Capítulo 38

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Maratón 3/3

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Sus ojos azules, su cabello rubio repleto de rulos y una expresión entre la seriedad y el arrepentimiento.

—¿Y bien? ¿Algo que te gustaría decirme?

Hablo, para romper el silencio.

Austin suspira profundamente y se deja caer hacia atrás en el sofá, o bueno, deja caer su cabeza, porque sentados ya estamos.

—Lo siento —murmura.

—¿Qué es lo que sientes?

—Siento haberte llamado durante la madrugada y hacerte presenciar una escena tan deplorable como la que viste, también siento haber actuado como lo hice. Te pido disculpas.

Suspiro, sonriendo de forma irónica.

—Sabes que hay pocas cosas que no podría perdonarte, así que por mí está bien, mientras no vuelva a pasar, claro.

Mi mejor amigo me sonríe y chocamos nuestras latas de cerveza para brindar. Estamos en su departamento, vine a hablar con él en cuanto salí de trabajar. No he sabido más de Camila, hoy la llevé a su departamento y por suerte mi auto sigue en una sola pieza. Ella llegó a horario a la empresa y entre los dos nos pusimos a trabajar en organizar unos papeles, el día fue normal.

O al menos así lo sentí yo.

Quizás ahora mismo Camila está hablando con Joel y Melanie, quizás ahora mismo está enfadada o quizás está aliviada, también puede estar triste, al menos eso pude percibir en ella cuando me contó de que siempre había sospechado algo sobre su hermano y su mejor amiga. Se oía decepcionada de haberse enterado así y por la falta de confianza por parte de ellos.

Creo que las relaciones amistosas entre mujeres son más complejas, hacen más drama, todavía más si el hermano de una de las mujeres en cuestión está involucrado.

En cambio, Austin y yo jamás hemos tenido que pelear por una mujer, mucho menos por mujeres de nuestras familias, él tiene su familia, claramente, pero no conozco bien a los miembros de la misma, sus padres son muy amables y su hermano menor es bastante gracioso. Hace mucho que no sé nada de ellos.

—¿Y cómo está tu familia? —suelto de la nada.

—Mamá sigue trabajando en su pastelería y papá empezó a trabajar con ella hace unos ocho meses, por su lesión en la columna tuvo que jubilarse unos años antes y no quiere estar al vicio.

—¿Y qué hay de Aiden? ¿Cómo está él?

Una sonrisa melancólica se dibuja en el rostro de Austin al escuchar el nombre de su hermano menor.

—Sigue siendo un adolescente rebelde y jura que ahora que Melanie no está conmigo él la va a conquistar —se ríe entre dientes.

Aiden siempre dijo que Melanie era demasiado para Austin, que si alguien la merecía ese era él. Quién diría que ahora su hermano menor podría seguir bromeando sin saber en realidad cómo terminaron las cosas entre ellos, porque estoy seguro de que Austin no le ha dicho la verdad a su familia.

La chica de los sueños locos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora