♧☆CAPITULO 26☆♧

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Al reconocerlo no pude evitar tener ganas de llorar. Pero luego recordé en la situación que estábamos, y no pude evitar inclinarme para agarrar la toalla y levantarme rápidamente mientras me envolvía con ella
- ¿Qué haces aquí? – Rompí el silencio tan incomodo que se había generado entre los dos
- Te vengo a salvar
Su tono era ronco y serio. Le quería pegar una cachetada por ser tan idiota, se escuchaba como en esas historias de clichés de chicos malos
- No necesito que me salves. Vete
- No me iré sin ti
Sali de la bañera y empecé a caminar hacia la puerta. Él se interpuso entre la puerta y yo, su mirada cayó sobre mí. Fuerte. Seria y amenazadora
- No volveré contigo a tu casa
Vi que me iba a responder. Pero se limitó a salir del baño, me quede perpleja mirando la puerta cerrarse. ¿Cómo me encontró? Trague saliva y respire débilmente. Mi corazón está a mil por hora, tome el vestido/pijama y me vestí rápidamente, me mire en el espejo. Estaba aún más flaca que antes por lo comer nada en tanto tiempo. Abrí la puerta y vi al chico de pelo rojo sentado en mi cama, esperándome
- Tenemos mucho de qué hablar – Murmuro mientras me miraba
- No tenemos nada que hablar, vete
Especte molesta mientras empecé a caminar hacia la cama, no hacia Lorenzo. Sino hacia la mochila para llamar a Xiomara y hacer que lo saquen, o que lo maten. No lo se.
- Yelizza.... – Murmuro mientras extendió sus brazos hacia mi
- No. No me llames así
Aparte de un manotazo uno de sus brazos y agarre mi mochila. Empecé a caminar al otro lado de la habitación mientras rebuscaba el celular que me había dado Xiomara
- ¿Buscas esto, caramelito?
Me sonroje por el apodo y gire. Él estaba revoleando el celular que estaba buscando, recordé como empezamos a hablar y todo fue por mi celular. Porque intervino entre Carlos y yo
- Que deja vu – Murmure mientras rodee los ojos – Dámelo
- Nah. Vas a tener que elegir, el celular o tres preguntas que te puedo responder con la verdad pura
Exclamo sonriendo y se puso una mano en el pecho como gesto exagerado.
- Bueno.... – Vacile – Podría aceptar. Pero necesito el celular, ¿Okey?
- Si quieres las dos cosas hay un precio
Vi como guiño un ojo y empezó a fastidiarme. Las ganas de pegarle no me faltaban.
- Que encuentro tan romántico – Masculle mientras miraba la puerta. Con la esperanza de que Xiomara o María vinieran, pero sabía que en el fondo quería quedarme con Lorenzo
- Siempre soy romántico – Me guiño el ojo y empecé a odiarlo más cuando mi cara ardía de vergüenza
- Ya cállate
- Ven y cállame como tanto te encanta hacer
Lo miré por unos segundos. Sin saber si hacerlo o no.
- Déjame hacer las tres preguntas. Si sale bien puede que lo considere
Sonreí y el me imito mientras pego unas palmaditas en sus muslos. Rodeé los ojos y obedecí. Me senté en su regazo y nos miramos fijamente hasta que entendí que ahora tenía que preguntarle
- ¿Por qué la primera vez que te vi estabas con un cuchillo en tu mano y....? ¿tan sádico? – Me atreví a preguntarle algo que quería saber desde hace mucho
- Había matado a alguien. Me escondí en tu casa porque pensé que aún no iban a llegar, pero te vi, me viste. Y bueno. Ya sabemos que paso hasta ahora
Me quede helada mirándolo fijamente. ¿Él era un asesino? Trague saliva con dificultad y aparte la mirada. No pensé que iba a ser más directo, hasta si hubiera dicho que estaba robando hubiera estado más tranquila. Después tendré tiempo para pensar. Para dialogar conmigo misma, ahora no puedo perderme. No cuando por fin se abrió
- ¿Por qué me seguiste a la escuela de mi madre? – Pregunte temblorosamente, Lorenzo me miraba fijamente con una expresión seria y eso no ayudaba mucho la verdad
- No fue al único lugar al que te seguí
- Te pregunte por qué. No cuantas veces me acosaste
Lorenzo sonrió
- Yo no lo llamaría acoso, lo llamaría.... Cuidando algo que es mío
- No soy tuya – Alegué y recordé la última pelea que tuvimos así.
- Digas lo que digas. Eres mía desde que te vi por primera vez. Ahora se han acabado las preguntas y espero ansiosamente mi beso
Fruncí el ceño y le pegué levemente en el hombro
- ¡Agh! El trato era que podía preguntar tres veces. Apenas van dos y no respondiste la segunda – Gruñí indignada
- Bien, te seguí porque desde el momento en el que te vi. No lo sé, tu aroma, tu aura y todo tú me cautivo. Sentí como una roca estrilándome el corazón – Fruncí el ceño y el rio entre dientes antes de seguir hablando – Bueno. ¿De qué otra forma de puedo decir que siento un amor obsesivo hacia ti? Y no. Nunca quise que te secuestraran. Pero nos acercamos más y lo agradecí, entre por tu hermana solo por ti, porque sabía que era mucho para ti. Al igual de que tú lo eres para mí, aunque tu para mi si eres de forma romántica. Eres tan brillante como el sol en el desierto. Me dejas sin aliento y con la garganta seca, eres una pieza importante. Que no me di cuenta de lo que eras para mi hasta conocerte y luego perderte, y te pido por favor que jamás te vuelvas a ir de mi lado. Me siento tan vacío si no estoy contigo, eres una droga tan adictiva y que no me importa sumergirme en ella hasta morir
Me sonroje aún más. Sentía mi cara arder ante su declaración. Mis ganas de que él se fueran desaparecieron instantáneamente. El me miraba fijamente esperando que dijera algo. Pero estaba muda, no sabía que podría decirle
- Y si mis sentimientos no son correspondidos – Continuo Lorenzo – Hare cualquier cosa para que lo sea. ¿Quieres una vida normal? Te la doy. ¿Dinero? Lo mismo. ¿Tu hermana? Podremos arreglarlo, nada es imposible para mi si tu estas a mi lado. No quiero perderte de nuevo
Sentí mi corazón romperse en pedacitos. ¿Tan mal estuvo estos días en los que lo deje? No puedo abandonarlo. Pero tampoco puedo abandonar a Xiomara y a Marianeliz. Ellas fueron muy amables conmigo y me aceptaron sabiendo mi pasado, sabiendo que tenía el chip en el cuello. Lorenzo no sabe nada de esto. ¿Qué haría cuando se entere? Tragué saliva y sentía como mi cuerpo se destrozaba por el dolor
- Aunque hagas mil cosas nunca te podre corresponder
Dije con la voz temblorosa. El rostro del chico de cabello rojo palideció y me observo mientras me levante y agarre la mochila para luego salir de la habitación. Al poner mi mano en el pomo de la puerta lo giré sin problema y pude adivinar porque Lorenzo entro sin problemas

EL DESASTRE QUE FUIMOSWhere stories live. Discover now