Look at the Soul

Capítulo 11

—¿Lo que yo necesito?

Chanyeol cerró sus ojos por un momento mientras bajaba su cabeza.

—¿Me vas a seguir respondiendo con otras preguntas?

Hasta ese momento Baekhyun ya sabía lo que estaba haciendo. Se conocía lo suficiente como para saber que reaccionaba de esa manera por su creciente molestia interna, lo cual terminó en provocar al otro. Buscó en él algo significativo, porque la expresión de Chanyeol no le cuadraba y sus intenciones tampoco, mucho menos por su lectura anterior. Sin embargo, tuvo curiosidad.

Baekhyun miró por un momento la puerta con el pestillo y luego volvió a Chanyeol.

—Hace tan sólo unos minutos dijiste que era inapropiado y poco profesional —señaló.

—Lo es.

—¿Entonces por qué?

—Que lo sea no significa que no estoy dispuesto a hacerlo. —El otro se acercó un par de pasos y de pronto Baekhyun sintió la habitación diminuta—. Quería hacer que estuviéramos en la misma página. Dijiste que no has hecho nada desde hacía un tiempo, y no pareces querer hacer algo al respecto por ti mismo por motivos que desconozco, pero que puedo imaginar y entenderlos. Te prometí que haría todo lo posible para que estuvieras bien y esto no es la excepción. No haré nada que no quieras y tampoco haré nada para mi propio beneficio, así que, ¿necesitas ayuda con eso?

Baekhyun exhaló mucho más pesado de lo que se hubiera imaginado, apostaría a que incluso el otro fue capaz de escucharlo. Realmente intentó ver en él algún atisbo de burla o risa, esperaba que en algún momento de esa conversación Chanyeol simplemente soltara una carcajada —si es que es capaz de reír por más de tres segundos— y le señalara por ser un pervertido de mierda que está duro por unos simples roces, pero no llegó nada de eso.

—No soy un caso de caridad —señaló.

—Nunca pensé que lo fueras.

Ya no podía ocultar su rostro el cual estaba evidentemente rojo. Sentía el calor en todo su cuerpo, una mezcla de bochorno con otra cosa que sabía muy bien qué era. Excitación. Estaba excitado y lo peor es que ya no podía solo adjudicárselo al toque físico previo, sino también a la manera en que el otro explicitamente priorizó su comodidad.

¿Ahora tenía algo con eso?

De entre todo, Chanyeol esperó su respuesta con paciencia.

—Ni siquiera sé qué quiero. —Su cuerpo sí que lo sabía. ¿Su mente? Estaba colapsando. Aunque, muy en el fondo, esa frase hizo más ruido que cualquier otra cosa.

¿Qué es lo que quieres, Baekhyun? Resonaba. En todo estos años, ¿realmente has hecho todo por ti y para ti?

—¿Necesitas mi mano? ¿Mi boca? ¿Mis dedos?

La ya casi olvidada sensación de placer recorrió su entrepierna tan rápido que tensó todo su cuerpo. Sus ojos se abrieron y sintió una gran necesidad de tocarse a sí mismo en ese momento. Chanyeol enumeró eso como si fuera la lista del súper y de todas maneras fue suficiente para hacerle estremecer. Y, para ser peor —o mejor— el más alto parecía ser testigo de cada minúsculo detalle de su ser, como si supiera exactamente lo que significaban sus movimientos (seguía seguro de que le podía leer la mente).

—¿Por qué irías tan lejos? —Como última vocalización racional, Baekhyun fue con ello, no obstante, para nada era una negativa. En ese momento las piernas de Chanyeol ya tocaban el colchón y lo miraba desde arriba.

—No lo es para mí. —Chanyeol comenzó a inclinarse sobre él.

—¿Estás seguro de que quieres esto?