—Puedo explicarlo. No es lo que parece.
—Adelante. Te escucho —dijo con total tranquilidad.
Y esa tranquilidad inundó de miedo a la otra persona.
—No te enfades, por favor —pidió, intuyendo qué era lo que de verdad sentía por debajo de esa aparente indiferencia.
—No voy a enfadarme. No merece la pena algo así por alguien como tú —el tono indiferente seguía ahí. Y había descolocado totalmente a la otra persona.
— ¿Qué?
—Que con gente como tú solo se puede hacer una cosa.
Una sonrisa macabra decoraba su rostro.
Y una mueca de miedo se quedó grabada en el de la otra persona para siempre.
ESTÁS LEYENDO
Pequeños fragmentos inconexos
Short StoryTodos los días te cruzas con gente. Hay muchas personas a nuestro alrededor. Todas ellas, al igual que tú, llevan una historia dentro. ¿Te apetece que te cuente "Pequeños fragmentos inconexos" de esas historias?