♤☆CAPITULO 19☆♤

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Corrí lo más rápido que pude hacia la cabaña. Sentí como me desarmaba y me consumía el llanto con cada paso que daba. Cuando llegue a la puerta de la cabaña intente abrirla con todas mis fuerzas, pero no pude. Le pegue unos puños a la madera de la puerta, pero tampoco conseguían funcionar. Me aleje unos pasos y luego mire las ventanas

Es la única manera

Me mordí el labio y corrí hacia la primera ventana que vi. Le pegué con la punta del mango de la pistola y pude ver como se hizo una rajada en el vidrio, mi mano volvió a tomar impulso para reventarlo, pero una mano rodeo mi muñeca y me paro. Rápidamente miré hacia atrás y pude ver a un chico de cabello color cobrizo. Tenía un aire de confianza, pero también se podía ver cierto miedo en sus ojos. De detrás del llego una chica corriendo hacia mi mientras lloraba. Cassie...
No pude evitar soltar un sollozo y corresponderle el abrazo. Ella acaricio mi pelo y pude ver como empezaba a hacerme caminar lejos de la cabaña. Pero no reaccione hasta que intente dar unos tres pasos hacia atrás, inmediatamente me intente soltar de su agarre
- Lorenzo
Susurre mientras luchaba contra el agarre de mi hermana. Que intentaba alejarme de ese lugar
- Vámonos Yelizza
La escuche decir contra mi pelo, me seguía intentando jalar, pero no puedo. No puedo irme sin Lorenzo.
- Él va a estar bien
No lo va a estar. El mismo dijo que la persona que estaba adentro era peligrosa. No pude darle un último beso, eso me dio un dolor inimaginable en el pecho, sentía mi corazón retraerse mientras escurría lágrimas. Si le pasaba algo era mi culpa... él me dijo que nos fuéramos, pero yo no quería dejar a Cassie, tampoco podía dejar que le pasara algo malo a ella. Pero no podría cargar con el peso de haber hecho que él se sacrificara para que Cassie, y ese chico que no se su nombre se salvase. Por lo menos que se hubiera quedado ese chico y hubieran salido Cassie y Lorenzo. Pero no se pudo...
- Vamos a la cabaña, antes de que saliéramos él dijo que allí nos encontraría en la mañana. Y sino...
- ¿Si no qué? - No pude evitar cortarlo. El dolor punzante de la herida también ayudaba a que estuviera hipersensible - No me voy a ir sin el
- Escucha, si nos quedamos aquí seremos un estorbo para él. No podemos ayudarlo
Solo pude sollozar mientras mi cuerpo empezaba a ceder a los jalones de Cassie, exigiéndome que caminara. Pero es que no puedo... mi cuerpo duele al igual que mi alma. No puedo hacerlo sin Lorenzo...
Solo pude ver árbol seguido de árbol. Me empezaba a marear, mi vista empezaba a nublarse y no creo que fuera solo por las lágrimas que estaba derramando por cada paso. El nudo de mi garganta lo único que hacía era crecer y crecer más que su ardor lo imitaba. Sentía que iba a vomitar en cualquier momento, recordé los pastelitos estripados y los sándwiches de la cestita, Lorenzo había hecho todo eso para mí y yo lo único que hice fue guiarlo a la muerte.
Lo siguiente fue borroso. Pero vi la figura de Lorenzo en el bosque, estaba sonriendo y tenía un cuchillo en su mano. Lo mire unos segundos por encime del hombro de Cassie, iba a soltarme hasta que entendí. Ese no era Lorenzo

Era un recuerdo.... El recuerdo de la primera vez que lo vi

Y aun asi. con el rojo salpicado en su cara que hacía juego con su sedoso pelo... se veía perfecto, sonreí. Sonreí con mis últimos alientos antes de sentir mi cuerpo desvanecerse encima de el de Cassie, un grito ahogado salió de ella. Quizás llamando al chico. O quizás a mí. No logre entenderlo bien



Desperté en una cama cómoda. Tuve que parpadear varias veces para ser consciente donde estaba y quien estaba mirándome de una forma.... Malvada

Thomas, estaba parado mirándome recostado en la ventana del cuarto

Mire a mi alrededor y estaba en la habitación de Lorenzo. De repente empecé a dudar que quizás nada de esto fuera verdad, pero. ¿Hasta qué punto?
- Thom, ya le pedí a los chicos que vinieran. En diez minutos vamos a seguir el plan b de la misión
Dijo el peli negro de ojos azules mientras entraba al cuarto con un tazón de cereales de color negro
- No la podemos dejar sola. Sabes que la está buscando.... - vi que Thomas estaba a punto de pronunciar un nombre, pero luego se corta a el mismo – El la está buscando
Quedé confundida. El chico se sentó en la cama y me extendió el tazón de cereales.
- La cuido yo, tienes que ir por tu hermano
Thomas asintió ante las palabras y luego salió corriendo. como si empezara a quitarse una carga de encima. Obviamente esa carga seria yo, ¿Dónde está Cassie?
Nos quedamos solos el chico y yo. Por lo que mientras comíamos no pude evitar preguntarle mientras miraba esos ojos azules

Las gemas de Lorenzo son mejores

- Me llamo Ahmed
Respondió secamente mientras seguía observándome comer. De cierto modo era un poco incomoda su mirada.
Asentí mientras seguí comiendo, al terminar le di el tazón y él lo dejo en el escritorio antes de volver a sentarse en la cama.
- ¿Lorenzo está bien?
Me atreví a preguntar, la verdad la charla entre él y Thomas me habían dejado muy confundida por falta de información.
- Deja de preocuparte por tu novio, se nota que no lo conoces tan bien
Murmuro mientras empezó a jugar con la cartuchera roja que Lorenzo me había dado
- Él no es mi novio.
- Él dijo todo lo contrario
Pude ver que un hoyuelo se asomó en su mejilla a causa de su sonrisa. ¿Lorenzo le había dicho eso?
- Él nunca me pidió un noviazgo
- Ya vi, no lo dejaste y por eso estas aquí refregándote en la culpa
Su comentario me enojo. No con él. Sino conmigo misma al enterarme que eso estaba planeando él y a eso se refería con que era "suya", y aunque no me gustaba ese concepto. ¿Qué podría esperar de Lorenzo? ¿Un novio tierno para nada posesivo después de verlo con un cuchillo y que me hubiera mentido?
Me mordí la lengua para no soltarle un "cállate" o directamente pegarle. Ya que eso se hacía cuando había confianza y ahora no la había. Por lo que el quizás lo considere como una amenaza. Por lo que decidí cambiar el tema
- ¿Sabes dónde está mi hermana?
Pareció captar su atención y me miró fijamente durante unos segundos
- ¿La rubia?
Asentí
- Están abajo, escondidos en el sótano
- ¿Por qué no me dejaron estar con ellos?
- Lorenzo no hubiera perdonado que su hermosa dama y novia estuviera en una pocilga como esa
Rodeé los ojos
- ¿Y porque no los tienen en una habitación como esta? Hay más cuartos en la mansión
- Ella es peculiar, y lo peculiar no me cae bien.
- ¿Cómo que peculiar? - Me sentí insultada, ya que mi hermana era muy madura y el solo hecho que se refiera así a ella me había tener punzadas de enojo por toda la cabeza. Aparte. Somos parecidas y lo más posible es que tampoco le caigo bien a el - ¿Y yo que soy?
- Una señorita extravagante - Rio un poco mientras se levantaba de la cama - Y no vuelvas a rodar los ojos
Fruncí el ceño. ¿Lo hice sin querer? Que importa.
- ¿O sea que lo extravagante te cae bien o mal?
- Me gusta
Dijo encogiéndose los hombros. Luego empezó a caminar por la habitación mientras miraba el techo, empecé a aburrirme. No tenía nada que hacer y el no daba señales de querer hablar. Volví a recordar que si no fuera por mi culpa. El que estaría caminando por la habitación seria Lorenzo y no Ahmed.
- ¿Puedo ver a mi hermana?
- No
Respondió casi al ultrasonido de mi pregunta
- Por favor. Estoy aburrida
Y el silencio volvió a reinar. Hasta que me levanté y tuve que volver a caer en la cama por la punzada de dolor en mi herida que volvió a estremecerme

Estaba tan entretenida que no me acordaba de este pequeño detalle

Solté un jadeo mientras mi mano busco signos de sangre, pero no había. Aun traía el vestido de color mandarina. Pero una venda estaba envuelta en todo mi torso, fácilmente parecía un accesorio más en mi vestido.
- ¿Estas bien?
Pregunto Ahmed mientras se acercó a mí. Yo solo pude asentir, pero luego rompí a llorar
- Es mi culpa que Lorenzo este allí.... El... quería que volviéramos acá, pero yo no quise porque quería salvar a mi hermana y....
Chille entre gimoteos y sollozos, un poco más y me salía moco de la nariz.
Pero Ahmed no se quejó ni nada. Sino que me abrazo y peino mi pelo hasta que me quede dormida

No quiero a Ahmed.... Quiero a....

No pude terminar de exclamar en mi cabeza y caí como una piedra en un sueño profundísimo.



Desperté unas horas después. El sol brillaba en mi cara y era tan molesto que, aunque ni siquiera abriera los ojos la luz se colaba en mi cerebro. Estaba acostada en la cama y en mis pies estaba Ahmed en una posición fetal durmiendo. Me reacomode y quede sentada en la cama mientras me frotaba la cara con la palma de la mano, la cabeza me dolía un poco y sentía los ojos arder todavía. Me quise levantar, pero fui consciente del peso de la cabeza de Ahmed en mis pies. Por lo que me quede unos minutos quieta, me empecé a aburrir hasta que recordé que el dichoso cuaderno que Lorenzo me regalo lo use como diario. Y me dieron ganas de usarlo para desahogarme con palabras. No con llanto, me dieron ganas de intentar hacer un poema. Hace tiempo había hecho uno. Fue a los doce, trataba de un hada y un vampiro. Algo así. Me incline hacia el costado. Quedando acostada en la cama mientras mi mano se deslizaba y buscaba el diario que había tirado en algún lugar debajo de la cama.
Mis dedos tocaron algo y jale. Saque el cuaderno y lo abrí, pase como doce páginas.

¿Tanto escribí?

Saque un lápiz de la cartuchera que estaba en el Y empecé a desahogarme. Desahogar ese amor que me inspiraba y al mismo tiempo me dolía y me quemaba por dentro también la culpa de no haber podido abrir la maldita puerta y ayudarlo. No poder hacer nada por el sabiendo que el me salvo varias veces de Thomas, me salvo de Carlos, y nos acababa de salvar a mí y a mi hermana de esa cabaña. Se me volvió a estripar el corazón y por cada palabra mis ojos derramaban una lagrima.
Mi mente se inundó de recuerdos, solo quería llorar. Cuando el me ayudo a curar el gato, cuando conocí a su familia, cuando me llevo a casa, cuando me metí en su camioneta y el no parecía muy enfadado con ese hecho, cuando casi nos besamos, cuando nos besamos bajo la lluvia, cuando me cargo y nos besamos

Yo no quiero caricias de otros labios...
No quiero tus manos en otras manos...

No pude evitarlo. Lagrimas chorrearon por mis mejillas mientras guarde el lápiz y volví a tirar el cuaderno debajo de la cama, mire a Ahmed. Aun dormía. Empecé a quitar mis pies de su cabeza y ahora su nueva almohada era el colchón de la cama. Me levante a duras penas mientras aguantaba el dolor de la herida y me dirigía al baño. Cerré la puerta y empecé a intentar quitar el vendaje para así poder quitarme el vestido, pude ver un rollo grande de vendaje apoyado en el lavamanos mientras mis manos subían y bajaban por mi espalda. Intentando encontrar donde estaba pegado lo último del vendaje y así deshacerlo. Después de varios intentos pare y solté un chillido estresadísima. ¡Que mierda había hecho aquí! ¡Primero encuentro Narnia antes que el maldito final de la venda!
Escuche pasos acelerados afuera del baño y luego tocaron la puerta
- Yelizza, ¿Estas adentro?
Pregunto y pude reconocer la voz
- Si, Solo no encuentro el final del vendaje, Ahmed
Respondí mientras volví a intentar. Pero no lo conseguí y eso hizo que me desesperara más. Por lo que tuve que optar por la opción peligrosa. Mientras mis pasos se acercaban al espejo para abrirlo mientras sentí los pasos de Ahmed alejarse de la puerta. Abrí el espejo y saque las mismas tijeras que use para cortarme el pelo, tuve que morderme la lengua cuando metí la punta dentro del vendaje justo encima del ombligo y cerré las tijeras. El vendaje cayo y pude ver la herida de mi costilla. Estaba aun con sangre, pero se podía ver que se empezaba a hacer una costra de piel encima de ella. Me quite el vestido con cuidado y lo deje encima del lavamanos. Luego lavaría la mancha de sangre,
Me di un baño rápido y me envolví el cuerpo con una toalla mientras empezaba a limpiar la mancha de sangre del vestido. Era tan hermoso, parecía de princesa por las capas de tul que hacían parte de la falda, pero el rojo empezaba a impregnar en las hermosas capas de color mandarina. Al igual que unas leves manchas de tierra que me recordaban cuando Lorenzo me tiro al piso, nuestro último beso......
Termine de lavar las manchas y deje el vestido en el lavamanos. Esperando a que se secara, ya que me daba miedo que quizás tuviéramos que partir y tener que dejar el hermoso vestido mandarina. Por lo que me senté en el piso del baño mientras esperaba a que se secara. Empecé a ponerme el vendaje alrededor del torso y así tape la herida. Quizás esta apuñalada también dejara una marca como la otra herida. Solo que con esa me desperté cuando me secuestraron, al menos esta tiene explicación.


Creo que pasaron dos horas y mil gritos de Ahmed procurando que estuviera bien. Diciendo que podría darme algunas prendas y así poder salir, pero lo menos que quería ahora era hablar con alguien. O ver a alguien que no fuera Lorenzo. Lo único que cubría mi cuerpo era una toalla de color blanco con unas estampitas de soles. Tenía un dolor de estómago impresionante. Creería que era por los nervios de saber dónde, como, y con quien esta Lorenzo. Pero sería mentir. Ya que me estaba muriendo de hambre, el tazón de cereales no había bastado.

Tenía hambre, pero no era de comida...

Aparte ese pensamiento lo más rápido que pude. Por suerte estaba sola, porque si no me hubiera visto como tremenda pervertida. Me levanté del suelo y me dirigí al lavamanos. Donde estaba mi hermosa prenda regalada por Lorenzo, aún faltaba un poco para que se secara. Alce la mirada y pude verme en el espejo, mi reflejo estaba demacrado. El pelo se me había enredado y tenía un par de ramitas, estaba aún un poco mojado, los ojos inflamados hasta no más poder y con unas leves ojeras en forma de luna debajo de ellos, suspire y agarre el vestido. Ya solo faltaba una parte ligera para que se secara. Por lo que me quite la toalla y me puse rápidamente la ropa interior y el vestido, ya lista Sali del cuarto y pude encontrarme a Ahmed acostado en la cama con los brazos apoyados debajo de la cabeza que estuviera mirando al techo si no fuera porque por su respiración se notaba que estaba dormido. El sueño no me faltaba, pero las ganas de salir sí. por lo que quizás si salía un pequeño ratito afuera sin Ahmed él no lo notaria. Estaba muy aburrida y el hambre estaba devorándome por dentro. Por lo que me dirigí a la puerta y deslicé mi mano sobre la manija. Luego jale de ella y la puerta no se abrió. Volví a intentarlo, pero no dio más resultados que el anterior.

Ahmed es inteligente

Pero no tanto como yo, caminé en pasos lentos hacia él. Me senté en la cama y mi mano empezó a ir en busca de algún juego de llaves o alguna llave. Primero revise el buso. Nada. Metí la mano en uno de sus bolsillos delanteros del jean con mucho cuidado y estaba también vacío. La última esperanza que había era que las llaves estuvieran en el otro bolsillo. Por lo que tuve que inclinarme más hacia adelante para intentar meter mis manos en ese bolsillo y así poder revisarlo. Era la última esperanza de salir de aquí. Porque si no, es que se comió la llave.

- ¡Un poquito más Jennifer!
Chillo en voz baja Carolina mientras tenía su mano extendida hacia arriba. Íbamos a salir de este lugar por los conductos. Había encontrado un viejo mapa en el salón donde les daban clases a Las señoras del Hombre. Por lo que simplemente lo agarre y Sali corriendo. a ellas las preparaban para vigilar cada centímetro de la mansión. Por lo que las debían entrenar. Me incline más hacia abajo para lograr que nuestras manos se unieran, mientras que con mi otra mano me aferraba a un tubo
- ¡Ya casi! - Dije mientras nuestros dedos rozaban - Tienes que saltar
Carolina me mato con la mirada, ya que llevábamos rato intentando subirla y apenas se me había dado la idea. Ella dio un pequeño salto y yo tuve que reprimir un grito cuando todo su peso quedo en mi mano. Empecé a intentar jalarla, del tubo donde antes me sostenía ahora puse mi pie y agarré su mano con dos de las mías mientras seguía tratando de impulsarla para arriba. Mis dientes estaban apretados mientras sentí como si hubieran puesto mantequilla en la separación de nuestras tres manos, por un momento pensé que iba a volver a caer al vacío. Pero me soltó y se sostuvo del borde del conducto. Tuve que arrastrarme hacia atrás para abrirle paso y así ella pasara.
Ya cuando Carolina entro empezamos a gatear super calladas. Estaba oscuro. por lo que saqué de mi zapato una linterna pequeña que había robado de la cocina y la prendí mientras apuntaba hacia el frente, después de la muerte de Violeta no había podido parar de intentar buscar formas para salir de este lugar. No quería que su muerte fuera en vano, quizás no podíamos salvar a todas las chicas de aquí adentro. Ya que todas estaban hipnotizadas con ese show que montaban diciendo que aquí era un orfanato, y que quizás las que sospechaban o estaban muy escondidas para que nadie supiera de sus dudas o ya directamente estarían en la misma situación de Violeta. Por lo que lo mejor que podíamos hacer era escapar. Simplemente escapar para que Violeta no muriera en vano, para que si alguna chica nota nuestra falta de presencia sospeche y sepa que hayamos escapado. Ya que cuando van a adoptar a alguien avisan una o media semana antes, seria super raro que nos tragara la tierra. Creo en esa teoría, y no podríamos llevarnos a los niños ya que estaban en un ala muy alejada. Y el niño que necesitaba rescatar (mi hermano, Esteban) ya se había ido hace dos semanas.

El túnel se dividió en dos y tuve que intentar recordar el mapa que tanto había estudiado para saber cuál camino tomar

Derecha, izquierda, derecho, derecho, derecha, arriba e izquierda

Ya que yo iba adelante solo tuve que girarme y hacerle señas con la cabeza a Carolina de que me siguiera. Ella asintió y empezamos a gatear para voltear a la derecha. El túnel estaba normal, pero supe que estábamos pasando por la cocina al escuchar el cuchillo chocar contra la tabla repetidas veces. Era costumbre que las cocineras nunca durmieran para hacer el desayuno del día siguiente, y considerando que ya era de madrugada...
Me mordí la lengua porque al intentar subir más la cabeza para gatear más cómoda me había pegado fuerte contra el techo del túnel. Que resonó fuertemente

Ya lo arruiné

- Sigue, Jennifer sigue. ¡Ya!
Casi grita Carolina mientras me pegaba repetidas veces en el tobillo. Tuve que tragarme el dolor y seguir gateando para que no nos descubrieran. Al menos hacer algo para no ser atrapadas, llego otro túnel y gatee lo más rápido posible hacia la izquierda. si las cocineras escuchaban el ruido lo más posible es que pidieran la inspección inmediata de los túneles para mirar si hay ratas o no, recuerdo una vez. Nos despertaron a Violeta y a mí en medio de la noche para salir de la habitación ya que se habían escuchado ruidos en los túneles de adentro de la pared. Tuvimos que estar el resto de la noche y parte de la madrugada acurrucadas dormidas en el pasillo. Nadie nos despertó ni nada cuando terminaron. Por lo que estábamos heladas mientras caminábamos cojeando por los calambres hacia el cuarto mientras nos moríamos de la risa por un chiste que había hecho.
- ¡Jennifer!
Volví a la realidad al ver que ya habíamos cruzado casi todo el túnel y faltaba poco para salir, ya que desde aquí se podía ver la luz de la rejilla de la ventana donde podíamos salir. Según el mapa. A un bosque cercano de donde ninguno ni nadie nos encontraría. Ya que en ese bosque pasaban cosas paranormales y que muy pocos de los que entraban salían con vida. Había escuchado esa historia de una de las nanas antes, pero no creía que fuera real ya que. Bueno... no creía que fueran fantasmas los que asechaban ahí a los que había que tenerles miedo, una vez mientras Violeta y yo nos escabullimos para escuchar las conversaciones de las más grandes. Decían que allí había todo tipo de vagabundo y que habían visto al Nunca Huncla, una especie de mounstro de un cuento infantil de la biblioteca, decía que era alto y tenía apariencia humana. Pero como asesinaba no podría ser de humanos y como miraba te devoraba el alma, que su cuerpo era peludo y lleno de pelos azules oscuros. Sinceramente. No creía que un ser así existiera en ese bosque y nunca se le hubiera pasado por la cabeza venir. ¿No?
Violeta opinaba diferente y siempre decía que eso si podría existir, que era real. Ay Violeta...... Extrañaba tanto su optimismo por las cosas. La necesitaba ahora.


Mi mano se deslizo por el aire y luego se metió en el bolsillo del pantalón de Ahmed. Pude tocar un juego de llaves y este emitió un sonido cuando chocaron entre sí por mi intento de atrapar el juego, me incline más y de un tirón saque el juego de llaves doradas, en total eran unas doce o trece. Me levante de la cama cuidadosamente mientras que miraba a Ahmed. Con mi otra mano me sostuve la herida, empezó a doler cuando me incliné por las llaves. Me dirigí hacia la puerta y empecé a intentar con una por una de las llaves. Intentando abrirla, la puerta no dio ningún signo de ceder hasta que metí la sexta llave. La cerradura crujió y dejé las llaves colgando mientras corrí al armario por algún buso de Lorenzo, el primero que vi me lo puse. Era de color negro y me tapaba hasta dos dedos debajo de la cadera, por lo que el vestido de color mandarina aún se seguía viendo. Deje el armario abierto y retire las llaves. Metiéndolas en el bolsillo del buso para luego abrir la puerta con curiosidad y energía. No podía esperar a poder ir por comida y luego buscar a Cassie y a ese chico que la acompañaba. En cierto modo parecía amable y prometía cosas para Cassie, ojalá hubiera podido preguntarle de todo y sacarme las dudas de si habían hecho algo o no.
Crucé la puerta y empecé a correr por el pasillo.

Si paso rápido y hay alguien, no me ven

Sonreí por la adrenalina, pero la sonrisa se me borro cuando el dolor se hizo más agudo y tuve que parar de correr a solo caminar rápido, intentando no hacer ningún ruido de dolor. Me encontré intentando recordar a qué lado eran las escaleras. Parada justo donde se dividían los caminos.

Bueno, don Marín de do pingue

Señale la derecha. Por lo que empecé a caminar hacia la derecha. Hace mucho no caminaba por estos pasillos. Y la memoria me fallaba de tanto desespero por intentar salir y el sentimiento que estaba clavándose en lo más profundo de mi ser de extrañar a aquel peli rojo
- ¿Yelizza?
Me hele en mi lugar al escuchar esa voz

EL DESASTRE QUE FUIMOSWhere stories live. Discover now