Capítulo 10.

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 – ¡Esto no funciona!

Grité desde el probador de ropa. Este era el quinto vestido que me probaba y esta era la décima tienda que visitaba, en todas y cada una de ellas todos los vestidos que había tenido el valor de probarme se me veían horroroso.

–Déjame verte.

Pidió Lucy, era la única con la paciencia suficiente para acompañarme de compras. Salí del probador con tremenda cara de asco en el rostro. El vestido era de color azul turquesa, sin ninguna otra gracia más que hacer a mis senos lucir desesperados por escapar en busca de un poco de aire. Pro para Lucy yo lucía hermosa lo cual me hizo dudar sobre la eficacia de sus lentes de contacto.

–Te ves asombrosa.

Dijo ella con una sonrisa en el rostro.

– ¿Estás loca? ¡Lucy parezco un pedazo de carne que se derrite a pedazos!

Me mire en el espejo intentando acomodar el vestido y poder ver lo que ella veía, pero me parecía imposible, era yo. No había nada de espectacular en mí, una lágrima apareció en mi ojo e intenté limpiarla antes de que Lucy pudiese notarla, aunque ella lo noto de inmediato.

–Vamos Soph, es solo un vestido.

Negué con la cabeza aguantando el resto de lágrimas que querían salir de mis ojos. Me encerré en el probador esperando no romper el vestido al sentarme.

–Para mí no es solo un vestido, Lucy, tú no podrías entenderlo, para ti es tan sencillo que lo haces con gusto.

– ¿De qué estás hablando?

– ¡De la ropa! Las marcas de ropa hacen todo para chicas como tú, tienes un cuerpo precioso, ni siquiera tienes que intentarlo, tú puedes elegir que ropa quieres usar o no, tú puedes elegir que te hace sentir mejor o no. En cambio para chicas como yo, no nos queda más que conformarnos con la ropa que, parecen hacer con la tela que les ha sobrado.

"No tenemos la oportunidad de comprar ropa para sentirnos más bellas, nosotras compramos ropa para disimular lo que sobra, para poder ser invisible y evitar las burlas de todos, eso es lo que los chicas como tú no logran entender ni un poco".

Tomé un poco de aire que se convirtió en un sollozo, Lucy no respondía, abrí la puerta del probador y la vi llorando.

– ¿Lucy?

Ella se limpió las lágrimas e intentó sonreír.

–Lo siento Soph, nunca lo había pensado así.

Me sentía como una tonta por haberla hecho llorar cuando su única intención había sido ayudarme.

–Lo siento mucho Lucy, por favor no llores.

Negó con la cabeza y me miró a los ojos.

–Es sólo que... Sophie yo no puedo ver lo que tú ves y tu lamentablemente no puedes ver lo que yo veo. Porque cuando yo te veo probándote ropa nueva, no veo a la chica que intenta ocultarse de los demás, yo veo a una Sophie bellísima. No entiendo cómo... ¿Cómo es que no aceptas lo que yo te digo? ¿Por qué te es más fácil aceptar lo negativo en vez de los comentarios positivos?

La mire sin saber cómo responderle de una manera en la que no sonara cruel. No quería escuchar consejos de autoestima de una chica la cual había lucido toda su vida como una súper modelo, a pesar de quererla como a una hermana, no estaba dispuesta a explicarle algo que de cualquier manera no entendería. Entré de nuevo al vestidor para quitarme la ropa y salimos en un completo silencio que no se rompió hasta que cada quien tomó su camino a casa.

Love Song.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora