40 | Ella... ella no es ella. Ella es un... oh

33 7 1
                                    

No estoy celosa, solo... contrariada.

Sí, eso, contrariada. ¿Quién es esa Peyton con la que está Eros hablando muy animadamente como si no me tuviera a mí, su novia, sentada frente a él? Me parece ofensivo.

Y es que es tal su emoción que no a dejado de sonreír, como la sonrisa que forma uno cuando tiene tiempo sin hablar con alguien, lo que solo incrementa mi molestia y haga que cruce mis brazos sobre mi pecho.

Bueno, bueno, ¿No es suficiente charla ya? Estaba hablando conmigo primero.

Lo más cumbre de todo no es solo eso, sino que mi novio parece que se a olvidado por completo de mi existencia, poniéndose cómodo en su lugar, sentandose a la Bartola usando una mano como soporte y fijando la mirada el cielo azul lleno de nubes.

Puse cara de ofendida, ¡Esto es el colmo!

-Espera, ¿De verdad? -vuelve a ponerse firme en su lugar, alzo una ceja hacia él sin entender su nueva actitud. Claro que no recibo respuestas porque sigue pasando de mí-. ¡Eso es genial, claro que estaré ahí, ni lo dudes! ¿Es con entrada gratis o hay que pagar algo? -asiente oyendo la respuesta de su amiguita-, cool, cool, mañana en la noche, ¿cierto? Va, ahí estaré -por fin vuelve a reparar en que existo ahí sentada de brazos cruzados y él por alguna razón incomprensible se ríe, ¡Se ríe!-. Oye, una pregunta, ¿No puedo llevar invitados?

¿Qué está pretendiendo?

-Perfecto, gracias, Peyton -ruedo los ojos sin intención-, ahí me verás. Nos vemos.

Con eso último dicho, colgó la llamada con la dichosa Peyton. Eros me regala una sonrisita de labios cerrados como si todo estuviera de maravilla.

Pues entérate que no, Jackson, nada está de maravilla.

-¿Todo bien, chica salsa? -cuestiona con el tono más calmado.

Empujo mi mejilla desde el interior con mi lengua, sin querer queriendo dirigiendole una mala mirada. Insisto en que no estoy celosa, no soy así y no quiero serlo, confío que lo que estoy experimentando ahora es un sentimiento de confusión combinado con la sorpresa de su repentina llamada con esa chica.

Después de todo, es normal sentir confusión cuando a tu novio le llama una chica que no conoces y de la que nunca te a hablado. Así que no, no son celos.

Eros por su parte emite un claro sonido ronco que evidencia sus ganas de echarse a reír y que solo se está conteniendo a hacerlo.

¡No entiendo qué es tan gracioso! ¡Empieza a molestarme!

-Si no te molesta, me gustaría irme a casa, mis papás deben de estar esperándome.

-¡Oh, Diane, vamos! -exclamó cuando me estaba poniendo de pie, limpiando los restos de césped de mi pantalón.

Ya nuestra pequeña salida no estaba siendo de mi agrado, Eros no se estaba riendo conmigo sino que lo estaba haciendo de mí, y esa es una de las cosas que más odio. No me apetece recordar las burlas de las niñas cuando estaba en primero de secundaria nada más por haberme unido al club de ciencias en vez de al de costura.

Baloo vuelve con nosotros al darse cuenta que tengo intención de irme, deja la pelotita llena de baba a mis pies y pasa a ver de Eros a mí con sus multicolores ojos sin comprender la situación. A mí me ve seria y al otro chico riéndose, su cerebro canino no debe de estar procesando bien lo que pasa.

-Vamos, Didi -Eros se levantó también, fingiendo un puchero para convencerme.

No le doy un guantazo porque los motivos que tengo para querer dárselo no son los suficientes.

Una Noche Sin Luna✔️Where stories live. Discover now