Solas 「 Freenbecky 」

⊢ 04 ⊣

Freen:

¿Qué hago?

Es lo que debato en mi mente.

Entre lo correcto y no desear un problema grande en la casa, peor aún con Heng por mi revelación. Mi mente solo debate esas opciones.

- ¿En qué tanto piensa mi querida y guapa esposa? - pregunta Heng acurrucándose en mi pecho, mientras estamos acostados en la cama.

Sonreí y pellizque su nariz. - Una tontería.

- Uhm...- asiente no insistiendo más en preguntar y se vuelve un momento romántico, pero Heng, conociéndolo, tuvo que arruinarlo con el tema que me hostiga a diario. - ¿Cuando le vamos a pedir el dinero a mi padre? - reclama. - Tiene que ser cuanto antes.

No quiero pedirle.

Y ahora menos que sé de su infidelidad, pero se lo prometí a Heng. Con incomodidad en mí, debo cumplir mi palabra.

- Cuando esté presente en la casa, ya sabes, tu padre sale de improviso de viaje y regresa varios días después.

- ¡Oh, es verdad! ¡Mi padre es genial! - como siempre habla de su padre con tanto orgullo.

Si supiera.

Lo que realmente es.

Un infiel.

Con un poco de nervios por dirigirme al tema que guardo como secreto me atrevo a hacer una pregunta. - ¿Crees que tus padres se sigan amando?

Él se sienta en la cama y gira a verme con las cejas fruncidas. - Obvio que sí, ni dudarlo. Son la pareja perfecta, uno es divertido y una no tanto, es una combinación para continuar muchos años más de matrimonio.

Está confiado.

Muy confiado sin saber la realidad y no puedo más, se lo confieso. - Heng, el día de la fiesta de tu madre, yo vi a tu padre saliendo de su habitación de diseño con una mujer y no era tu madre. - por fin me quito ese peso. -Una más joven y creo que es modelo. Ambos actuaron cariñosos con el otro.

- ¡¿Es una broma?! ¡Dime que sí!

Negué haciendo una mueca.

Él suspiró pesado y lágrimas empezaron a bajar por sus mejillas.

- Yo creo que debemos decirle juntos a tu madre. Ella no merece seguir siendo engañada por tu padre.

Heng se abalanza encima de mí abrazándome. - No, por favor. No lo hagas.

- Pero...

- No, sería arruinar mi vida ante los demás. Mis padres separados por una infidelidad, hasta Kiki me jodería a diario, no quiero eso. No quiero que se separen. No lo cuentes Freen, hazlo por mí. - suplica entre sollozos.

- Pero tu madre no merece que le sean infiel. - me quejé aun así abrazándolo también y dándole mi apoyo.

- Lo sé y yo voy a hablar con mi padre. Le mentiré que fui yo quien lo vio con otra mujer y le pediré, no, le suplicaré que respete el matrimonio con mi madre. Esa es la solución.

No creo que esa sea la solución.

La infidelidad seguirá siendo una mancha en ese matrimonio y yo no deseo ser partícipe de como Becky está atada a él que no la valora como esposa. Y creo que ella puede buscar su felicidad en otro lado. Dejar esa soledad por fin.

Eso es lo que pienso y Heng me pone en aprietos al...

- Prométeme que no abrirás la boca y le contarás de esto a mi madre. - alza su rostro para mirarme fijamente a los ojos.

Mierda.

Lo vuelve a hacer.

Porque no pude negarme. - Lo prometo.

Él suspiro de alivio y relajándose, me besó, a lo que correspondí con la mente distraída en el tema de mi suegra.

Aun así.

Me hizo suya.

●●●●

Se lo prometí a Heng, le prometí que no abriría la boca, pero en la promesa no incluye mención de otras formas de hacerle saber a Becky.

Porque no podía más con esta incomodidad en mí de saber ese secreto, hice lo primero que se me ocurrió. Sin ponerme a pensar mucho en las consecuencias. Solo lo hice. Escribí un anónimo para Becky donde le cuento de la infidelidad de Billy.

Espero que Heng nunca se entere.

Me disimulo dirigiéndome hacía mi suegra que está en la biblioteca de la casa ordenando unos libros que, al parecer, sacó para leer y ya los terminó.

- ¡Freen, dios! - cuando Becky giró, me vio parada detrás de ella y se llevó un gran susto.

La miró apenada.

- Lo siento por aparecer de improviso, pero pensé que estarías ocupada y no quise interrumpirte anunciando mi llegada.

- Está bien, no hay problema. - me sonríe tan cálido. - ¿Qué te trae por aquí?

- Vine a preparar un pastel, es el lugar indicado para hacerlo. - me avergoncé, otra vez con mis chistes malos o comentarios con sarcasmo, sin poder controlarlo.

Y ella se río. - Qué graciosa Freen, pero hablando en serio, tú no eres de las que suelen venir a la biblioteca, creo que soy la única en la casa que suele entrar aquí, así que... ¿Qué te trae a la biblioteca?

Suspiré.

Aquí vamos.

- Resulta que en la entrada de la casa me tope con este sobre y está dirigido a su nombre. - y es ahí cuando mis nervios quieren traicionar con una voz ahogada que trato de disimular lo más que puedo. - Así que te traje el sobre personalmente para dártelo en tus manos.

Ella asombrada aceptó el sobre para abrirlo de inmediato y soy espectadora de cómo su expresión se va deformando cuando lee su corto texto.

Con una letra mal escrita porque no me arriesgue a ser descubierta por nadie, y lo que escribí fue lo siguiente:

"Rebecca Armstrong, su esposo, Billy Patchanon, le es infiel con una joven."

Apretando el sobre con fuerza en sus manos, habla. - No puede ser. No es posible.

Y entiendo su reacción de no creer a la primera leída.

Pero sí es real.

Y pido perdón mentalmente a Heng, pero tuve que hacerlo por este medio sin romper mi promesa de no abrir la boca con Becky, pero...

Su madre necesita abrir los ojos.