Capítulo 15: Encuentro Casual

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Jueves, 2:00 P.M. Costanera Center


Amanda se alegró que le hubieran asignado turno de noche en esa semana, así había menos posibilidades de ver a Liam y al team Hunger Games. Para su suerte, los actores, técnicos y todo el team llegaban tarde por la noche. Sólo los divisaba aparecer en el lobby y dirigirse rápidamente a los ascensores, muy cansados rumbo a sus habitaciones para dormir y partir temprano al otro día.

Pensaba que era mejor no ver al chico australiano de los ojos azules por unos días, si antes la perturbaba su presencia, ahora no podría mirarlo a los ojos y mantenerse serena... no después de ese beso. Sabía que si Liam se acercaba a la recepción, ella tendría que hacer acopio de toda su voluntad para atenderlo como a cualquier otro huésped del hotel, como si nada hubiera pasado entre los dos el domingo anterior. 

Pero sí que había pasado algo. 

Por fortuna para ella, Liam se mantuvo alejado, pasaba serio o bien cabizbajo por el lobby sin mirar en dirección a Amanda, como solía hacer antes. Y parecía que todo el team la evitaba también; aunque Josh, Jennifer y Xander se habían comunicado con ella vía redes sociales, sin embargo Amanda no les respondió sus mensajes. Tampoco el de Liam, era mejor cortar la comunicación con todos ellos. Incluso llegó a considerar la opción de eliminarlos y hasta bloquear al australiano, pero luego reflexionó que ninguno de ellos tenía la culpa de lo que ella había sufrido en el pasado, ni tampoco por el desatino de Liam de robarle un beso sin adivinar que la asustaría tanto. Por otra parte, temía que su jefa se enterara que estaba socializando con un grupo de huéspedes, contraviniendo el reglamento.

"Liam debe pensar que soy una estúpida, una inmadura... y una traumada, para remate", se dijo unas cuantas veces. 

Ahora estaba en una mesa del food court del centro comercial cercano a su trabajo. Tenía día libre, había pensado quedarse en casa (haciendo cualquier cosa menos pensar en Liam), pero Maya la había llamado y texteado insistiendo que almorzaran juntas en el mall; ya que sus horarios de trabajo no coincidían esta semana y cuando una llegaba, la otra estaba durmiendo o se había marchado. 


— ¡Tenemos que hablar hoy!, te espero en el patio de comida a las 2 —porfió Maya por celular. 


De mala gana, Amanda se duchó, se caló una camiseta blanca sin mangas, unos jeans gastados y rotos, zapatillas para andar cómoda y se tomó su largo pelo en una cola de caballo. No se esmeró más con su arreglo personal porque no le gustaba llamar la atención de los hombres... y ahora menos que nunca quería verse provocativa. Aunque inconscientemente se anudó la camiseta en la cintura por el calor, mientras caminaba al centro comercial. Los hombres la miraban en el metro y en la calle, lo cual la disgustaba mucho. Veía un acosador o abusador en potencia en cada uno de ellos. Se caló los lentes oscuros y revisó los mensajes en su móvil.

Cuando llegó al foodcourt, Maya la esperaba con una pizza. La pelirroja fue al grano, le hizo ver que Liam no tenía cómo saber nada de ella si Amanda era tan cerrada como una ostra y se ponía tantas corazas, que no era su culpa, que si la había tomado y besado de sorpresa, era porque ella no le había dejado otra alternativa negándose una y otra vez a tener una cita con él.


— Sí, tienes razón, amigui... y ya lo perdoné pero es mejor que se vaya y así yo me olvido de Liam, es lo mejor —declaró decidida, pero luego exhaló un suspiro desde lo hondo de su corazón. Liam le gustaba mucho, pero era mejor dejarlo ir. 

— Yo creo que no se va a ir todavía, pasó ayer por la tienda a saludarme... todavía tiene bien morado alrededor del ojo y la nariz algo hinchada. Dijo que no ha podido grabar las escenas que le faltan...si Pablo le pegó tremendos puñetazos —comentó Maya. 

Amanda y Liam. Tú + Yo = 3Where stories live. Discover now