Waterloo | Taynick | Taylor Zakhar & Nicholas Galitzine

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TAYLOR

Que Nick no estaba bien no era un secreto para nadie. Me moría de la pena absoluta no saber cómo ayudarle, y sentía que simplemente me tocaba ver como poco a poco se iba apagando él solo, siempre con la esperanza de que en algún momento él volviese a brillar.

Pero eso nunca ocurría.

Supongo que nunca había sido más cierto la frase de "a problemas desesperados, medidas desesperadas" cuando de pronto me vi allí, en la jodida puerta del padre de Nick.
Se me acababan las ideas y no sabía qué otra cosa hacer más que la de pedir su ayuda como comandante. No podían hacer como si nada, carajo. Nick necesitaba mantener su mente ocupada y para ello necesitaba trabajar. Y aunque lo había intentando meses atrás, siempre llegaba al mismo punto de partida. Él no sabía ser otra cosa que no fuese ser soldado.

Haría cualquier cosa por Nick. Cualquiera. Joder, lo quería más que a su vida, estaba realmente enamorado hasta las trancas. Nicholas se había metido tan dentro de mí que ahora vivía agazapado entre mis pensamientos, en mi piel, entre mis huesos. Me volvía loco pero incluso en esa locura, encontraba mi paz. ¿Cómo iba a dejar que se hundiese sin más? No. De ninguna manera.

- Adelante.

La voz del padre de Nick se escuchaba aún más dura detrás de la puerta. Tomé aire, tranquilicé mis nervios y abrí.

Y allí estaba, tan imponente como siempre, Arthur Galitzine.

- ¿Qué haces aquí?

Y tan capullo como siempre.

- Vengo a hablarle de su hijo, señor.

Arthur apretó su mandíbula pero asintió y me señaló con su mano el asiento vacío que tenía justo frente a él, al otro lado del escritorio de madera de roble. Miré el despacho con curiosidad; medallas, títulos, más medallas... y ni una sola foto de su familia.

- No tengo mucho tiempo para estas tonterías de... amantes homosexuales. Así que por favor, le pido que sea breve, Zakhar.

Suspiré, tragué todo lo que le diría en realidad a ese amasijo de mierda que se hacía llamar padre, y le conté todo lo que estaba ocurriendo con Nick. Los meses que llevaba apenas sin salir de la cama, como estaba intentando reincorporarse al mercado laboral y lo jodido que le estaba resultando, como lloraba en mitad de la noche cuando pensaba que yo no lo escuchaba... Nicholas no estaba bien y eso era una maldita realidad.

- ¿Por qué me cuentas esto? - pregunta como si no fuera suficientemente obvio - Nicholas no quiere saber nada de mí.

- No sé a quien más acudir... su hermana y yo llevamos meses intentado de todo pero nada parece funcionar. Si Nick tuviera algún motivo por el que levantarse cada mañana... siento que todo lo que se ha ido callando después del accidente ha estallado junto con lo de Max.

Su padre asintió con lentitud y dejó de escribir lo que sea que estuviese escribiendo. Al fin parecía que se tomaba en serio lo que estaba ocurriendo.

- Nick está muy perdido, señor - continuo.

- No lo parecía cuando decidió avergonzarse a él mismo y a todos nosotros cuando le... besó de aquella manera al frente de todos.