Capítulo 9

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El Narrador había cumplido con su palabra, desde aquella conversación hizo todo lo que pudo para ayudarla a estudiar. Ya estaban a final del año escolar y no le quedaban demasiadas posibilidades para sacar un mejor promedio, pero no perdía nada intentado, además, si lograba sacar una sola calificación más alta de lo normal, significaría que ya encontraron una técnica de estudio eficiente para ella; lo que le garantizará un mejor futuro en su último año.

Marisa escribía para el joven un resumen de la materia vista en clases, destacando pequeñas cosas que el profesor avisó que entrarían en las preguntas. Gracias al fallo y error, logró comprender que su amiga era una persona que necesitaba que le explicasen con palabras simples y ejemplos aplicables lo que acababa de leer. No comprendía mucho de la vida, ni siquiera entendía el pasar del tiempo, pero si de algo sabía era de lenguaje. Escritura, gramática, redacción y más, le habían abierto las puertas a otros tipos de conocimientos que ella estaba aprendiendo en la escuela. Cuando tenía que enseñarle biología, le dibujaba aquello de lo que hablaban; cuando tenía que enseñarle sobre letras, ejemplificaba con sus historias favoritas; y cuando tenía que enseñarle historia, le narraba los sucesos ocurridos como si de grandes historias de ficción se tratasen, ilustrando ambos las escenas de vez en cuando. Matemáticas fue un poco más difícil de explicar, pero con esfuerzo y paciencia consiguió la forma de que las fórmulas se tallaran en la memoria de la chica.

Los últimos exámenes se presentaron, dejándole a ambos expectantes por los siguientes días. Los nervios les consumían, pero ambos sabían que no pudo haberle ido peor que antes a la joven, por más feo que eso sonase. Finalmente, el ansiado día llegó; el narrador no había recibido una respuesta inmediata desde que su amiga le indicó que le darían los resultados alrededor del día, lo que le dejó algo inquieto, pero no demasiado, confiaba en que le había ido bien. Pasados uno o dos minutos a ojos del joven, recibió al fin una actualización.

«¡Conseguí una A- en lengua! ¡También una B+ en biología e historia!» La cara se le iluminó de orgullo y alegría.

«¿Y matemáticas?»

«Solo una C-, nunca ha sido mi fuerte, haha.» Una pequeña carcajada salió de sus labios al leer aquello. «Y todo gracias a ti, Nash.»

«Claro que no, el mérito es tuyo, yo solo te ayude a estudiar; tú te aprendiste la información y contestaste el examen.» Realmente estaba muy feliz por ella. «Sabía que eras capaz, estoy muy orgulloso.» Un pequeño dibujito del chico pelinegro diciendo "felicidades" apareció en el papel terminada su oración, para que segundos después los trazos del otro lado formaran uno similar de Marisa diciendo "¡muchas gracias!".

«Mamá se vio algo más contenta hoy. No me felicitó, pero dijo que me llevaría a la piscina para celebrar y luego al campo de flores, ¡no puedo esperar!» Un suspiro salió de sus labios, no sabía por qué exactamente. Miraba sonriente sus palabras, sentía una paz increíble al saber que le estaba yendo mejor ahora. Esperaba que fuese así siempre, verla tan alegre y animada le traía consigo ese sentimiento de tranquilidad increíble.

«Me alegro mucho,» escribió; «espero lo disfrutes. Te lo mereces.»

«Ahora que lo pienso, nunca has estado en una piscina, ni has visto el mar, mucho menos un campo de flores.» Aquello era verdad. «Sé que sabes qué son porque los has visto en las historias, pero jamás has sentido por tu propia cuenta el olor de una rosa o el agua tocar tus pies.»

«Es cierto.» Confirmó. «No puedo experimentar nada de eso, pero tampoco puedo aspirar a mucho desde aquí. El solo poder hablar contigo es un privilegio que atesoro con todo mi ser.»

Hubo una pequeña pausa antes de la respuesta. «Eso no está bien, deberías poder conocer las pequeñas maravillas que la vida ofrece.» Se leía algo triste, para cambiar rápidamente su tono a determinación. «Te prometo, no, te juro, que algún día las conocerás. No sé de qué forma, ni siquiera sé cómo llegar a ti, pero si algo nos permitió poder contactarnos siendo de mundos diferentes, significa que debe haber una forma de encontrarte, y yo la hallaré,

La agonía del NarradorWhere stories live. Discover now