Solas 「 Freenbecky 」

⊢ 01 ⊣

Freen:

Negué por quinta vez en el día y mi mejor amiga, también jefa, no parecía aceptar un no como respuesta.

- Acompáñame, ¿sí? - insiste y junta sus dos manos. - Por favor, solo un rato.

- No puedo, Nam. Soy una mujer casada y no está bien visto ir por la noche a un lugar de esos. Lo siento, pero me voy a casa con mi esposo. - mi respuesta hace bufar a mi mejor amiga.

- Me haces compañía en ese bar hasta que llegue mi cita. Si no llega él, solo bebemos unas copas y nos retiramos. - asegura. - No tiene nada de malo. Ir a un bar con tu mejor amiga no es traición a tu esposo.

Lo dudé.

Aun así, volví a negar porque no quería problemas con Heng. Él está últimamente más estresado, triste y con un humor a punto de explotar, si yo decido ir a un bar con Nam mientras él duerme, puedo herirlo y es lo que menos quiero. Suficiente daño le hago con mi problema al no poder embarazarme como para aumentar el daño siendo una mala esposa.

Él no pierde la ilusión de lograrlo, pero yo me he rendido en silencio.

Siento que no hay solución para mí y es por eso por lo que planeo hablarle a Heng de mis ideas para poder ser padres sin seguir insistiendo conmigo al someterme a tratamientos y otras cosas que solo me lastiman más y más al ser inútiles.

Así que al llegar a casa con él y con algo de temor de su reacción, decidí atreverme a hablar de mi primera idea.

- Cariño, ¿No has pensado en que adoptemos?

Él está sentado frente al espejo y se arreglaba el cabello, pero se detuvo para girar su rostro un poco y verme con una expresión molesta. - No quiero el hijo de otro. Quiero que lleves a mi hijo en tu vientre.

Entiendo.

Primera idea desechada. Así que continuó con la siguiente.

- ¿Y si solicitamos un donador? - consultó con él a pesar del pinchazo que siento lastimando mi orgullo de mujer. - Así llevaría a nuestro hijo en el vientre.

Un golpe sonó en el suelo.

Heng del enojo lanzó el frasco de una de sus cremas para el rostro.

- ¡Deja de decir disparates!

- No es un disparate, creo que es una buena idea. - murmuro bajando la mirada al no soportar ver sus ojos llenos de tristeza y enojo.

- Es que no entiendes quiero que lleves a nuestro hijo en tu vientre, pero el hijo tiene que ser tuyo, sangre de tu sangre, tuyo y mío porque eres mi esposa. - y lo escuchó llorar.

De inmediato me arrepentí de abrir la boca para decir mis ideas que no fueron de su agrado.

- Lo siento, Heng. Lo siento.

- ¿Por qué no eres una mujer capaz de quedar embarazada? ¿Por qué? - llora y camina hacia mí. -Hay que seguir intentándolo, ¿sí?, por favor Freen, necesito que me apoyes en esto.

Sus palabras me dolieron.

Yo no sé cuánto más tenga que soportar este dolor.

Él sufre mucho, pero yo también lo hago. No puedo más con esto.

- Si no hay resultados en los próximos cinco meses. Quiero parar. No más insistir con mi problema. - pido y él no lo tomó bien, pero asintió. - Entonces, así quedamos. - y tratando de cambiar el ambiente tenso, lo tomó de la cintura sentándome encima suyo para besarlo. Al principio se deja sin problemas, pero cuando desabotone un poco su camisa se separó enseguida de mí.