VIII.

633 62 2
                                    

-Yo si me imaginé a Mario casado con Sandra – comenta la abuela Carmen y resoplo –
- Sobre mi cadáver – responde papá comiendo y viro los ojos –
- El cariño es mutuo Roberto – dice sarcástico Mario y me rio – pero no abuela Carmen, la decisión la tenía ella y amaba con intensidad a Alfredo aunque nadie lo ama más que Roberto Torrini – responde Mario y papá se ahoga mientras el resto nos miramos entre sonrisas burlonas –
- Catrina te daría la razón – dice mi abuela Martha y tristemente es cierto –
- ¿Catrina? – preguntan y miro a Sonia –
- Mi ex suegra amor – responde Alfredo y hago una mueca de desagrado –
- ¿Y donde está? – pregunta Sonia confundida –
- Muerta – respondo seca y todo queda en silencio –
- Mi suegra era la persona más hermosa del mundo – dice Mario calmando la situación y sonrío para lanzarle un beso –
- ¿Laura no te da celos? – pregunta Pamela entre risas y Laura le sigue –
- Debería dármela pero los conozco de toda la vida y siempre he sabido del amor eterno que le tiene Mario a Sandra, a parte menos podría tener celos ahora que Sandra sus gustos son otro – responde Laura y me sonrojo mientras que Pamela se ríe y entrelaza nuestras manos –
- ¿Sonia piensan tener hijos? – pregunta mi abuelo a la pelinegra y hago una mueca de disgusto que claro que no pasa desapercibida –
- No hemos tocado ese tema aún – responde seria y cierro los ojos suavemente – yo, yo no sé si quiera hijos, además Alfredo tiene sus hijos y es bien así – finaliza y sonrío de lado –
- Yo si espero que ustedes pronto me digan que están juntas – dice mi abuela Martha y me rio negando –
- Sobre mi cadáver – susurra papá y volteo a verlo con el ceño fruncido –

Evelyn cambia el tema y le damos protagonismo a los cumpleañeros, lo cuál agradezco porque no quiero que mi vida privada sea hablada entre la familia y mis empleados, a nadie debe importarle lo que yo haga o deje de hacer con mi vida privada, Evelyn y Alondra comienzan a hablar con Kaprica mientras que Miguel habla con Alfredo y papá, en cambio la abuela Martha habla con Pamela y Sonia, la abuela Carmen habla con Juan y Miguelito, mientras que yo hablo con mi abuelo.

Las horas van pasando y entre risas pasamos una hermosa velada, para las 8:30 de la noche llegan con el pastel de mis mellizos y les cantamos el cumpleaños, aplaudimos y les pedimos que pidan un deseo, después de soplar las velas los meseros nos traen un cuchillo y como tradición la abuela Martha pica el pastel mientras que el resto estamos entre risas y ayudándola, el abuelo me hace una seña y asiento para seguirlo hasta salir del restaurante, nos alejamos un poco y me abrazo por el frío, se ríe y se quita su chaqueta para dármela y le agradezco, el abuelo saca su cajetilla de cigarros y enciende uno mientras se sienta detrás de su carro y me siento a su lado.

-¿Cómo te sientes? – pregunta y sé porqué lo dice –
- Bien, cada día tratando de salir adelante – respondo y me abraza –
- Pamela me gusta para ti, se ve seria, educada y responsable – dice el abuelo mientras fuma y me rio –
- Ella es muy bonita – susurro y asiente –
- Pero lamentablemente Pamela llegó tarde – susurra y volteo a verlo sin entender –
- ¿Por qué? – pregunto y sonríe haciéndome ver que papá se parece a él –
- Porque en el corazón no se manda y en el tuyo hay alguien más aunque no lo quieras ver – responde y me alejo para quedarme confundida – ella también es muy hermosa pero no es la persona indicada, al menos no ahora – susurra y se pone de pie –
- Abuelo – susurro y se gira para verme –
- Tu mamá hubiese preferido a tu lado a quien fuese menos al idiota de Alfredo, pero no puedes hacer lo mismo que él hizo – aconseja el abuelo y me quedo más confundida que antes – vamos adentro – susurra y me pongo de pie –

Mi abuelo me deja un beso en la sien y caminamos hasta volver al restaurante, al entrar me detengo y le doy la chaqueta, sonríe y me disculpo para ir al tocador, asiente y él sigue a la mesa, en cambio yo me desvío para ir al baño. Al llegar me encierro y me acerco al lavabo para verme al espejo, las palabras del abuelo vuelven a mi mente y me siento más confundida que antes, escucho la puerta y reacciono cuando su perfume se adueña de mí.

La amante de mi marido Where stories live. Discover now