M. Byron [The Teacher] - ¡Disponible en físico!

6. No en privado

Tres días. Tres días habían pasado desde que Sebastian le dijo que el profesor Byron daba clases particulares por las noches, y desde entonces había querido pedirle personalmente el poder asistir a una de ellas, pero simplemente era imposible.

La primera vez que había intentado hablar con él fue después de clases, pero un montón de chicos de último año se acercaron para acaparar toda su atención, y a Ethan se le hizo tarde para sus otras materias, por lo que fue un día perdido. Al siguiente trató de ir a verlo al aula por la noche, pero sus clases de economía se extendieron y salió tan tarde que estaba cansado y prefirió irse a su dormitorio. Sabía que solo era la primera semana, pero no podía evitar desanimarse.

Esta vez se saltó el almuerzo y se dirigió directamente al aula, aún faltaban veinte minutos, pero no tenía nada mejor que hacer. Sebastian le había dicho que estaría en la biblioteca y no había visto a Simon en todo el día, pensó que tener un rato a solas en el aula no estaría tan mal, tendría tiempo de leer lo que no comprendía.

Pero la suerte decidió sonreírle y darle una oportunidad.

Cuando ingresó al aula, la larga figura del profesor estaba ocupando un lugar frente al escritorio, se veía concentrado en su lectura hasta que Ethan lo interrumpió, y se cohibió un poco por la mirada que se posó en él.

—Disculpe profesor... creí que el aula estaba vacía...

—Y yo no creí que algún alumno se atreviera a pisar este lugar por voluntad propia —aseguró, indicándole con un gesto que podía pasar.

Ethan sonrió levemente, y dejó sus libros en el lugar que le correspondía, pero después de pensarlo un instante, se dio la vuelta para mirar a su profesor.

—¿Puedo hacerle una pregunta?

El hombre desvió la mirada de su lectura y alzó una ceja, provocando que Ethan tomara asiento sin romper el contacto visual.

—Si no tiene nada que ver con la clase, entonces absténgase de hacerla, señor Collins.

—Tiene que ver con la clase, se lo aseguro —dijo apresuradamente el chico, lo último que quería era ser malinterpretado—. Necesito algo de ayuda con el nuevo tema, logro comprenderlo, pero no puedo aplicarlo en los ejercicios. Dijo que era fiolosofía básica, pero eso no es cierto.

Ethan se consideraba a sí mismo autodidacta, pero el tipo de enseñanza que ofrecía Byron comenzaba a colocarse por encima de sus capacidades, y tenía que hacer algo al respecto. Además, tal vez en el fondo, quería tratar más a su profesor.

Pero éste entrecerró los ojos con desconfianza y se inclinó hacia adelante, colocando los brazos sobre el escritorio y apoyando el mentón en sus manos unidas, como si estuviese examinando al chico.

—Mientes —dijo finalmente.

—No, no lo hago —respondió Ethan ligeramente a la defensiva.

—Entonces algo escondes. Tal vez necesites ayuda, pero me estás ocultando algo.

El de ojos verdes abrió la boca para protestar, pero se dio cuenta de que el profesor tenía razón, lo que él verdaderamente quería era tomar sus clases por otra razón. El simple hecho de que pudiese leerlo como si fuese un libro abierto lo intimidó, pero no estaba dispuesto a dejar pasar la oportunidad.

—De acuerdo... es solo que me preguntaba si usted podría darme clases particulares a mí también —admitió apenado.

La mirada del profesor se ensombreció por un instante, o al menos eso fue lo que percibió Ethan, pero no estaba muy seguro porque rápidamente recobró la compostura.