XXVIII.

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P.O.V SONIA STONE

- Lo siento mucho – susurra el médico y volteo a ver a Sandra quien solo toma su cartera y se va –

Trato de alcanzarla pero va muy rápido y ni siquiera está corriendo, cuando la veo detenerse en la parada le pego un grito y cuando creo que estoy por acercarme a ella toma un taxi y se sube para irse, la veo marcharse y bajo los hombros preocupada.

Vuelvo a la clínica y entro para acercarme a la sala de espera, me acerco a Miranda quien es abrazada por Anna mientras llora y le hago una seña a la rubia quien asiente y se separa de Miranda, la abrazo y se aleja para verme, aquellos lindos ojos cafés están rojos junto a su nariz y con un puchero en los labios.

-Se me fue – susurra en un hilo de voz y la abrazo –
- Lo lamento – respondo y más fuerte me abraza –
- ¿Y Sandra? – pregunta su papá y me giro a verlo –
- Debe estar en casa – responde Laura – en tu casa – finaliza la aclaratoria y Roberto se queda en silencio como recordando algo –
- Debo irme – dice y aunque quiero saber que ocurre, sigo abrazando a Miranda –
- Si Sandra le costó superar la muerte de Catrina, la de Evelyn será peor – dice el señor Pablo y frunzo el ceño mientras miro a la nada – por eso Alondra y Juan, vengan acá – dice serio y los mellizos se acercan a él –
- Abuelo mi mamá – trata de hablar Alondra pero no puede más –
- Va a necesitar de ustedes dos porque ya sabemos que sucedió cuando Catrina falleció – dice y Miranda se aleja para ver al señor Pablo y yo me disculpo para ponerme de pie –
- ¿Qué sucedió con ella? – pregunto y todos se ven a las caras –
- Cayó en una depresión que sólo con ayuda de un psicólogo y de Evelyn ella pudo salir adelante – responde Juan serio y mi corazón se acelera –
- ¿Aún teniendo a sus hijos? – pregunto y el señor Pablo baja la mirada –
- La tía Evelyn fue su salvadora y a nosotros nos mantenían fuera del margen – responde Alondra y asiento lentamente –
- Yo me hago cargo de la parte fúnebre – avisa Miguel y Miranda vuelve a llorar –

Anna se acerca a ella y la abraza mientras que el resto estamos preocupados por Sandra, la señora Danna abraza al hijo de Evelyn y mi cabeza esta solo con Sandra, esto es un golpe duro para ella y si las cosas son como dicen, esta vez tenemos que tener todas las fuerzas para estar a su lado.

-Anda con ella, te va a necesitar – pide Juan y volteo a verlo –
- Yo te llevo – se ofrece Laura ahora y asiento –

Me doy la vuelta y me acerco a las sillas, le pregunto a Anna si trajo coche y me responde que no, le doy mis llaves y le pido que me lo lleve al edificio luego, acepta y le doy un beso en la cabeza a Miranda, me disculpo y entiende, así que agarro mi cartera y me doy la vuelta, me despido de todos y Laura se me une para caminar hasta salir de la clínica, unos minutos después estamos subiéndonos a su camioneta, le agradezco y niega, nos ponemos los cinturones de seguridad y la castaña enciende la camioneta para irnos.

-Evelyn estaba cumpliendo hoy 48 años – dice Laura y volteo a verla –
- Verdad que Sandra me dijo – digo recordando y la castaña asiente –
- No creo que se le haga fácil a mi amiga levantarse de este golpe – susurra y siento ganas de llorar –

Volvemos al silencio y miro por la ventana mientras que Laura maneja hasta casa de los padres de mi novia, todo hoy ha sido un caos pero la pérdida de Evelyn es algo de lo que muchas personas no podrán levantarse en un buen tiempo, Miranda mi amiga es una y Sandra mi novia es la principal, sé que después de la conversación con Roberto para él también es difícil todo esto y más porque se dejaron de hablar por culpa de un estúpido orgullo y prejuicios, que complicado es todo.







Sandra Torrini

Le agradezco al taxista después de pagarle y me bajo, camino lentamente y arrastrando los pies hasta llegar a la entrada, toco el timbre y segundos después me abre mi nana, sonríe pero al verme haciendo un puchero se esfuma la sonrisa y me mira preocupada.

La amante de mi marido Where stories live. Discover now