-Tú también se lo has ocultado-rechistó Luc.

-Pensaba decírselo.

-Qué?!-casi gritó mi madre. Aquello parecía el comienzo de una telenovela.

-Vamos a calmarnos. Será mejor que subamos y hablemos con ellos. Creo que ayer Philip se enfadó conmigo-dijo Luciano ahora con voz preocupada.

-Sí, mejor subamos-miré a Philip que me miró con cara de espanto.

-Sube-susurré.

-Esperad, pero...-se oyó a mi madre. Para cuando siguió hablando ya habíamos llegado a arriba.

Nos miramos, se puede decir que en silencio, puesto que nuestras respiraciones se habían sofocado un poco. Nuestras sonrisas se ensancharon hasta que rompimos a reír.

Dejamos las cosas en la mesita y nos sentamos en el sofá de dentro. Tardaron en subir.

-Cómo te estás tomando todo?-me preguntó acariciando mis cabellos hacia atrás.

-Creo que voy a pasar del tema, no quiero tener que estar molestándome por esto... Ya tuve que vivir el momento y por si fuera poco cuando era niña, no quiero pasar el mal rato dos veces. Son mayorcitos... además-lo abracé-Tengo alguien mejor en quien gastar mi tiempo.

-Ah sí? Quién es el afortunado? Debo tener celos?

-Mm... no sé... un niño muy feo.

-Con que muy feo, no?-dijo con picardía antes de colocar su índice bajo mi barbilla, empujando levemente, obligándome a inclinar la cabeza mientras él acercaba su rostro. Tantas veces lo había hecho pero al parecer ninguna suficiente para acostumbrarme. Sentí el calor ascendiendo a mis mejillas.

-Perdón-dijo Luciano dando varios toques en el marco de la puerta.

-Y ahora interrumpiendo... este busca que lo odie-dije quedándome con las ganas del beso y consiguiendo hacer reír a mi pequeño.

-Hola chicos-entró mi padre detrás, acompañado de mi madre.

-Hola papá-dije acomodándome-Qué queréis?-pregunté yendo al grano.

-Hija... no te habíamos dicho quien era Luciano, primero para probar si te acordabas y luego... al ver que no, para evitar problemas.

-Mamá sabes qué?-la cara de mi madre se descompuso antes de tiempo, pensando que agarraría una perreta y me enfadaría con ellos.

-Cariño, no te enfades con nadie por favor-dijo mi padre mirándome con cara de apenado

-Para empezar... los tres me miráis como si fuese un ogro, cosa que no soy y luego... Lo que iba a decir es que prefiero olvidar esto. Ya me enfadé y lloré en su día, más que todo porque me sentí traicionada por ti, Luciano... pero en realidad que yo recuerde, pasarla mal, no la pasé mal con vuestra separación... así que para qué echarle la culpa a nadie. Ahora todos estamos bien, no?-reí al ver sus caras de sorpresa.

-Eeh...-mi madre no sabía qué decir, o si lo sabía solo que no se atrevía-"Habla enserio?"-se decía en pensamientos.

-Empezamos con esa lista de tareas?-le dije a Philip tomando su mano consiguiendo que volviera a centrar su atención en mí. Asintió sin estar muy seguro.

-Pues en marcha-dije poniéndome en pie seguida por él, que me tomó de la mano antes de comenzar a andar hacia la salida delante de mí.

-"Seguro que estás bien?" -me preguntó en pensamientos mi padre poco antes de acercarme a él. Me detuve para besar su mejilla.

-Estoy bien-le susurré poco antes de apartarme-Y aféitate que pinchas-dije haciéndolo reir.

Philip esperó hasta que le indiqué con un gesto de la cabeza que podíamos seguir.

DIECISÉIS PRIMAVERAS (en proceso de corrección)Where stories live. Discover now