22

1.4K 160 91
                                    

Nada había vuelto a la normalidad tres meses después y empezaba a dudar que alguna vez eso fuese posible.

La vida seguía su curso y eso me enfurecía. Era como si de pronto, Max nunca hubiese existido y absolutamente nadie lo hubiese conocido. Como si no hubiese estado en la vida de ninguno de nosotros. La gente volvía a sonreír y a reír y a pasear y mientras yo no dejaba de imaginar todas las conversaciones que hubiese tenido con él si hubiese sido un buen amigo y hubiese ido a verle esa tarde.

Me dije mil veces que iría y mil veces lo pospuse por quedarme con Taylor.

Taylor había intentado sacarme de casa pero yo era una especie de muerto andante de la cama al sofá y del sofá a la cama y tampoco es que hablásemos demasiado. Básicamente Taylor intentaba sacarme de la cama, fracasaba. Intentaba que comiera algo más de lo que me ponía frente a mí, y volvía a fracasar. Intentaba salir a dar una vuelta conmigo y oh, nuevo fracaso. Al principio me decía "amor, estoy aquí, no te encierres". Ahora directamente ya no me decía nada. No es que lo culpase, pero no podía mirarle siquiera a la cara. ¿Cómo iba a hacerlo si por su culpa yo no fui a ver a mi amigo? Si Taylor no me hubiese pedido vivir con él aquella tarde, yo hubiese ido a ver a Max y lo habría salvado.

Yo sé que lo hubiera salvado. Porque esa era siempre mi misión y siempre la cumplía. Excepto ese día.

Ese. Puto. Día.

Tampoco ayudaba en absoluto no tener nada que hacer. Taylor iba a trabajar por la mañana temprano y volvía en la tarde, y para cuando lo hacía, yo ya me había peleado conmigo mismo unas dos millones de veces.

¿Por qué me quedé aquella tarde en casa?

Tendría que haber ido, joder era el puto aniversario de nuestro accidente y yo lo pasé follando.

Que egoísta fuiste, Nick.

Escuché como la puerta de la calle se cerraba con un clic, eso quería decir que Taylor ya había vuelto de su trabajo. Vaya, ¿ya eran las siete? Ni siquiera me había levantado de la cama. ¿Y si me dejo morir de hambre?

No seas capullo, Nicky.

Cállate Max, ni siquiera estás aquí.

- Nicky... oh Nicky....

Bea entró en la habitación seguida de Taylor, quien se había quedado en el umbral de la puerta. ¿Le habría pedido a mi hermana que viniera a por mí para que me llevase con ella? Quizás Taylor ya se había cansado de mí. Quizás ya había descubierto lo roto que estoy y que nunca jamás me voy a recomponer. Quizás ya estaba cansando de tener a un amargado en su casa. Quizás ya había descubierto de lo poco que valgo.

Porque seamos honestos, ¿quién querría tenerme en su vida sabiendo que voy abandonando a las personas que más quiero?

- Bea, ¿qué haces aquí?

Casi me costó reconocer mi voz. Era ronca y fría, impersonal. Era como si estuviese hablando otra persona por mí.

- ¿Tú qué crees, Nicky? Taylor y yo estamos preocupados por ti.

- ¿Has venido a llevarme contigo?

- ¿Qué? - ahora fue Taylor quien habló - He llamado a tu hermana para que me ayude contigo, Nick, no porque quiera que te vayas. Esta es tu casa.

- Si, ya - respondí de mala gana.

No tenía que hablarle así a Taylor, era consciente... pero no podía evitarlo.

Estás siendo injusto con él, y lo sabes Nicky.

He dicho que te calles.

Genial. Ahora hablaba con mi mejor amigo muerto en mi cabeza. Oficialmente estaba loco.

Waterloo | Taynick | Taylor Zakhar & Nicholas Galitzine Donde viven las historias. Descúbrelo ahora