Solas 「 Freenbecky 」

⊢ 09 ⊣

Becky:

Mierda.

Mierda.

Mierda.

Maldije una y otra vez.

¿Cómo fui capaz?

Me pregunté a mí misma tras horas de lo sucedido. Freen se fue de la habitación sin decirme más y me dejó con un dolor en el pecho, el dolor de haber traicionado a mi propio hijo. Besé y toqué a su esposa con otra intención. Lo hice, no hay excusa alguna, ni el licor que bebí y lo peor es que no me arrepiento de ese acto, eso es aún más grave.

Sin arrepentimiento.

— Buenas noches, cariño mío, ¿Me esperabas para dormir? — mi esposo entra a la habitación dejando su maletín a un lado y empieza a desvestirse frente a mí. Negué con la cabeza e hice una mueca con los labios al recordar el mensaje de Charlotte. — ¡Oh! ¿Bebiste? — arquea las cejas en desaprobación.

No aguanto más.

Ya no puedo.

— Quiero el divorcio. — solté directo.

Billy media desnudo con apenas el bóxer, se queda pasmado.

— ¿Es una broma?

Negué. — No. Quiero el divorcio.

Él pestañeó demás, mostrándose confundido.

— Pero... ¿Por qué quieres divorciarte de mí? — pregunta fingiendo inocencia. -- Nosotros nos amamos. Somos la pareja perfecta.

— No me amas y hace tiempo que no somos realmente una pareja Billy. — no me quedo callada nada, aprovecho para soltar todo lo que he estado guardando. — Yo de verdad intente salvar nuestra relación pese a tu anterior comportamiento conmigo, quise una última oportunidad, pero todo se fue al demonio cuando confirme que me engañas con una joven que parece tu hijo. — revelé y como esperaba, Billy se hizo el shockeado. — Lo sé todo y con pruebas, no lo niegues.

Él se acerca a mí para tomar mis manos, pero no se lo permito, lo que lo desespera.

— Becky, escúchame por favor. Todo tiene una explicación.

— ¿Qué explicación? — lo reté con una mirada dura. — Es obvio que tu aburrida esposa te cansó y decidiste mirar a otro lado. No hay más que decir. Quiero el divorcio.

Y me levanté de la cama para salir de la habitación con Billy siguiéndome los pasos detrás de mí. — ¡No puedes! ¡Yo te amo!

Suspiré.

Es tan egoísta.

Ya no me ama lo suficiente y no disfruta mi compañía, ¿Para qué quiere tenerme a su lado?

Además, tampoco soy inocente. Me gusta otra persona estando casada y...

No puedo seguir con este matrimonio.

— Quiero el divorcio. Es mi última palabra.

— ¡No puedes divorciarte de mí! — y me sorprendo ante su pequeño show con lágrimas de por medio.

Show que llamó la atención alrededor porque mi hijo se apareció junto a su esposa.

— ¿Qué está pasando? — pregunta mi hijo preocupado. — ¿Por qué mi padre está sin camisa y con boxers en el pasillo?

Billy se aferra al brazo de nuestro hijo. — Tu madre se quiere divorciar de mí. Hazle entrar en razón. — dijo actuando como si fuera una víctima.

Me retuve a rodar los ojos.

Es tan dramático. En el fondo debe estar feliz de deshacerme de mi.

— Mami no puedes separarte de tu esposo. Aquel que ha estado contigo desde tu juventud. — me pone ojitos de cachorro tierno. Típico en él cuando quiere salirse con la suya. En su niñez hubiera caído ante esa mirada, pero en la actualidad no.