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⚠️Este capítulo tiene escenas +18. Si no te gusta, no leas este capítulo⚠️

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Nuestra primera vez

Gustabo

—Vicky... —me aparto totalmente de ella sin dejar de mirarla.

Mi cabeza intentaba encajar todas las piezas en su sitio, pero simplemente eran un amasijo de incógnitas y preguntas.

—¿Vicky? No sé de que me habla subinspector, le ruego que me deje en paz y salga de mi casa —dice con la voz entrecortada y se nota como su respiración se volvía cada vez más pesada.

—¡¿Entonces por qué lloras?! —subo algo más el tono de voz y veo como se sorprende por mi reacción.

—¡¡Porque has irrumpido en mi casa por la cara y me estás intimidando!! —chilla sin dejar de mirarme, las lágrimas no cesaban en su rostro y empieza a toser violentamente.

Me acerco a ella preocupado y noto como se pone roja por la tos. Se lleva una de las manos al cuello y corre rápidamente a una de las habitaciones.

—N-necesito mi inhalador... —dice mientras rebusca en los cajones rápidamente.

Me acerco a ayudarla y busco en las mesitas de noche. Dentro del primer cajón encuentro una foto enmarcada de Vicky y yo en nuestra primera cita en el jardín de mi casa, lo ignoro y agarro el inhalador que se encontraba en ese mismo cajón.

Me acerco a ella que cada vez tenía la respiración más agitada, la agarro en brazos y me siento en la cama con ella sobre mis piernas. Agito el inhalador rápidamente y le echo del mismo un par de veces en la boca.

En esos segundos de silencio, siento como su respiración vuelve a la calma y cierro el inhalador dejándolo a un lado.

Ella se limita a cerrar los ojos y a respirar tranquilamente, como si tratase de planear su siguiente movimiento. Me quedo quieto unos segundos y me sorprende abrazándome por el cuello.

Apoya su cabeza en mi hombro y empieza a sollozar. La abrazo de vuelta y le acaricio la espalda suavemente, intentando calmarla.

—Te he echado de menos, Gustabo —dice entre lágrimas sin levantar la cabeza.

—Y yo a ti Vicky, tranquila —suelto un leve suspiro y sigo acariciándola sin decir nada más.

Muchas preguntas rondaban por mi cabeza que se iban respondiendo por si solas con el silencio que había entre los dos. Ahora entendía el por qué del silencio de Conway ante este tema y el gran misterio detrás de la tal "Evelyn Ortiz".

De todas formas, mi cabeza seguía sin entender por qué tuvo que hacer esto de esta manera. Por una parte me sentía decepcionado, traicionado, abandonado y miles de maneras más que no sabía ni expresar con palabras. No podía creer cómo una persona que quería tanto podría desaparecer de esa manera sin decir nada.

—Sé que estarás pensando que soy una persona horrible por haber desaparecido de repente, sin avisar ni nada, pero te prometo que pensaba decirte todo esto, no iba a quedarme callada —dice levantando la cabeza y mirándome fijamente a los ojos, como si hubiese escuchado mis pensamientos.

—Y todo fue mi culpa, debí haber manejado las cosas de otra manera y no yendo a buscarles las cosquillas a mafiosos de ese tamaño. La consecuencia de todo esto fue que me alejasen de ti, Gustabo.

Me quedo callado por unos segundos sin dejar de mirarla y suelto un suspiro silencioso. Me era imposible enfadarme con ella de lo tanto que la quería.

—Tranquila, está bien, lo entiendo —la miro con una pequeña mueca intentando ser una sonrisa, pero creo que fallo en el intento porque suelta una risita.

Devuélveme mi asexualidad - Gustabo GarcíaWhere stories live. Discover now