Capítulo 30: Día de Surf

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En un rápido movimiento, Liam tomó a Amanda de las caderas con una mano, posándola luego en sus glúteos, sin soltar la tabla que sostenía en la otra y la besó. Un beso intenso. De esos que a Amanda le encantaban y la dejaban por las nubes.


— Mmm, labios de cereza, me gusta —afirma, saboreando el brillo labial de ella en su boca; Amanda sonríe.


Se agacha para recoger una pala del juego de Dannae, que él mismo le compró ayer. Hemsworth cava una zanja algo profunda para enterrar la tabla en la arena con un sólo movimiento rápido y preciso. Apisona la arena con los pies ya descalzos. Luego lanza una mirada desafiante hacia los italianos, que siguen rondando y, además, los saluda con el dedo medio, con claro disgusto por el reiterado acoso a Amanda, a quien le sacaron fotos sin que ella se percatara mientras bajaba a la playa (porque no aceptó cuando se lo pidieron).


— ¿Qué pasó... te dijeron alguna grosería? —consulta Amanda, frunciendo el ceño.

— ¿Crees que no me doy cuenta cómo te miran esos dos? ¡No han dejado de seguirte y hasta fotografiarte mientras yo arrendaba el quitasol! —exclamó Liam muy enojado.

— ¿Me tomaron fotos?... ¡Les dije que no quería fotos! —Amanda grita lo último fuerte y en italiano, para que los fotógrafos lo escuchen. Éstos últimos se alejaron pidiendo disculpas, tras lanzar una última mirada a la pareja.

— Cuando venías bajando a la playa con Dannae, también cuando tú estabas quitándote la ropa... ¡Dios!, te movías tan sensualmente. Pero lo que me molestó mucho fue que te sacaran varias fotos a escondidas, especialmente cuando te agachabas.

— Debe ser porque me negué a posar para ellos, me lo pidieron cuando tú te habías adelantado...

— Entonces cuando me di cuenta, te tomé y te besé, para que supieran que eres mía, que no estás sola, que eres mi chica... además de mandarlos a freír espárragos. Si no se iban, los iba a echar a trompadas o empujones...

— Es una playa, Liam, es un lugar público... no puedes echarlos.

— Bueno, al menos ya se fueron.


Amanda le pide olvidar el asunto. De todas maneras, se muestra muy agradecida que él la proteja de cualquier potencial acoso. Dannae juega haciendo hoyos sin darse por enterada de la situación.

Entonces Liam extiende su toalla junto a la de su novia y se sienta descubriendo su torso al sol, lanzando la camiseta sobre la arena. Amanda lo mira risueña cuando la llama con el índice y una arrebatadora sonrisa. Se besan otra vez y ella le pregunta si irá a surfear, él responde que más tarde, quiere estar con ella y Dannae y tomar un poco de sol.


— Parezco fantasma al lado tuyo —bromea respecto a su palidez.

— Pareces una pantruca gigante —se burla—. Bueno, yo he tomado suficiente sol en la cordillera, así que creo que hoy me mantendré más a la sombra. ¿Sabías que hay un enorme agujero en la capa de ozono sobre Chile?

— Y sobre Australia también —remata el actor.


Liam se tiende cuan largo es en la toalla y Amanda no tarda en imitarlo, posando su cabeza y una mano sobre su pecho marcado. Él le acaricia el pelo y le planta un beso en la coronilla, susurrando que la ama, que está loco por ella, Amanda le dice que ella también y se acurruca más contra el cuerpo del australiano. Pero el romance no dura mucho. 

Amanda y Liam. Tú + Yo = 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora