Capítulo 31

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Había pasado otra semana y media desde que Bradley llamó, y había mucha tensión. Todavía no había pasado nada, lo que empeoraba más las cosas.

Luke estaba agitado y descargó su ira en Sophia, que vino a llorar conmigo. Me dijo que cada vez era más difícil vivir con Luke porque le gritaba todo el tiempo.

Tuve que explicarle que sus sentimientos hacia su hermano estaban nublando su capacidad de pensar correctamente. Luke quería a Sophia, todos lo sabíamos.

Sophia decidió que quería volver a nuestra manada y pasar un tiempo con su familia. Yo no estaba de acuerdo, porque sabía que Luke la necesitaba de verdad, pero Sophia no cedió.

Así que le dije que avisara a Luke antes de irse. Me prometió que lo haría, pero al día siguiente, Luke llegó corriendo con una carta de Sophia en la que le explicaba que se había ido.

Luke estaba angustiado; se culpaba a sí mismo. Sophia no ayudaba, ya que no respondía a sus llamadas.

Tuve que intervenir y llamarla para que Luke pudiera hablar con ella. Le dijo que lo sentía mucho y que iría a recogerla.

Aunque Sophia había arreglado las cosas con Luke, quería quedarse unos días más. Luke había estado trabajando duro con los lobos y con los hombres.

Los cuatro hombres habían ideado muchos planes para cualquier situación. Adonis se negaba a correr ningún riesgo.

Se instalaron nuevas habitaciones del pánico en todo el palacio y Adonis implantó nuevos procedimientos de seguridad.

Ya hace una semana que vi a Adonis solo en su estudio...

HACE UNA SEMANA

Hoy no ha ocurrido nada especial. Adonis y yo tuvimos una sesión de entrenamiento de dos horas, y en cuanto terminó, se fue a su estudio.

Ahora es la misma rutina. Adonis pasaba la mayor parte del tiempo en su estudio; era como si no quisiera compartir sus preocupaciones conmigo.

Sabía que estaba ansioso. No quería meter la pata, y quería asegurarse de que ese bastado pagara por sus acciones.

Después de ducharme, decidí ir la encuentro de Niya. De camino, pasé por el estudio de Adonis. Esperaba ver a todos los hombres allí dentro, pero cuando me asomé, solo estaba él.

Tenía una fotografía en la mano y la miraba con tristeza.

¿De quién era la fotografía?

La curiosidad se apoderó de mí y entré en el estudio de Adonis. Casi inmediatamente su mirada se conectó con la mía, y dejó el marco en el suelo.

-¿Todo bien? -preguntó.

-Estaba a punto de preguntarte lo mismo. ¿De quién es esa foto? -repuse.

Adonis se tensó y supe que estaba a punto de dejarlo correr, así que le corté.

-Responde con la verdad. Ni se te ocurra mentirme.

Adonis suspiró y me indicó que me acercara.

-Mi familia. Mamá, Papá y mis hermanos.

-Los echas de menos -supuse.

Adonis asintió.

-Creo que toda esta situación me hace añorarlos más. Papá habría sabido exactamente qué hacer, mamá habría mantenido todo en orden y mi hermano habría estado allí para hacerme reír. Mi hermana se habría limitado a darme su apoyo.

Reina de los Licántropos Where stories live. Discover now