♧☆CAPITULO 8☆♧

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- ¿Qué haces aquí?
Le pregunte medio incomoda, ya sabía que era Cassie, pero lo que no me explicaba era porque estaba aquí. Ya que debería estar en clase de su universidad
- Hoy no tengo clases.
Dijo ella y empecé a escuchar sus pasos dirigiéndose hacia mí, Retrocedí de lado para que no viera mi cara ya que me daba pánico de lo que diría.
- Yelizza, escuche la conversación
Dijo suavemente. Pero no pude aguantar mi nudo en la garganta, quería llorar y descansar. ¿Por qué no me puedo sentir por un momento bien y tener un día normal sin tener estas sensaciones? Al ver que me quede callada ella siguió
- Vamos a casa. allí vamos a hablar más tranquilamente y..
- No
Respondí secamente con mi voz temblando e interrumpiéndola. No quería ir a casa, no quiero moverme. Es que no quiero hacer nada. Quiero tirarme a llorar y no me importa el lugar ahora, quiero sacar esa cosa que tengo amarrada en la garganta. Sentí los pasos apresurados de Cassie, me agarro por los hombros y me abrazo rodeando mi cintura mientras apoyo su mandíbula en mi cabeza por la diferencia de estatura
- Mama dijo que ayer dormiste en casa de un amigo, vi que llegaste a nuestra casa y te sentí diferente – hizo una pausa mientras sentí que reprimía ganas de llorar, no quiero hacerla sentir así. ¿Por qué arruino todo? Siempre salen lastimados los que están a mi alrededor. – te vi pasar por mi cuarto y mis luces estaban prendidas, dime que paso. ¿ese chico te hizo algo malo? ¿Quién era el de la llamada al que le pediste perdón?
Ósea que no escucho la voz de Carlos. Me tranquilice un poco y le correspondí el abrazo, ella era mi hermana y quizás podría contarle si no fuera tan complicado. Me daba vergüenza admitir que me faltaba pudor y dignidad, pero tampoco quería perder a Carlos y esas cosas que pasaron ayer... El sobre que no recibí de Thomas... Las figuras en el bosque que vi junto a Emma. Las fotos de Lorenzo con esa chica y la foto de Thomas con esa chica de pelo negro me generaban un aura que ya había sentido en el bosque. no en esas figuras sino en la bolsa, como si su cuerpo me atrajera allá. No puedo pensar en eso más... la sangre fluyendo por mis dedos... ese placer.... ¡No! Necesito soltarlo... desahogarme, pero si le cuento a Cassie la pondría en peligro por ese asunto que asumo turbio en el que está metido Lorenzo. Sin decir que le contara a mama y meterán asuntos legales por los tercas que son
Es momento de también ser terca
Ellas esconden secretos. yo escondo uno desde hace tiempo y ahora el de Lorenzo, espero poder dormir tranquila si lo cuento. Pero prefiero o dormir durante toda mi vida para no arruinar más la situación.
- El no hizo nada. Es solo... Termine con Carlos
Respondo mientras suelto un sollozo y entierro mi cara en su cuello. Este abrazo no se comparaba con el de Lorenzo... ninguno se comparaba con el de él, pero necesito urgentemente ese consuelo, uno que me haga olvidar todo...

Un rato después de estar sollozando y recibir toda la ayuda de Cassie me calme un poco y ella me ayudo a lavarme la cara y organizarme el pelo para que no se viera lo destruida que estaba en esos momentos, salimos de la mano del baño y salimos de la biblioteca mientras hablábamos de otros temas. No podía desahogarme con ella. No sabiendo que la pondría en peligro ya que no conocía las intenciones de la familia de ese peli rojo.
- ¿Vas a hacer algo hoy aparte de lamentarte por un chico?
Pregunto Cassie divertida mientras salía de la tienda con dos helados. Uno de chocolate que era su favorito y otro de caramelo que era el mío, me lo entrego y yo lo tome con gusto mientras le respondía
- No, mañana le pediré las tareas a Sofia o a Dash por lo que hoy no tengo nada que hacer
- ¿Quieres construir la casita del árbol y salir cada amanecer con tu hermosa, divertida, amigable, y ya mencioné hermosa hermana mayor?
Canturreo Cassie mientras reía, no pude evitar reírme también. Ella tenía esos encantos. Los hacia sonreír mientras que yo... bueno. Ocupaba un lugar en el espacio de ese instante,
- Pero no tenemos materiales
- Los iré a comprar. Tu quédate en casa. ¿okey?
asentí mientras seguí caminando y comiendo helado, sentí como se me erizaban los pelos y la sensación de que me estuvieran mirando en ese momento me invadió totalmente, de pies a cabeza y sentí un impulso de taparme. Voltee la cabeza disimuladamente para mirar a los lados mientras fruncia el ceño, pero no vi nada raro aparte de las casas y calles sin asaltar ya que estábamos cerca de la casa
- Pero quiero ir contigo
Murmure sin dejar de estar alerta. Cassie paro y suspiro
- Bien, date prisa porque mama no puede ver que faltamos
- Que yo falte
- Que faltamos. Al final si tenía clases
Dijo con una sonrisa inocente mientras se daba la vuelta y cambiaba la ruta. Adiviné que para ir a comprar a alguna tienda y le seguí el paso que empezaba a acelerar, ella preocupada por mama y yo aun sintiendo esa extraña sensación que me hacía tensar. Al doblar la calle pudimos ver una camioneta grande roja que estaba estacionada. Había un chico de pelo negro y ojos azules que estaba recostado en la camioneta. Llevaba una camisa holgada blanca y un pantalón negro. No le prestamos mucha atención ni el a nosotras porque estaba revisando su celular, Cassie me miro de reojo y me hizo una seña con la mirada de que caminara más rápido. Obedecí y al ya estar a una muy buena distancia ella suspiro y ladeo la cabeza para mirar discretamente si el chico nos seguía mientras tomaba mi mano
- No me da muy buena espina ese chico
Susurro y yo compartía su sentimiento, aunque no haya hecho más que asentir con la cabeza. ¿Era el que provoco ese sentimiento de estar siendo observada en mí?, gire la cabeza y pude ver que el seguía en su teléfono como si no pasara nada. Hice una mueca para ver en que hacía en su celular por pura curiosidad ya que por estas zonas no había señal.
Estaba apagado
Me palidecí y volví a sentir ese sentimiento de ser observada, mi mirada subió a su cara y pude ver que tenía una sonrisa macabra y sus ojos estaban clavados en mí y en cada paso que daba. Volteé la cabeza con agilidad y pude ver que Cassie vio lo mismo que yo. Suspire entrecortadamente mientras mis latidos se empezaban a acelerar y mis pies pedían a gritos que corriera lo más lejos
- ¡Señoritas! ¿Pueden ayudarme por favor?
Se escucho su voz a la distancia. Era áspera y se sentía como una aguja en tus oídos.

Agujas...

El cuerpo sin vida de mi hermano paso por mi mente... la palma de mi mano derecha golpeaba levemente. Dándole cachetadas en la mejilla para que despertara mientras mis lagrimas caían como cascada

