Capítulo 15

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Mi cerebro aún estaba procesando lo que acababa de ocurrir cuando la puerta se volvió a abrir. Abrí los ojos de par en par al ver a Adonis acechándome. ¿Qué iba a hacer ahora?

-Pensándolo bien, no voy a darte la oportunidad de que me dejes -afirmó.

Antes de que pudiera responder, Adonis me besó. Sus cálidos labios se apretaron contra los míos y me encendieron todo el cuerpo.

<<Joder, ¿por qué tiene unos labios tan increíbles?. Mis pensamientos acabaron consumidos por el beso y los maravillosos labios de Adonis.

<<Por favor, no dejes que este momento termine. Quiero seguir besando sus labios hasta mi último aliento>>.

Un golpe en la puerta hizo que ambos nos separáramos. Quise gritar: <<¡Maldito sea quien haya decidido jugar conmigo!>>

Una criada nerviosa entró y dejó la bandeja de comida en el suelo antes de retirarse rápidamente. Pobrecita, no hacía falta ser un genio para saber lo que estaba pasando antes de entrar.

<<¡Que vergüenza! Seguro que piensa que no podemos dejar de tocarnos>>. A diferencia de mí. Adonis tenía una sonrisa en la cara.

Deseé borrarle esa sonrisa de un puñetazo. ¿O quería besársela? <<Un beso y ya estoy actuando así. Genial>>.

-¿Disfrutas? preguntó.

-Si....quiero decir que no. -Sacudí la cabeza-. Sabes que es injusto que me distraigas con tus labios pecaminosamente ardientes -me quejé.

-¿De verdad? Creo que eso debería decírtelo yo. Ver tus labios hinchados por mis besos te hace parecer aún mas sexi -dijo Adonis, colocándome un mechón detrás de la oreja.

Me estremecí al sentir su contacto.

-Hoy ha sido un día largo; necesitas comer y descansar. Mañana empezamos a entrenar -me dijo Adonis.

-¿Entrenar? ¿Yo? -Estaba confundida.

-Quiero que mi reina sepa defenderse, y sé que eres más que capaz -explicó Adonis.

Me quedé con la boca abierta por la sorpresa. No podía creer lo que estaba escuchando. Adonis tenía una leve sonrisa en la cara mientras me cerraba la boca.

-Tu falta de fe me hiere, pequeña. Mantén la mente abierta y puede que la próxima vez no te sorprendas tanto. -Adonis se río.

Me dijo que volvería más tarde, y me quedé a solas con mis propios pensamientos, cosa que también era peligrosa.

Bueno, ahora me sentía como una idiota. Debería haber sabido que Adonis era diferente cuando no tuvo ningún problema en que continuara mi formación para ser médico de la manada.

En mi cabeza, le había convertido en un tirano que no deja hacer nada a su compañera, pero me estaba demostrando que estaba equivocada en todos los aspectos.

¡Esos estúpidos libros románticos! Por eso no debería leerlos.

Una parte de mí estaba deseando entrenar. Seria muy diferente al entrenamiento de mi manada, ya que aquí todos eran licántropos.

Me levanté del tocador y me dirigí a la bandeja de comida. Todo olía divinamente. Tenía que convertirme en la mejor amiga del chef porque la comida estaba muy buena.

Después de mi deliciosa cena, me preparé para ir a la cama, y fue entonces cuando vi la marca del ataque de Adonis en mi cuello.

En realidad no me importaba en absoluto; era como su pequeña marca para mostrar a los demás que estaba tomada. La cama me llamaba después de un día así.

Reina de los Licántropos Where stories live. Discover now