PUF-069.

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Narra Paris.

—Buenos días.—resoplé, masajeé mi sien una vez más antes de tomarme la infusión.

—Buenos días, Armando.

—¿Ya se te bajó la nota?

—No empieces a joder.

—¿Qué no empiece a joder?

—Shhh...baja la voz.—apretó la mandíbula antes de cerrar la puerta del cuarto.—Me duele la cabeza.

—¿Y qué carajos pensabas que pasaría si te ponías a tomar así?

—Ay, suave.

—Suave, el nene estaba llorando.

—¿Cuál es tu viaje, que te tocó hacer de papá o cuál es el show? Porque ando confundida.

—Llegaste tomada anoche.—asentí.—Teniendo una responsabilidad acá.

—Pero es que es de los dos, no mía nada más.

—Yo no puedo darle el pecho, como te puedes imaginar.—rodé los ojos.—Te estoy hablando, Paris.

—Estoy escuchando.—cerré los ojos cuando escuché el llanto del nene.—Encárgate, es por tu culpa que se despertó.

—¿Disculpa?

—Me escuchaste.—susurré.—Ya llévatelo y déjame descansar.

—¿No tuviste suficiente anoche?

—¿No lo tuviste tú todo el tiempo que no estuviste para él?

—No seas injusta, Paris.—me sobresalté cuando escuché el vidrio quebrándose.—Dita' sea.—tal vez quería que me preocupase pero no iba a caer, no iba a dejarme regañar por salir una noche a despejarme, no después de todo lo que tuve que pasar.

Nando seguía llorando, pensé que Luar se iría a limpiar la herida para que me dejase algo de privacidad con mi hijo pero no lo hizo, observé en silencio como lo tomaba con su mano libre y comenzaba a calmarlo.

—¿Quieres a tu mai?.—el nene lloró más.—Yo también pero nada que regresa.—retrocedí un poco porque eso sí había conseguido hacerme sentir mal, estaba aquí y no sentía que fuera justa la forma en que se estaba portando conmigo.

—Es su hora de comer.—acoté acercándome a ambos.Alejó sus manos dándome a entender que lo cargara y así lo hice, me senté en el borde de la cama y sonreí cuando comenzó a calmarse.—¿Me extrañaste, príncipe?.—acaricié su mejilla.—Haz lo tuyo porque esto anda doliendo ya.—susurré bajando la tira del pijama, enseguida se enganchó a la teta y comenzó a comer como si no hubiera un mañana, mi mirada viajó hasta Luar, se metió en el baño para curar su mano y tras eso, regresó al cuarto.

—¿Va a repetirse la escena de ayer?

—Luar, solo...

—No quiero ir pa los tribunales para decirles que no eres capaz de cuidar de mi hijo, Paris.

—¿Disculpa?.—una sonrisa incrédula salió de mis labios.—¿Yo no soy capaz de cuidar a Nando?

—Nada más digo q...

—Nada más dices pura mierda.—me miro a los ojos.—No vuelvas si quiera a insinuar que vas a separarme de mi hijo porque primero te mato, Luar.—sonrió de lado.—No hay nadie más capaz que yo, ni siquiera tú, puedes creer que por haber sobrevivido a una noche ya sabes todo pero no es así, yo lo tuve nueve meses en mi vientre y yo lo parí, es mi calor el que ha sentido desde el comienzo , conozco el significado de cada uno de sus quejidos así que no, no irás a ningún tribunal a decirle nada a nadie porque tuviste que hacer lo que te tocaba por tu parte.

Public Figure | Luar la L Where stories live. Discover now