♧☆CAPITULO 4☆♧

23 5 0
                                    



Todo baja sin control alguno. Sientes que tu corazón se para en ese mismo instante, pero te sorprendes al ver que no, lo único que queda es gritar y gritar para sacar esa adrenalina. Eso era lo único que quería hacer al ver tal escena al frente de mis ojos.
Ni siquiera tuve que asomar mi cabeza para los dos lados. No tuve que caminar unos pasos. No. Estaba justo frente a mí. Justo frente a la puerta, quizás intencionalmente o quizás no. Había un gato muerto. Estaba acostado en el piso. Parecía que estaba echándose una siesta a no ser por la herida que tenía en su estómago que manchaba parte de su pelaje gris y un poco del piso. Me agache para mirarlo. Mi corazón amenazaba con irse de vacaciones y mis ojos con desbordarse de lágrimas. Una oleada de alivio y esperanza inundo mi corazón al ver que tenía un mínimo pulso. Lo agarre suavemente. Cargándolo como un bebe y lo lleve corriendo hacia adentro del aula. Lo dejé en la mesa de profesor y empecé a correr de lado a lado buscando el botiquín. En una esquina había un armario grande, pero tenía cerrojo. me agache para intentar abrirlo desde abajo. Si. las neuronas no me estaban funcionando bien en este momento, asumí que ahí estaba el botiquín. ¿Cómo se abren las cerraduras sin dañarlas?
- ¿Qué paso aquí?
escuche una voz masculina proveniente de la puerta. Me gire asustadísima de que fuera algún compañero de mi mama. Si mi corazón antes se iba a ir de vacaciones, ahora se iba a ir a otro continente.
ah, era Thomas
me sentí mejor mientras me levantaba e iba corriendo hacia él. Que estaba con una cara de entre asombro, curiosidad, miedo y algo más que no pude descifrar. El giro su mirada hacia mi e hicimos contacto visual. Sus ojos tenían un brillo que, aunque ya haya visto antes. Ahora es más intenso. No había visto muy bien que si te descuidas un poco. Esa laguna verde te come viva
- Así que aparte de ser cerrada y misteriosa te volviste asesina de pequeños felinos
bromeo el mientras esbozaba una risita relajada. Su hoyuelo ya no se marcaba tanto y su pelo esta vez estaba muy bien peinado. ¡concéntrate!
- no!! - chille estresada. Estaba muy asustada como para aguantar sus chistes nuevos y luego le agarre la mano para guiarlo al armario grande - ¿sabes abrirlo?
su sonrisa creció mientras miraba nuestras manos juntas. Intente soltarlo, pero empezó a hacer presión en el agarre para no soltarme
- esto es nuevo
- ¡no es momento!
Estaba a punto de llorar de lo estresada y angustiada que estaba. Pareció entenderlo por fin al cabo de unos segundos y me soltó
- aléjate
me ordeno con la voz firme mientras sacaba de su bolsillo una roca pequeña. Fruncí el ceño. ¿Por qué tenía una roca en el bolsillo? Obedecí y me alejé de él, me dirigí al gato que respiraba pesadamente con los ojos cerrados. Pobre criatura. El que hizo esto definitivamente no tenía compasión alguna. Escuche un estruendo y luego el candado cayo ruidosamente en el piso. Mire a Thomas, o como se llame y me dirigí a él. Este ya estaba abriendo las puertas y buscando
-ten
dijo cuando ya estaba más cerca de él y me extendió un botiquín, lo tomé con prisa y me dirigí hacia la mesa donde estaba el gatito. Abrí el botiquín y empecé a buscar vendas. Estaba todo muy revuelto. Cuando las encontré me las arrebataron de la mano y hablo con un tono de ego
- es una herida profunda, hay que coser
rodee los ojos mientras me senté en una silla
- bien, deslúmbrame querido doctor con tres títulos de post grado
me burle. Pensé que se iba a molestar o algo. Pero solamente rio entre dientes y saco una aguja. Inmediatamente me tape los ojos y me acurruque en la silla. Sonó otra risita y luego hablo
- ¿te dan miedo las agujas?
- si - susurre sin dejar de taparme los ojos
- 'pero. ¿Por qué?
pregunto divertido, sabía que si respondía iba a ser objeto de burla. Por lo que me quede callada y al notarlo el no insistió. Hoy estaba raro. No había visto su sonrisa torcida ni nada. Estaba extrañamente normal. Las agujas golpearon mi mente y sentí tal fobia de solo recordarlas. Era como volver a verlo a él. No quería. No quiero. No quiero. Empecé a escuchar gritos de Cassie. luego los míos, ¡basta! Intente gritar, pero sentí como si una mano me empezara a ahocar. Mis manos cayeron en mi regazo para intentar ver, pero todo estaba oscuro. Los gritos aumentaron y mis oídos empezaban a doler. Me los intente tapar, pero no podía. No puedo. Sentí mis mejillas mojadas. Empezaron a pronunciar mi nombre. Pero se escuchaba lejano. Mi respiración se aceleró y mis latidos también. Me falta el aire. ¡suéltame! ¡suéltame! No puedo gritar no puedo gritar. Me voy a morir. Era mi hora. Cassie. Cassie. necesito ayudarla. Sentí un balde de agua fría mojarme toda. Los gritos pararon y fueron reemplazados por risas. sentía que las agujas atravesaban mi cuerpo dolorosamente. No puedo quejarme. No puedo hablar, como si me hubieran cosido la boca. Sentí que me empujaron. Caí en cámara lenta mientras todo se juntaba. Risas. gritos. Agujas. Agua fría. Sangre. La mano de mi garganta me soltó y pude exclamar un quejido
- ¡Yelizza!
escuché a Thomas gritar angustiado. Abrí los ojos y pude verme sentada en la silla. Thomas me tenía por los hombros mientras me miraba fijamente, estaba pálido. Al ver que reaccione soltó una maldición y empezó a limpiar lágrimas de mis mejillas. Sus dedos eran ásperos, pero por la forma que lo hacía era una caricia que podía calmar a cualquiera. Bajé la mirada y pude ver mis manos temblar. Todo mi cuerpo temblaba y mis oídos los sentía adormecidos. Quise pronunciar algo, pero lo único que salían eran jadeos. Ya había pasado. Ya paso. Ya paso. Intente consolarme a mí misma. Iba a abrazarme a mí misma, pero alguien más lo hizo.
- maldición. ¿estas bien?
dijo mientras me agarro del hombro y me atrajo a su pecho con fuerza. Luego empezó a acariciar mi pelo y con el brazo libre rodeo mi cintura. No me opuse. Su pecho era duro y firme. Pude escuchar sus latidos acelerados. En cierto modo me causaba mucha seguridad estar con él. Y más ahora en su abrazo. Pero luego. recordaba la primera vez que lo vi. ¿Cómo puedo sentirme segura con un chico al que vi con un cuchillo? Cuando lo pensaba. Me daba miedo. Pero cuando lo veía y estaba junto a él. Es diferente. Porque siento que hay una diferencia en la primera vez que lo vi y ahora. No lo conozco mucho y eso también es un contra. Pero ahora estoy mal. Hace tiempo no me abrazaban cuando estaba mal. Pero.... Carlos.... ¡no puedo! Vamos. Es un simple abrazo. Sentí un crack en mi cabeza y decidí aprovechar la situación. Necesitaba pensar en otro tema urgentemente y recordé cuando dijo que no se llamaba Thomas. Dijo que volvería por respuestas. No yo no quería volver. Me obligo mi mama. Si fuera por lo nunca...... ¿o quizás sí?
- ¿Cómo te llamas?
pregunte. Él se quedó unos segundos callados como si le hubiera hablado en chino. Soltó una carcajada ronca que me hizo estremecer ya que su pecho subió y bajo con brusquedad. Luego dejo de acariciar mi cabeza y apoyo su barbilla encima de esta
- ¿tienes tanto interés en mí?
quería preguntarle. No. No. No. Contrólate Yelizza. Controla-
- ¿Por qué estabas en mi casa con un cuchillo?
Sentí como se tensaba ante mi pregunta. Se separo rápidamente de mí y sin mirar atrás empezó a dirigirse a la puerta
- ¡dijiste que volviera si quería respuestas!
chille. El me miro por encima del hombro y sonrió retorcidamente. Oh oh. No significaba nada bueno. ¡porque no me calle!
- la curiosidad mato al gato
no entendí la referencia. Hablando del gato. Volteé mi cabeza y vi que ya estaba la venda envuelta sobre el gato y respiraba normalmente. Será una mala. Muy muy mala idea. Pero. ¿Qué idea no es peligrosa y rara si no es mía? Apenas salió del salón agarré el gato y lo puse en la mochila. Luego me puse la mochila delante del pecho y Sali. A lo lejos se veía su silueta. Estoy loca
- Shh. Estarás bien
susurre mientras acariciaba el gato. Algún nombre.... Mei. Aunque no sabía si era hembra o macho, el nombre es unisex por suerte. Empecé a seguirlo desde lejos. Me sorprendió que en vez de bajar por las escaleras fue por la ventana. Me apresure a correr por las escaleras mientras me aferraba a Mei para que no se agitara como una Coca-Cola. Al estar ver la entrada desde las escaleras. Me tensé porque en la entrada vi un guardia.
chico inteligente. ¿evitando guardias, ¿eh?
había una ventana cerca de las escaleras. Pase un pie y luego otro. Quedando sentada en el marco. Solo podía mirar el piso. Estaba a un metro y medio. Me da miedo. ¿y si lastimo a Mei? ¡y si me lastimo yo! No pude tener mucho tiempo para pensar ya que escuche pasos
DIOSITO NO ME ABANDONES
salte y para mi sorpresa caí parada. No me morí ni nada. Suspire de alivio mientras acaricie a Mei un poco. Pude ver la figura de Thomas o cualquiera sea su nombre. Hasta no saberlo no le voy a dejar de decir Thomas. Estaba bajando por las ventanas. Las manos en la parte de abajo del marco de la ventana y los pies donde comenzaba el otro marco. Me escondí rápidamente en el primer arbusto que vi, cuando llego al suelo miro a todos lados, luego se dirigió hacia un auto, pero no entro. Lo prendió y luego le dio una vuelta al coche, pensé que se iba a subir, pero saco su celular y empezó a llamar a alguien. No podía ver muy bien debido a la poca luz que daban las farolas de la calle del frente ya que tenía un poco de tránsito. Así era este pueblo. Las calles más transitadas ya sea por el restaurante o la biblioteca tenían máximo dos faroles por cuadra. Aproveche que me estaba dando la espalda y gatee hasta llegar a la parte de atrás del coche.
- ¡escucha Thomas. ¡No te cuesta nada!
Thomas peleaba por el teléfono, ¿tenía señal? Intenté escuchar lo más que pude. Luego colgó con un "jodete, ya lo hare yo y tendrás una consecuencia no muy amable". Guardo el celular y murmuro un par de cosas. Luego vi que iba a subirse a su auto. La curiosidad me impulso y abrí la cajonera un poco. Me quité la mochila con Mei adentro y la o lo metí. Luego a duras penas entre yo y cerré la cajonera. Estaba todo muy oscuro. El aire me faltaba un poco. El coche se movió y luego el motor rugió. Y arranco. Thomas puso música de Artic monkeys y empezó a tararearla mientras conducía. Me mordí el labio al recordar que. Bueno. ¡a duras penas se cómo llegar a la escuela! Me voy a perder. Oh dios. Lo debí haber pensado antes. ¿y si me mata? ¡oh dios! Me voy a morir. El pánico empezó a llenarme. Pero mi corazón se detuvo junto al coche. Escuche la puerta cerrarse y unos segundos después unos pasos cercanos. Pensé que se dio cuenta y venía a sacarme por los pelos. Pero no. Escuche la puerta de una casa chillar y luego cerrarse de nuevo. Estuve quietísima por varios minutos. Quizás fue media hora. Necesitaba asegurarme que Thomas no me viera salir, tengo que arreglar esto. ¿Por qué vine? Por respuestas. Pero. No las voy a conseguir si me convierto en una acosadora 3000. Aparte necesito mi celular. Mi primer y único celular que tengo desde hace años. Agarre a Mei y me sorprendí al ver que aun dormía. Respiraba y todo, pero dormía. Agarré la mochila y me la puse en el pecho. Intenté abrir la cajonera desde adentro pero no pude, me acosté boca arriba y empecé a pegarle patadas fuertes al techo. Intentando con todas las fuerzas que el pánico no me comiera. Empecé a soltar jadeos por la falta de aire. Y luego la cajonera se abrió. No fui yo. Fue el
- vaya, ahora eres acosadora
dijo serio. Me quede unos segundos como estatua. Pálida y con los pies aun arriba. ¿Qué hago?, el vio mi cara y le pareció como un meme de Facebook, abrió mis piernas y las bajo mientras reía
- ven. pareces que viste un fantasma
no me dijo a mí. Le dijo a Mei. La saco. O lo saco. ¡no es el género. ¡Okey! Saco a ese ser de la mochila y lo acaricio mientras lo acurrucaba en sus brazos. Por un momento me puse celosa ya que esa hubiera seguido siendo yo si no hubiera preguntado eso. Luego mi miro y su sonrisa desapareció. Adoptando un aire serio
- ¿Qué haces aquí?
- pues quería dar un paso - digo mientras salgo de la cajonera. El retrocede y quedamos a unos pocos centímetros- ¿te molesta?
- claro que no. Pero es mi casa. es tarde. ¿no te van a buscar?
me quedé callada y luego me encogí de hombros. Me hizo una seña de que lo siguiera. Estábamos en un garaje color blanco. No podía ver mucho hacia afuera ya que las ventanas eran muy altas.
- puedo dejar que te quedes. Pero - hace una pausa ya estando delante de la puerta - tienes que fingir ser mi novia
ah. Que poco. Espera. ¡¿fingir ser su novia? Hago una mueca mientras me cruzo de brazos. ¿Por qué tendría que hacer algo así?
- ya sé que soy guapo
bromea el mientras me mira. Aunque en su cara solo hay seriedad
- pero, ¿Por qué?
- porque no me dejan traer chicas a la casa. y mi familia es muy tradicional con esos temas
me quede callada unos segundos. Iba a decir que sí, pero me interrumpió
- no vamos a besarnos ni nada de eso. Saludas. Te presento y subimos a mi cuarto - hice una mueca y ya iba a insultarlo hasta en árabe, el resopla y niega mientras una sonrisita crece por su rostro - no vamos a hacer eso - suspiro aliviada y descruzo mis brazos, hace una pausa y su sonrisa se ancha - si no quieres
- ¡claro que no quiero!
chillo nerviosa. El ríe y luego me agarra de la mano. Entrelazando sus dedos ásperos y grandes con mis deditos suavecitos como un pancake y las uñas más cortas que mi sentido de supervivencia pintadas de color blanco. Me encantaba muchísimo el blanco.
- ¿lista?
-lista
y salimos por la puerta. Al abrir la puerta se pudo ver un corredor largo más o menos iluminado. En total había cinco puertas y luego una escalera. Apretó mi mano y me condujo hacia las escaleras. Al subir dimos en una sala muy iluminada. Tenía una mesa larga y grande. Donde estaban sentadas alrededor de ocho personas. Cuatro eran ancianas. Dos parecían los padres de Thomas, el papa por los ojos verdes, aunque el pelo negro y la madre por el pelo pelirrojo y los ojos marrones. Luego había un chico que reconocí en un segundo por el pelo. La mezcla de castaño y rojizo. Era el chico de la biblioteca. Luego había una niña de diez años peli roja con los ojos marrones. Fue la única en sonreírme cuando me vio. El televisor y sofás a un lado. Mas un ventanal gigante que estaba tapado por las cortinas. Al otro lado estaba la cocina. Una habitación y luego otras escaleras. Me sentí incomoda ya que llevaba el pelo todo despeinado por las vueltas que di en la cajonera del auto. Aunque por lo menos no usaba maquillaje más que un labial rosa. Porque si no. Ahora estuviera como un payaso.
- familia. Les presento a mi novia
anuncio Thomas con una sonrisa fingida. Su familia no lo miraba a él. Sino a mí. Ocho miradas sobre mí era de lo más incómodo.
- hola. Me llamo Yelizza
murmuro un poco nerviosa mientras miraba el piso. Thomas me apretó la mano con fuerza para que lo mirara. Lo mire de reojo y me dio una mirada de "¡¡cálmate por favor, lo vas a arruinar!!". ¿Así que me tragué los nervios y sonreí. para algo tienen que servir las clases de actuación que tuve a los diez ¿no? Después de mi sonrisa el ambiente dejo de ser tan tenso
- ¡un gusto!
dijo la niña mientras se levantaba y agarraba una silla y la ponía a su lado
- me llamo Emma. Ven. ¡siéntate conmigo!
dijo ella. Thomas me soltó la mano para que fuera y eso fue lo que hice. Rei un poco y asentí mientras me acercaba a Emma
- que nombre tan lindo. Yelizza. No eres de aquí. ¿no?
pregunto uno de los ancianos mientras todos me miraban. Yo negué
-no. Me acabé de mudar aquí hace - hice una pausa. ¿Cuánto llevaba aquí? Ah. Seis días. ¡que poco! Pasaron muy rápido - hace seis días
- ¿de done vienes?
- de Londres
todos me miraron sorprendidos. Hasta incluso Thomas. Alzo un poco las cejas y sonrió curioso mientras dejaba a Mei en un sofá y luego arrastro una silla a mi lado, ya que estaba en la punta y se suponía que éramos pareja
- ¿Por qué vinieron aquí?
pregunto Emma. La verdad me está cayendo muy bien
- mi mama quería despejarse
- ¿de que trabaja tu madre?
un olor inundo mis fosas nasales, era delicioso y venia de la cocina. La madre de Thomas se levantó rápidamente y fue a la cocina. A esto él se inclinó y se acercó a mi oreja
- ¿eres vegana, vegetariana o algo así? - pregunto el, por lo que negué
- no. Oye. ¿tienes señal? Necesito avisarle a mi madre que estoy aquí o llamara a la policía
-si. ten mi celular
dijo mientras me ofrecía su celular. Lo acepte con gusto y lo guarde en el bolsillo de mi falda. Luego me levanté y puse un mechón detrás de mi oreja
- tengo que llamar a mi madre para avisarle que estoy aquí. ¿puedo ir afuera?
pregunte. La verdad lo preguntaba más para Thomas porque quizás iba a creer que iba a escapar
- te acompaño
respondió inmediatamente Thomas. Ya sabía que pensaba que iba a escapar, pero me sorprendí. Asentí mientras dejé que el me agarrara la mano y saliéramos de la casa. tampoco era que me iba a prestar su celular con los ojos cerrados. Al salir me di cuenta que estábamos en una calle asaltada y la casa era blanca. Debe ser uno de los miembros de las familias originales. Así que ellos si tenían señal. ¿eh? marqué el número de mi mama y le di al símbolo de teléfono. Thomas estaba junto a mí por lo que lo mire de reojo
- si te pregunto algo. ¿te vas a enojar?
- si te respondo. ¿Qué me darás? - dijo el con una sonrisa retorcida
- ¿Qué quieres que te dé?
la pregunta se quedó unos segundos entre nosotros. Luego mi mama respondió. Por lo que se cortó nuestra conversación
- ¿Dónde estás?
dijo ella estresada. Espera. ¡contesto! Por lo que en la escuela hay señal
- estoy en la casa de un amigo
- ¿Cómo se llama?
mire de reojo a Thomas. El suspiro y agarro el teléfono
- hola señora. Me llamo Lorenzo - ¿Lorenzo? ¡Lorenzo! Le tengo que agradecer a mi madre por dejarme tener esta información gratis. Se escucho un murmuro al otro lado del teléfono y me acerque a Lorenzo para escuchar mejor. Pensé que se enojaría o algo. pero este envolvió su brazo en mi cintura y me acerco un más a el mientras se inclinaba hacia mí para que pudiera escuchar mejor. Lo único que escuche mientras me acomodaba fue "¿a qué hora regresa? Si va contigo me la devuelves tu. Es peligroso a estas horas" - es que señora. Quería preguntarle si Yelizza podría quedarse a pasar la noche aquí. No haremos nada. Se lo juro, y mañana en la mañana la devolveré sanita. - mi madre trabajaba en la cafetería por la mañana y luego en la tarde en la escuela. Si ella no me veía con sus propios ojos no me dejaría y sé que va a venir por mi
- bien. A primera hora. ¿oíste? Pásame a Yelizza
dijo mi madre. Por lo que Lorenzo se inclinó más hacia mí por la diferencia de altura y puso el teléfono entre nuestros oídos. Una posición muy rara la verdad
- ¿Qué pasa mama?
- me encanta que tengas amigos. Pero. ¡estas pequeña para tener novio!
chillo ella. Me puse rojísima y Lorenzo rio en silencio. Le pise el pie como venganza
- no somos novios. Es solo por hoy y ya. No me gusta ni nada.
- bien. Cuídate, hasta mañana
y luego colgó. Mire a Lorenzo mientras guardaba su celular. Intente despegarme de su cuerpo ya que aún me sostenía por la cintura
- ¿A dónde vas?
pregunto él. Pero le saque el dedo de en medio e intente soltarme. Era incomoda la posición, aparte que su familia podría vernos por la ventana. Así que puse una mano en su pecho para intentar quitarme. Falle
- Lorenzo. ¡basta!
chille y el rio mientras me guio hasta la pared de al lado de la puerta y me arrincono. Oh no. Me voy a morir. Mi cara arde. lo siento. Pega nuestros cuerpos mientras se inclina más y su frente se apoya contra la mía. Trago fuerte saliva mientras miro sus ojos. Su mano se apoya contra la pared y la otra la tiene en mi cintura. La bajo hasta mi cadera y la acaricio con los nudillos
- sabes. Eres molesta y terca
dijo el de repente. Arquee una ceja y lo mire confusa
- ¿Qué?
- pero aun así. Me debes algo
- no te debo nada
- ya sabes mi nombre
- uy. Mira que con eso te puedo encerrar en la cárcel - bufe. Pero luego el soltó una carcajada ronca que me hizo estremecer
- eres linda cuando estas nerviosa
- no estoy nerviosa
- ¿enserio?
su cara bajo más. Nuestras narices se rozaban y sentía mi respiración volverse pesada
- no lo estoy
- ¿Qué sientes por mí?
- odio
- no te creo. No eres capaz
- sí. te odio. Y quiero que te alejes
- ¿enserio?
y corto la poca distancia que nos quedaba

EL DESASTRE QUE FUIMOSWhere stories live. Discover now