Solas 「 Freenbecky 」

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- Hoy no. Porque saldré con mi mejor amigo y me presentará a su prima que es especialista y ha ayudado a muchas parejas que creían perdido tener un hijo. - y ahí va con lo mismo. - Me haré su amigo, le pediré su ayuda y un trato especial a nuestro caso. Deséame suerte. - deja un corto beso en mis labios y se dirige a su mesita donde toma su perfume favorito para rociarse un poco en su cuello y sale por la puerta dejándome sola una vez más.

Suspiré.

Es cuando recuerdo a Nam y creo que tuvo razón, hubiera salido con ella porque no es traición a Heng.

Me arrepentí.

- Sola. - susurré mirando la habitación vacía y en silencio.

Ni ganas de dormir tengo así que se me ocurrió beber un trago y quizás....

Tal como pensé. Al dirigirme a la sala encontré a mi suegra sentada en el sofá con una copita en la mano mientras, pensativa, mira un punto fijo.

- Hola. - saludo sentándome a su lado.

- Hola... ¿Estás sola?

- Si, Heng salió con unos amigos, ¿Y su esposo?

Se encogió de hombros. - Creo que salió de viaje de improviso. Ya intuirás como es la apretada agenda del diseñador más cotizado del país. A veces ni sé dónde está.

Sentí pena al escucharla.

Ella se siente sola.

Yo me siento sola.

Pero son diferentes casos.

- ¿Quieres un trago? - pregunta como las anteriores veces.

- Sí pero no se preocupe. Yo me sirvo una copita. - le sonrió un poco antes de levantarme del sofá y dirigirme hacía una cómoda donde están las botellas de licor.

Regreso a su lado con mi copita y como es costumbre, chocó con su copita antes de empezar a beber.

- Sabes. Hoy es mi cumpleaños y es un día normal para todos en esta casa. - dice de pronto, sorprendiéndome por ese dato.

¿Qué?

Confundida hablé. - Creí que era en una semana. Como mi suegro organizó una fiesta a lo grande para ese día. Aunque ahora que lo recuerdo los años anteriores también se hizo una fiesta en días distintos.

- Así es Billy. Nunca celebra los cumpleaños el mismo día. Todo tiene que ser bien organizado y decorado para que asistan sus amistades. - soltó un resoplido. - La verdad no me interesa mucho mi supuesta fiesta de cumpleaños porque en mayoría son amigos de él y no míos.

Pobre.

Me sentí mal por ella.

No conozco mucho a mi suegro, pero en lo que he notado es perfeccionista, todo tiene que estar tal como él quiere. Es obvio que sería así su personalidad al ser un reconocido diseñador de modas.

Sin embargo, es triste y lamentable porque Rebecca es su esposa... ¿Cómo puede darle cero importancia a un día especial?

De pronto se me ocurrió una idea para alegrarla un poco, aparte de que yo aprovecho y me distraigo también.

- Suegra. Vamos. - me pare y estire una de mis manos.

- ¿Eh? - parpadeó de más confundida.

- Vamos. Aún no acaba el día de su cumpleaños.

Ella duda, pero toma mi mano.

Ambas salimos de la casa, subimos a mi coche y yo manejé hacía cierto lugar que antes visitaba todo el tiempo. Espero que el ambiente sea de su gusto.