XV.

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Dos horas han pasado y ningún médico sale a decir nada, a mi lado están mi hermana y Laura mientras que al lado de Alfredo están nuestros hijos, también han llegado la hermana de Sonia, sus padres y un par de amigos, todavía recuerdo la sonrisa de mi hermana cuando vio llegar a la pelirroja, esa sonrisa podía vérsela cuando estaba con Miguel pero ahora es con la amiga de Sonia, esto es increíble, no entiendo como todo termina girando entorno a ella y yo, sus amigos y mi familia, ella y mi ex, ella y yo, todo es Sonia Stone y no sé cuando ocurrió todo esto.

-¿Familia de Sonia Stone? – pregunta un doctor y todos nos ponemos de pie, pero se acercan sólo sus padres y hermana –
- ¿Cómo está nuestra hija doctor? – pregunta su madre –
- Se encuentra estabilizada, a pesar de que perdió mucha sangre logramos salvarla, va a necesitar mucho reposo ya que tiene un par de costillas rotas, una pierna y algunos raspones en los brazos – responde el doctor y ahora se acerca Alfredo –
- ¿Y mi hijo? – pregunta titubeante, sé que quiere llorar –
- Lo lamento – responde el doctor y Alondra se acerca a mí, la abrazo fuerte y cierro los ojos unos segundos –
- Ella estaba muy ilusionada – dice su mamá quien llora abrazando al señor Stone –

Me alejo de Alondra y me acerco cautelosa hasta Alfredo, pongo mi mano en su hombro y se gira para verme, hace un puchero y me abraza fuerte, comienza a llorar y susurro un suave “lo lamento” y realmente si, lo lamento porque no me imagino ese dolor, menos me puedo imaginar cuando ella despierte y le den la noticia.

-Sé que Sonia va a necesitar mucho tiempo para recuperarse de esa pérdida así que le daré el tiempo necesario – susurro y Alfredo se aleja –
- Siempre fuiste buena – susurra y sonrío de lado –
- Lo lamento – susurro de nuevo y asiente –

Todos se acercan a Alfredo para abrazarlo y yo me acerco a mi hermana y Laura, nos sentamos y el resto se reúne cada grupo para esperar a poder verla, veo la hora y ya casi es medianoche, un doctor sale para pedirnos que vayamos a casa y todos hacen caso pero yo no puedo solo irme y ya.

-¿Te quedas? – pregunta Laura y asiento –
- Llévate a mis hijos Evelyn – le pido y asiente –
- Avísanos cualquier cosa – pide mi hermana y asiento –
- Cuida de papá – pide Alondra y asiento –

Me despido de mis hijos, de mi hermana y de mi amiga para luego verlas marcharse, los padres de Sonia se acercan a mí y nos despedimos amablemente, la hermana de Sonia también se acerca y nos despedimos educadamente, en cuanto a los amigos solo fue de lejos, finalmente estamos solo Alfredo y yo, me acerco a él y nos sentamos.

-Gracias – susurra y niego –
- Tranquilo, para eso estamos – susurro y pone su mano sobre la mía en mi pierna –
- Voy por un café ¿quieres? – pregunta y asiento –

Veo a Alfredo ponerse de pie e ir al ascensor para subir a la cafetería, en cambio yo me quedo en la sala de espera y pasa el médico que trata a Sonia, me pongo de pie y me acerco a él para detenerlo un segundo.

-¿Puedo ver a Sonia? – pregunto suplicante y me mira unos segundos –
- ¿Es usted familiar? – pregunta y resoplo –
- Si le digo que la amo ¿me deja entrar? – pregunto y sonríe negando – ¡Por favor! – suplico y se queda en silencio pensando unos minutos –
- Sígame – pide y asiento haciéndole caso –

Caminamos un largo pasillo y me doy cuenta que es la UCI, me pide ponerme el kit médico, le hago caso y eso hago, unos minutos después vuelvo a seguirlo hasta una habitación y allí la veo conectada, lágrimas corren por mis mejillas y lentamente me acerco hasta ella para sentarme a su lado, agarro su mano y acaricio los nudillos, le dejo un beso en el dorso y me pongo de pie para acercarme a su rostro, le doy un beso en la frente y acaricio su mejilla mientras lloro en silencio, esto no debía ser así, pienso mientras la veo conectada y con un yeso en la pierna, algunos raspones en los brazos y un par de moretones en la cara.

La amante de mi marido Where stories live. Discover now