Capítulo 46

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DAMIEN

Nunca había sentido esta rabia por nadie. Tampoco había luchado nunca por controlar a mi licántropo, pero hoy todo se fue por la ventana.

Toda mi vida había cambiado en cuanto miré esos ojos.

Esos ojos que escondían tanto dolor. Esos ojos que debería haber albergado el amor y el deseo por mí, pero que, en cambio, contenían  la oscura verdad.

Jordán pagaría, me aseguraría de ello.

-Quita tu asquerosa mirada de mi compañera -gruñí.

Jordán luchó contra mis guardias.

-Ella es mía, no tuya.

Elodie seguía escondida detrás de mí, su respiración se volvía más errática.

-Cierra la boca. La estás asustando -grité.

Jordán se burló. -¿Estás seguro de que no eres tú? El señor Grandote...

Solté la mano de Elodie mientras me precipitaba hacia Jordán, sujetándolo por la camisa antes de que pudiera terminar su declaración.

-Eres un patético desperdicio de espacio. Tú eres el que la traicionó, tú eres el que se aprovechó de ella. Le hiciste creer que era tu compañera todos estos años.

Nadie en su sano juicio hace daño a su pareja. Elodie merecía ser tratada como la reina que es.

Mi licántropo no pudo evitar enfadarse por la forma en que Elodie había sido tratada por este bastardo.

Lo dejé caer y le di una patada en el estómago, haciéndole gemir de dolor.

Oírle gemir era satisfactorio, pero no era suficiente. Necesitaba sentir más dolor.

En lugar de una expresión de dolor en su rostro, sonrió.

-Puede que me haya aprovechado de ella, pero por fin puede ver el monstruo que eres.

Las palabras de Jordán se hicieron sentir y maldije en voz baja. Dejé que mi ira se apoderara de mí.

Debería haber sabido que Elodie estaría muerta de miedo, ya ha pasado por mucho.

La sonrisa de Jordán se hizo más grande al darse cuenta de que había metido la pata. -Ella vendrá a mí porque sabe que no debe desafiarme.

Estuve a punto de abalanzarme sobre él, pero me detuve. Eso era lo que quería; si perdía el control, Elodie se aterrorizaría.

Gruñendo, me giré para mirar a Elodie. Ella miraba la escena sin moverse. Las lágrimas caían por su cara. Parecía rota.

Todo esto fue culpa mía.

¿Elodie? -dije suavemente.

Sus ojos color Jade finalmente me miraron y todo lo que quise hacer fue huir, esconderla de los horrores a los que se había enfrentado.

Reina de los Licántropos Where stories live. Discover now