Se me hundió el corazón y trague saliva mientras aprete la mano de Cassie
- No lo mires
Me ordeno ella mientras hacía que el ritmo del paso fuera más rápido. Obedecí y mi mirada se posó en el suelo mientras caminaba al lado de Cassie intentando ignorar los gritos del chico diciendo que paráramos.
No sé cuándo llegamos ya que estaba ocupada pensando en que ese chico... Su forma de ser se parecía mucho a Lorenzo y a Thomas.
Llegamos a la tienda y Cassie me hizo entrar de primera mientras miraba a los lados para verificar que no nos hubieran seguido. La tienda era grande y las estanterías estaban en filas con pasillos para pasar. Cuando Cassie entro agarro un carrito y empezó a empujarlo mientras pasábamos por varias secciones. Comida, juguetes, ropa. Hasta llegar a la zona de pinturas. Cassie volteo y se metió por ese pasillo que dejaba una estantería de la otra. Había pintura para maderas, ropa. Etc. Cassie siguió derecho y volteo a la izquierda. Donde había un ventanal y luego varias maderas apiladas en grandes estanterías. Cassie me dejo el carrito a cargo al lado del ventanal que daba a afuera. Miré y pude ver que ya estaba anocheciendo. También que había un parque muy parecido a la foto de Lorenzo solo que aquí había más juegos para niños, vi unos adolescentes haciendo un picnic. Tenían una sábana de cuadros rojos y blancos tendida en el pasto con ellos encima. Había pastelitos y pan más algunas cosas dulces que no pude reconocer y una jarra con te. La chica tenía el pelo negro largo y pude reconocer a Sofia, luego al frente suyo rápidamente adiviné que era Dash. Me quede unos segundos mirándolos hasta que apareció Cassie con tres tablas de madera de mármol. Las coloco en el carrito y volvió a irse en busca de más. Ellos se veían muy unidos y sus miradas eran...
Dash dijo que era gay
O quizás mintió para hacerse tu amigo por tener novio
Recordé a Carlos de inmediato y saqué mi celular. Al encenderlo pude ver que había una escasa señal. Pero escasa es mejor que nada, desbloqueé el celular y empecé a buscar su chat. Sonreí y empecé a sentirme muchísimo mejor al leer que ya todo estaba bien y que era tan hermosa que quería que estuviera a su lado. Escribí un gracias y al ver las dos flechitas supe que se envió y volvió a guardar el celular.
Me quedé unos minutos parada mirando el cielo. Luego me aleje levemente para mirar las pinturas y cuando volví Cassie aún no había regresado, empecé a entrar en el pasillo de las maderas y un olor a perro mojado inundo mis fosas nasales
- ¿Cassie?
Pregunte mientras miraba a mi alrededor.
- ¡Buh!
Chillo ella mientras se reía, tuve que morderme la lengua para reprimir un grito. Unos segundos después me calmé y reí mientras le ayudaba con las tablas que tenía en la mano. Yo llevaba cinco y ella otras cinco. Fuimos al carrito riendo y las dejamos ahí. Cassie arranco el carrito y empezó a buscar en la estantería de pintura, una pintura linda. Ella sonriente empezó a hablar con entusiasmo
- ¿Qué te parece blanco?
- ¿No se ensucia rápido? Es mejor celeste
- ¡Celeste a la canasta!
Canto mientras se ponía en puntitas y agarraba de una estantería un pote de pintura celeste. Era grande y hasta quizás nos sobrara pintura. También agarro un martillo y unos clavos.
Después de pagarle a una anciana que trabajaba allí. Pusimos unas cuantas tablas en las bolsas donde iban los clavos y los martillos. Y las que restaban las llevamos en las manos. Aun había un poco de luz por lo que estábamos caminando rápido y aprovechándola para no tener que caminar en la oscuridad ya que ninguna tenía las manos libres como para alumbrar con el teléfono, al llegar a la entrada de la casa Cassie apoyo las maderas que traía en su mano en la pared al lado de la puerta y empezó a hurgar en sus bolsillos del pantalón. Al ver que se demoraba más de lo normal decidí preguntar
- ¿Qué pasa?
- No encuentro las llaves
Dijo en un suspiro mientras vi como sus manos se desesperaban en buscar en sus bolsillos.
- No pasa nada, traje las mías
Dije mientras dejé las maderas apoyadas en la pared y empecé a buscar en el bolsillo de mi buso gris, al tocarlas las agarre y las saque del bolsillo. Introduje la llave en el cerrojo y le di dos vueltas. Pero no giraba, mire confusa y nerviosa a Cassie. ella frunció el ceño y luego miro el cerrojo
- No abre
susurre mientras intentaba con más fuerza. Pero Cassie abofeteo mi mano, lo que hizo que la bajara y al tener el camino libre su mano tiro de la manija mientras a otra mano intentaba girar la llave. Jalo la manija y esta abrió.
- No daba la vuelta porque estaba abierta
Dije asustada al pensar que alguien estuvo husmeando en nuestra casa. Cassie me hizo una señal de que me cayera mientras sacaba su celular del bolsillo y empezaba a iluminar para poder entrar
- Si no salgo dentro de cinco minutos llama a mama
Dijo decidida. Ojalá tener su misma valentía y haber hecho lo mismo cuando estuve perdida con Emma. Ese tono tranquilizante y neutro de hermanas mayores de seguro la hubiera calmado. Suspire mientras veía como se metía en la inmersa oscuridad de la casa y cerraba la puerta. Saqué mi celular y prendí la linterna para ver y poder ver si alguien venia. La verdad era solo porque tenía miedo.
Me quedé unos segundos esperando a Cassie y luego me aburrí. Me dirigí a la escalera de unos tres escalones que había en la entrada principal y me senté como aquel día que fui a la biblioteca y pude hablar por primera vez con Lorenzo. Recordé a los adolescentes que iban caminando y ahora analizando el recuerdo pude reconocerlos. Las chicas. Una era Enid y el resto las chicas que aparecían en las fotos del celular de Lorenzo, luego los chicos eran Dash, Manuel, el chico de la camioneta y otros dos que no logro reconocer. Mi linterna apunto hacia aquel camino donde los vi sumergirse al bosque. La linterna alcanzaba solo unos cinco metros y el resto ya era oscuridad porque mientras buscábamos las llaves ya se había echo de noche. Prendí la pantalla de mi celular y pude ver que ya había pasado siete minutos desde que Cassie entro y no salió. Me levanté y retrocedí de espaldas para chocar con la puerta mientras empezaba a marcar el número de mama. Luego de eso entraría a la casa para buscarla, si nos matan nos matan juntas.

