PUF-044.

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—Hablas como si no conocieras a tu novia.—miré a mi suegro.—Soy en primero que se niega a que intervenga pero es bien terca, igual que yo, agradézcanme eso.—me crucé de brazos.—Te pegaron un tiro, en su cabeza te querían matar y ella no va a dejar las cosas así.

—Pues debería.

—¿Tú lo harías?.—cuestionó Diego.—Eres el papá de su bebé, no creo que quiera dejar que te metas de cabeza en una trampa mortal y quedarse mirando nada más, bobo.

—Dije que no vamos a meter a Paris y es que no vamos a meterla, punto.

—La semana no va a terminar y la vas a ver aquí en la isla.—aseguró su papá.—Allí no se siente segura, también sabes eso.

—Pues habla con ella y le sueltas cualquier patraña pa que se quede quieta, quiero resolver esto a la buena y con ella no se va a poder.

—Paris es bastante mas resolutiva que ustedes.

—Mandó matar a los otros.

—Pero lo solucionó, ¿cierto?

—Hablar con este señor es algo...difícil.—expliqué a mis panas.—Porque es alguien que como pudieron ver pues tiene respuesta para todo.

—Si tu posición fuera más cierne quizá me costaría algo más pero solo veo a un chiquillo asustado porque sabe de lo que es capaz o más bien, temes averiguar de lo que es capaz porque comprobarías que es peor que tú, también es culpa mía pero...

—Es su baby, no la quiere poner en riesgo y ya.—me apoyó Santos.—Sonos suficientes acá en la isla para encargarnos de todo.

—¿Quien la cuida allí?

El señor Debois se quedó callado.

—Pues despidió a toda la plantilla de seguridad así que diré que el Espíritu Santo.

—¿Qué?.—preguntamos los tres a la vez.

—¿Dejaste que se quedará por allá sola?

—Está grande para decidir.

—Pero debías protegerla.

—Ella me mando cuidarte a ti así que decídanse porque me están volviendo loco.

—Está embarazada.—apuntó Santos.—Con gente de los otros pendiente a sus pasos, sin escoltas, con el papá sanguinario aquí, el jevo asesino aquí, pana vas a ser viudo sin haberte prometido siquiera.

—Devuélvase.—mi suegro comenzó a reírse.

—Yo no sigo tus órdenes.

—¿Y las de Paris si?

—Vine para ser el primero en bailar sobre tu tumba.

—Puñeta.—mire mal a Diego.—Perdón, es que...Te odia.

—Eso no es así.

—Claro que lo es.

—¿Has hablado con tu baby hoy?.—preguntó Santos llevándome al jardín, negué con mi cabeza y enseguida decidí llamarla.

El contestador saltó par de veces.

—Salió con un tal...Omy de oro.—miré el teléfono de Diego.—Están en un parque de atracciones, algodón de azúcar...Uh, la noria.

—¿Qué quiere decir "Uh la noria"?

—Que la va a poner a brincar en su bicho a una gran altura.—esta vez fue Santos el que fue incapaz de aguantar el enfado, sonreí cuando golpeó al otro bobo.—Dijiste que era la oficial y magnífica y yo nada más veo a una nena que se viró con el primero mientras estas aquí jugándote la vida para poder darle a ella una mejor.

Public Figure | Luar la L Where stories live. Discover now