Capítulo 36

3.1K 117 8
                                    

Sentí el agotamiento de mi cuerpo mientras nos dirigíamos de vuelta al palacio. Mis ojos se encontraron con el campo ensangrentado donde yacían los licántropos, los que lucharon por nosotros, no contra nosotros. Adonis me apretó la mano.

-Esos valientes no murieron en vano. Me aseguraré de que tengan un entierro apropiado.

-Sé que lo harás -sonreí con tristeza.

-Yo sé quién se alegrará de verte -dijo Niya.

-¿Qué? -pregunté, confundida.

Al entrar en el palacio, un borrón corrió hacia mí y me levantó.

-Carter, bájame. -Me reí.

-Vaya, Sonrisas, me alegro mucho de que estés bien. -Carter me bajó mientras sus ojos me recorrían de arriba a abajo para comprobar si tenía alguna herida.

-¿Y tus heridas? Un golpecito y estás fuera de combate para el resto de la batalla -me burlé.

-Eso no es justo.  -Carter hizo un mohín-. Ahora eres una licántropa, mucho más fuerte que yo.

Adonis se aclaró la garganta antes de tirar de mí hacia él y poner una mano alrededor de mi cintura.

Una sonrisa se abrió paso en mi rostro cuando comprendí que Adonis estaba celoso. Quise reírme, pero me contuve sabiendo que no era el momento adecuado.

-Gracias por toda su ayuda. -Adonis sonaba como si estuviera hablando con un extraño.

-No hay problema. Ahora somos familia. Mi mejor amiga y mi cuñada son parte de tu manada. La familia ayuda a la familia. -Carter me sonrió.

-Sí, lo que significa que la familia no se pone celosa de la familia -le susurré a Adonis, que se limitó a fulminarme con la mirada.

-Soy un hombre celoso, nena, no puedo evitarlo -susurró Adonis.

-¿Qué estáis murmurando vosotros dos? -preguntó Carter.

-Créeme, no quieres saberlo murmuró Evan, pero recibió un codazo de Niya, que sacudió cabeza.

-Nada, no te preocupes -respondí.

-Será mejor que no me guardes más secretos, Sonrisas. A menos que se trate de tu vida sexual, porque realmente... -Carter se detuvo cuando una fuerte tos le interrumpió.

Mi padre tenía cara de <no quiero saber lo que hace mi hija con su compañero>.

-Si ellos supieran... -murmuró Adonis entre mis cabellos, haciendo que enterrara mi cara en su pecho, totalmente mortificada.

<Voy a matar a Carter por esto>. Lo último que necesitaba era que mi padre se enterara de mi vida sexual.

-Ay, mi niña, mírate. -Mamá se acercó y me libró del momento embarazoso abrazándome.

-Estoy bien, mamá, de verdad. -Le devolví el abrazo. El abrazo de una madre hace que todo sea mejor, lo juro.

-Sí, tu hija es dura de pelar. -Damien sonrió.

-Dinos algo que no sepamos. -Sai hizo acto de presencia alborotando mi pelo.

Le miré con el ceño fruncido mientras intentaba colocármelo. Sai se limitó a sonreír y a revolvérmelo de nuevo. Yo no añoraba aquello, pero obviamente él sí.

-Aunque me encantaría sentarme con todos vosotros y charlar, necesito una ducha y mi cama- dije.

-Por supuesto. Ve a descansar, estaremos aquí hasta mañana -respondió mi padre, dándome un rápido abrazo.

Reina de los Licántropos Where stories live. Discover now