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P.O.V SANDRA TORRINI

20 de diciembre

Me arreglo el abrigo mientras me siento frente a aquella lápida blanca y pulcra, suspiro y leo el nombre de mamá “Catrina Isabel Palma de Torrini 1950 – 2010” acaricio la lápida y luego dejo unas girasoles, las que siempre fueron las favoritas de mamá y sonrío de lado mientras siento una presión en el pecho y tengo ganas de llorar.

-Como quisiera que estuvieras aquí a mi lado, no sabes como necesito un abrazo tuyo mamá – susurro con la voz ronca y rota – tenías razón y Alfredo no era para mí, siempre tuviste razón pero nunca lo quise ver – suspiro y miro al cielo que se nubla – no sé como seguir mamá – digo volviendo la vista a su tumba – mi única calma son mis hijos y Evelyn que no me suelta la mano – sonrío pensando en mi hermana – pero cuando cierro la puerta de mi habitación y estoy sola, ya la historia es otra y me siento horrible, lloro hasta dormir y ya no soporto este dolor – mi voz se quiebra y comienzo a llorar –

Hablo con mamá un buen rato y también le cuento todo lo que he tenido que vivir en los últimos dos meses, como la amante de mi marido se volvió mi empleada y que realmente estoy loca porque yo no estaba obligada a contratarla y aún así lo hice, también le hablé de papá y su poco apoyo, todo fuera tan diferente si ese cáncer no me hubiese quitado a mi madre, sé que si ella estuviera aquí yo me sentiría menos sola.


*********

-Buenos días Kaprica – digo sin ánimos de nada –
- Buenos días jefa ¿su café? – pregunta y me detengo para voltearme a verla –
- Sí, gracias – respondo y asiente sonriendo –

Sigo hasta mi oficina y cuando abro me adentro para cerrar la puerta, me apoyo de la puerta y resoplo pesadamente, me arreglo y me acerco al escritorio donde dejo mi cartera, me quito el abrigo y lo dejo en el perchero para luego sacar mi celular de la cartera y también colocarla en el perchero, me acerco a mi sillón y me siento.

Unos minutos después entra Kaprica con mi café y agradezco, tomo la taza y me giro para ver la ciudad mientras tomo un trago de café, Diciembre siempre ha sido mi mes favorito a pesar de que mamá falleció en este mes, sonrío al ver la ciudad tan fría y obvio llena de nieve, me quedo pensando y creo que un viaje no caería mal, el problema viene siendo a quien dejo a cargo de mi empresa, suena la puerta y digo un suave “adelante”.

-Buenos días jefa – dicen y cierro los ojos mientras mi corazón se acelera después de escuchar aquella voz agridulce –
- Buenos días – respondo girándome –

Me quedo paralizada al verla, sonríe de lado y la detallo en silencio, su vestido azul ceñido al cuerpo y sin mangas, son sus tacones de agujas a juegos haciendo ver aquellas piernas largas más definidas, es aquel rojo en sus labios que me hipnotiza, sus ojos azules como el océano, su cabello negro azabache cayendo como cascada por sus hombros y una pequeña sonrisa, resoplo y niego reaccionado.

-Dígame – digo suavemente y me hace una seña para acercarse, asiento y lo hace para sentarse frente a mí –
- Vine para que me pueda explicar algo sobre la empresa – dice y asiento mientras me cruzo de piernas y la miro atenta –

No sé exactamente qué me pasa cuando tengo cerca a la señorita Stone pero ahorita mismo sonrío hacia mis adentros mientras su mirada recae en mis piernas cruzadas, la veo carraspear y me tenso mientras ahora es ella quien se cruza de piernas y se sube un poco aquel vestido azul que lleva puesto, le quito la mirada y busco mis gafas para entonces ponernos a trabajar.

Una hora después, la señorita Stone sonríe satisfecha y me quito las gafas, su mirada es profunda y me causa nervios, maldita sea que siempre es igual con aquella mirada azul, pienso mientras intento disimular mis nervios. Sonia Stone se despide y asiento para verla ponerse de pie, se da la vuelta y se va, puedo admirar sus caderas moviéndose de manera sensual, su trasero y sus largas piernas, sale de mi oficina y salgo del trance donde entré y resoplo pesadamente, niego rápidamente y me pongo las gafas para seguir trabajando.


La amante de mi marido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora