— ¿Tienes un cigarro? —oí a mi izquierda.
Esperaba que no fuera a mí, pero dejé el móvil y miré. Era un chaval de unos dieciocho años. No era mucho mayor que yo. También pude ver que no me hablaba a mí, sino a alguien que se había sentado en un banco cercano hacía unos minutos.
— ¿Tienes fuego? –preguntó el que estaba sentado como respuesta a la pregunta del joven.
—Sí —contestó.
Los dos acabaron con sendos cigarrillos encendidos y unos cuantos días menos de vida.
ESTÁS LEYENDO
Pequeños fragmentos inconexos
Short StoryTodos los días te cruzas con gente. Hay muchas personas a nuestro alrededor. Todas ellas, al igual que tú, llevan una historia dentro. ¿Te apetece que te cuente "Pequeños fragmentos inconexos" de esas historias?