XXVI.

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Sandra Torrini

Estoy súper nerviosa pero también feliz, tengo a mi familia aquí a mi lado, a mis amigos, acabo de conocer el resto de la familia de Sonia y también están sus amigos, estamos brindando y a mi lado la tengo a ella, nos sentamos y escuchamos un par de pasos, me giro y veo a Pamela, sonrío y me pongo de pie para acercarme a ella, no estaba invitada pero la tía Danna me rogó que la invitará y ¿Quién soy yo para no complacer a mi tía favorita? Así que aquí está sonriente.

-Hola cariño – saludo y la abrazo –
- Hola hermosa – saluda y nos alejamos –
- Vamos, únete a nosotros – digo y cuando me giro Laura ya no está al lado de la tía Danna –

Entrecierro los ojos y sonrío burlona mientras que la tía Danna ni se inmuta, niego y me acerco con Pamela, la pelinegra se sienta al lado de la tía Danna y frente a mí, mientras que yo sigo al lado de Sonia pero también al lado de mi suegro, busco la mirada de Sonia pero me ignora para hablar con mi abuelo, resoplo y llegan los tres meseros con las cartas de los postres, les agradecemos y cada quien pide menos yo, siento que se me revuelve el estomago y quiero que todo salga perfecto.

Después de treinta minutos los meseros vuelven y asiento al que le sirve a Sonia, él sonríe y Sonia frunce el ceño, sonrío por dentro y decido ignorarla mientras come el postre, bueno eso es hasta que encuentre mi sorpresa que debería ser pronto.

-¿Qué es esto? – pregunta y respiro profundo para girarme –
- Un anillo – susurro y se gira a verme –
- ¿Por qué? – pregunta y todos se quedan en silencio mientras se lo quito –
- No es matrimonio – rio y el resto se queja – es una promesa de luchar y mantenernos unidas – explico y Sonia me mira impresionada – ¿Sonia Bethsabe Stone Belucchi quieres ser mi novia? – pregunto a su lado y Sonia comienza a llorar –
- ¿De verdad? – pregunta con la voz rota –
- Muy de verdad – respondo y sonríe para abrazarme – ¿Es un sí? – pregunto y asiente mientras esconde su rostro en mi cuello –
-¡Si! ¡Sí! – grita después de alejarse y sonrío para besarla –

Me alejo y le pongo el anillo, es un anillo sencillo tipo de bodas pero más pequeño, de oro y con nuestras iniciales, mi corazón late furioso y sonrío mientras seco sus lágrimas, todos aplauden y la vuelvo a abrazar, le dejo un beso en la sien y Sonia se aleja.

-Te amo – susurro y sonríe –
- Te amo, ex esposa de mi ex – dice y me rio –
- La amante de mi marido – susurro burlona y nos reímos –

Tomo sus mejillas y la vuelvo a besar para luego alejarnos y finalmente todos comienzan a felicitarnos, en ese momento me giro y esta Alfredo frente a mí con una mujer como de nuestra edad, el castaño asiente y aprieto la mano de mi ahora novia.

-Acabo de presenciar todo y felicidades – dice sonriendo con sinceridad y asiento – hijos les presento a Catalina Dilma, mi novia – dice y volteo a ver a Sonia quien también está asombrada –

Mis hijos se ponen de pie y se acercan a su papá para felicitarlo, sonrío y apoyo mi cara en el hombro de Sonia. Minutos después invito a Alfredo y a Dilma a que se nos unan y así pasamos el resto de la velada entre familia y amigos, parece raro pero igual ya no hay nada entre Alfredo con alguna de nosotras, es el padre de mis hijos y no puedo solo hacerme enemiga de él, creo que ya todo está pagado en esta vida, lo que me hizo y lo que le hice, pues de cierta forma ninguno actuó bien pero ya fue.





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Esta noche no iríamos ni a su departamento, ni a mi casa ya que tenía reservada una habitación en el hotel. Ahora llegamos y me estaciono, apago el coche y ambas nos quitamos los cinturones de seguridad, agarro mi cartera en el asiento de atrás y nos bajamos, Sonia rodea el coche y extiendo mi mano para que la tome, caminamos hasta entrar al hotel y le pido a la pelinegra que me espere luego de darle un beso, así que me acerco a recepción.

La amante de mi marido Where stories live. Discover now