Al llegar a casa agradecí que Julie no estuviese ahí, no tenía ganas de hablar con nadie.

Las palabras de Lucy aún sonaban dentro de mi mente. ¿Por qué no podía aceptar los comentarios buenos de las pocas personas que se atrevían a dármelos?

Era más fácil creer las cosas malas, porque sonaba más lógico, ¿por qué si no, insistirían todos en repetírmelo? Cerré mis ojos esperando dormir hasta despertar con tres tallas menos.

Había pasado la semana entera viviendo en la más aburrida rutina, aprendiendo las nuevas melodías que tocaríamos para el baile, veía a Tom casi todas las noches, menos cuando tenía guardia nocturna, y al verlo sonreír para mí, el roce de sus labios sobre los míos, sus palabras dulces en un susurro en mis oídos, eran los únicos momentos en los que no sentía que detestaba a todo el mundo, o mejor dicho, los detestaba a todos menos a él, lo cual lo convertía en una persona con demasiada importancia en mi vida.

No pude evitar sonreír al recordar sus manos acariciando mis mejillas y sus labios besando los míos.

– ¡Jones!

La voz de Michael me hizo despertar de mis recuerdos y sentirme golpeada por la totalidad de la realidad.

–Espero que él lo valga, señorita Jones, espero que valga la pena perder una brillante carrera por pensar en él.

–No sea tan exagerado.

Lo dije sin pensar, todos regresaron a vernos, podía sentir un regaño completo junto con una bien merecida expulsión de la orquesta, pero Michael cerró la boca, negó con la cabeza y se subió las mangas de la camisa.

–Tomen un descanso.

Dijo él sin dejar de mirarme fijamente, aquello me tomó por sorpresa. Salí corriendo del escenario antes de que pudiese decirme algo. James me alcanzó después.

– ¿Qué fue esa escena de celos?

Preguntó él con las cejas levantadas, lo mire confundida.

– ¿De qué estás hablando?

–Pues de Michael, prácticamente se le salieron los ojos y estuve haciendo conjeturas estos últimos días, prestando más atención ya sabes, y llegué a la conclusión obvia.

– ¿Y cuál es esa conclusión?

Mi celular sonó de pronto, haciéndome saltar un poco.

–Espera un poco, cuando vuelva quiero la maldita conclusión.

James asintió y se dio la vuelta para dejarme sola.

– ¿Hola?

– ¡Hola Soph! ¿Llamo en mal momento?

Una sonrisa iluminó mi rostro al escuchar su voz.

–No, acaban de darme un descanso. ¿Qué pasa?

Suspiró del otro lado de la línea, lo cual me hizo sentir asustada.

– ¿Tom? ¿Está todo bien?

–Sí, bueno no, no sé cómo decirlo, no podré ir por ti esta noche, tengo guardia.

Me sentí aliviada de inmediato.

–Oh, es solo eso, no te preocupes, estaré bien, buscaré como...

–No, Soph, eso no es todo.

De nuevo el corazón comenzó a latirme demasiado rápido.

– ¿Qué pasa?

Sentí una mano moviendo mi hombro y regresé a verlo con brusquedad.

–Sophie, Michael quiere que volvamos.

Love Song.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora