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- Cuéntame Nick, ¿por qué la prisa de hoy en la terapia?

- No estoy bien - admito.

¿Cómo iba a estarlo? No podía estarlo.

La noche anterior había salido con Bea y...

- Bueno, cuéntame.

- Creo... creo que he conocido a alguien... a un chico. Bueno, realmente he conocido a un chico.

- Me temo que debes explicarte mejor, Nicholas, si quieres que te entienda.

¿Por donde empezar? Quizás por el principio.

Bea se había empeñado en salir a un pub exclusivo al que no habíamos ido nunca. No me apetecía en absoluto, pero tenía que hacerlo. Debía salir a vivir y recuperar poco a poco el control de mi vida, o eso al menos era lo que me decía la voz de Max las pocas veces que lograba escucharla. Y allí estaban, en aquella barra... Taylor.

Mentiría si dijera que mi corazón no dio un vuelco cayendo en picado. De hecho tuve que recordarle a mi cuerpo cómo era que se respiraba antes de que acabase desmayado por auto asfixie. Estaba en uno de los sofás de las zonas reservadas, alcancé a ver un poco más y no estaba solo, de hecho, si no recordaba mal el que lo acompañaba era su hermano. Me giré a toda velocidad hacia Bea en cuanto pude.

- Ni de coña - dije andando hacia la puerta, pero mi hermana frenó mis pasos y me hizo volver a girar.

- ¿Qué? ¿Qué pasa?

Señalé con mi cabeza hacia la zona en la que Taylor se encontraba. Estaba con un grupo de hombres, todos más o menos de su misma edad, puede que fuese una celebración. El caso es que de entre todos ellos, él... él destacaba de todos los demás. Él destacaba en aquel puto local. De entre todas las personas que pudieran ponerse frente a mí, yo siempre seguiría viéndolo sólo a él.

- Ahí está Taylor y lo siento pero no voy a estar aquí, en el mismo lugar que él - negué muy de seguido con mi cabeza entrando en bucle - No. Negativo. Cero. Nein. ¿Te lo digo en más idiomas?

- Joder.. que mala pata. Te juro que no lo sabía, Nick.

Y por cómo me mira, sé que mi hermana me dice la verdad. Además, desde que lo dejamos, Taylor no es que haya vuelto a ser su persona favorita. De hecho ya apenas me hablaba de él, no sé si es porque dejaron su amistad o por si es ella la que lo evita. 

- Pues venga, vámonos - insisto.

- Joder Nick, ¿de verdad vas a llevarte así toda la vida? ¿Esquivando todos los lugares en los que te lo encuentres como si tú tuvieras que esconderte de algo? Lo vuestro terminó pero...

- Bea, no puedo. De verdad que no puedo, tengo una presión, aquí en el pecho.... Que no me deja... no puedo....

Todo comenzaba a verse difuso y el aire dejó de entrar con normalidad en mis pulmones. Dios mío, iba a montar un espectáculo como me desmayara allí mismo, en mitad de la pista. Entonces una mano apretó mi hombro:

- Eh tranquilo, estás sufriendo un ataque de ansiedad, amigo - dijo una voz que no conocía tras de mí. 

Era una voz serena y muy tranquila que me hablaba directamente a mi oído, muy cerca, para que pudiera escucharla por encima de la música que no dejaba de retumbar. Al girarme, un chico de no mucha más edad que yo estaba a mi lado y sin que yo le dijera absolutamente nada, puso su mano en el pulso de mi muñeca y comenzó a cronometrar mis latidos.

- Así, muy bien, sigue respirando conmigo, así poco a poco... ya verás que se va yendo.

- ¿Perdona, tú eres...? - preguntó mi hermana de lo más cautelosa.

Waterloo | Taynick | Taylor Zakhar & Nicholas Galitzine Where stories live. Discover now