Si nos matan, nos matan juntas.

Dijo Cassie mientras me tomaba con su pequeña mano y empezábamos a correr por el pasillo con restos de cuerpos y sangre. Cerré los ojos mientras imaginaba unicornios. Sentí la mano de Cassie abandonarme y grité.

Retrocedí y pensé que había chocado contra la puerta. Pero no. Choque contra el pecho de un chico. Intente gritar, pero su mano cubrió mi boca mientras sentí algo filoso contra un lado de mi cadera
- Grita y la mato
Escuche una voz masculina. La reconocí por el chico que nos gritó. El de la camioneta roja, el pánico entro en mi
Cassie. Cassie. Cassie
Intenté moverme, pero sentí como introdujo un poco de la punta en mi cadera. Me retorcí del dolor y la similitud a las agujas
Agujas...
Cassie... No me importo el dolor y seguí moviéndome
- Muévete y la matamos
Sonó una voz ronca. Vi la puerta abrirse y sentí como ese chico me jalaba a un lado sin soltarme para darle paso a otro. Era una figura musculosa de un chico. Estaba forrado en ropa negra y una máscara no me dejaba ver más que sus ojos castaños. Frente a él estaba Cassie en la misma posición que yo. Solo que un cuchillo estaba en su garganta amenazando con cortarla y su boca estaba libre. Vi una luz venir y solté el celular. Cayo boca abajo por lo que la única luz que se veía era la de una camioneta roja. Cassie y yo intercambiamos miradas de miedo
Muévete. Corre
Sentí que entraba en mi cabeza por su mirada. No la podía dejar morir. Ella hizo una seña que tarde en comprender levemente con los dedos y ojos para no levantar sospechas. Cuando yo escapara ella se deslizaría y saldría detrás de mí. O al menos eso entendí. Trague saliva y parpadee dos veces para confirmar. Era un código que teníamos cuando éramos pequeñas. Lo usábamos cuando planeábamos una travesura con castigo de una semana o mes.
Esto costaría la vida de alguna de las dos. O de ambas
Suspire entrecortadamente y el hombre que tenía a Cassie fue el primero en empezar a bajar los escalones al ver que la camioneta ya había estacionado
Ahora o nunca
Se paro mi respiración y me moví rápidamente. Le mordí la mano al chico que me sostenía la boca para no gritar, pero lo hice al sentir que clavo más de la mitad en mi cadera y saco el cuchillo. Cuando iba a repetir el acto me deslice y me tire a duras penas por las barandas de las escaleras. Mi pierna derecha no funcionaba bien por la apuñalada por lo que con doble esfuerzo en la izquierda empecé a correr mientras presionaba la herida con mi mano derecha. Empecé a correr hacia las otras casas y pude ver que la casa de la familia de Dash estaba apagada
Bye esperanzas
Cambio de planes. Generar tiempo para dejar escapar a Cassie. Corrí sin rumbo alguno por la oscuridad de las calles. Lo bueno era que había luna llena porque si no ya estaría perdidísima empecé a sentir pisadas pesadas atrás mío y aumente el ritmo con la adrenalina y el miedo a mil. No podía parar ahora. Apenas fui consciente de que estaba perdiendo mucha sangre cuando mi vista empezó a nublarse
Cassie...
Aun sin ver seguí corriendo. sentí mi cuerpo debilitarse poco a poco mientras cerré los ojos y dejaba de respirar por lo agitada que estaba
¿Por qué no hice ejercicio más a diario?
Empecé a lamentarme mientras sentí que tropecé con una roca. Caí y mientras caía sentí como perdía la conciencia. Mi cabeza aterrizo tan duro contra el piso que fue la última gota para dejarme inconsciente

EL DESASTRE QUE FUIMOSWhere stories live. Discover now