, verdad?

Niega con la cabeza y me da otro suave beso en la frente, olía tan bien y sus labios eran cálidos sobre mi piel. Levanté tímidamente la mirada pues aún me sentía un poco intimidada. Él baja la mirada hasta que sus ojos se cruzan con los míos y justo en aquél momento los chicos del coro de Ellis comienzan su presentación, sus voces cumplían con una sincronía perfecta sobre lo que ocurría en mi corazón y lo que pasaba entre nuestras miradas.

Tom cerró los ojos acercando su rostro al mío.

Me tomo unos cuantos segundos para cerrar los ojos también pues me asusta un poco que al cerrarlos el desaparezca y se desvanezca como el humo, y para asegurarme de que no pudiese convertirse en un sueño lo tomo de la mejilla, acariciándolo con mi dedo pulgar, sintiendo sus labios expertos tomando los míos y haciendo que se muevan a su propio ritmo.

–Señorita Jones.

La voz de Michael nos interrumpe, me alejo un poco de Tom, mirando a Michael con cierta rabia.

– ¿Qué pasa señor Fassbender?

Se sentó frente a nosotros y con una sonrisa burlona responde.

– ¿En dónde estamos?

Negué con la cabeza luciendo bastante confundida.

– ¿Cómo?

Se acerca más a la mesa y vuelve a preguntar.

– ¿En dónde estamos?

Con la misma confusión de antes, regresó a ver a Tom buscando una respuesta, pero él y Michael parecen haberse enfrascado en una competencia de miradas.

Love Song.Where stories live. Discover now